Lectio Divina Dominical XXXI del Tiempo Ordinario Ciclo B

«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón»

Hno Ricardo Grzona, frp

PRIMERA LECTURA: Deuteronomio 6, 1-6
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 18 (17), 2-3a.3bc-4.47.51ab
SEGUNDA LECTURA: Hebreos 7, 23-28

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

Amén

TEXTO BÍBLICOMarcos 12, 28-34

28 Y uno de los letrados en la Ley que los oyó discutir se acercó a Él, y sabiendo que les había respondido bien, le dijo: “¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”

29 Jesús le dijo: “El primero de todos los mandamientos es: Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios, es el único Señor; 30 y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Éste es el primer mandamiento. 31 Y el segundo es: amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”.

32 Y el letrado en la Ley le dijo: “Muy bien, Maestro, es verdad lo que has dicho que hay un solo Dios, y que no hay otro fuera de él; 33 y hay que amarlo con todo el corazón, y con todo el entendimiento, y con toda el alma, y ​​con todas las fuerzas, y amar a su prójimo como a sí mismo, es más valioso que todas las ofrendas quemadas y sacrificios”.

34 Y cuando Jesús, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: “No estás lejos del reino de Dios”. Y nadie se atrevía a preguntarle más.

                                                        TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

La Buena Noticia de Jesús, también la vemos en este breve texto. Marcos nos ha presentado en otras ocasiones cómo han querido poner a prueba a Jesús, con muchas preguntas capciosas sobre aspectos fundamentales de la religión judía. Este letrado (es decir una persona que conocía “la letra” de la Ley de Moisés, que había estudiado los textos), se acerca con una pregunta sobre el primer mandamiento de la Ley. 

Jesús, contesta como un buen Maestro conocedor de la Ley y cita el libro del Deuteronomio, Capítulo 6 versículos 4 y 5:

6,4: Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es solamente uno.6,5: Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.

Escucha, en el Antiguo Hebreo, es un acto que supera el oír. Escuchar es con la mente y también asentir con el corazón. Escuchar es obedecer. Por eso Jesús comienza diciendo la palabra en Hebreo: “Shemá Israel”. Es una llamada de atención para los judíos, es algo tan importante que hace que toda la Ley gire en torno a estas ideas.

Pero este mandamiento va en dos direcciones. Por un lado como primero, se dirige a Dios y reconoce que hay un solo Dios, que es único, que es el creador de todo lo que existe y que por lo tanto es el único que merece la adoración del pueblo. Pero por otro lado como segundo en importancia, el mandamiento se dirige al prójimo. Y Jesús señala claramente que van unidos el amor a Dios y el amor al prójimo.

El letrado, viendo la respuesta de Jesús, culmina su intervención aprobando esto y dice:

12,33: Que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.

Es decir, el amor supera todos los holocaustos y sacrificios. Se abre una puerta para una nueva forma de adoración y de cumplir con los mandatos.  Por eso mismo Jesús lo alienta diciéndole que no está lejos del Reino de Dios.

Sin embargo, este texto nos narra que al letrado le faltó algo muy importante: Decidirse a seguir a Jesús. Es decir, reconocer a Jesús como el Hijo de David, el Hijo de Dios, el Mesías y luego ser su discípulo. Por eso Jesús le dijo: “estás cerca…” pues estaba cerca Suyo, ya que Él será la puerta abierta y quien pase por Jesús y sea su discípulo, podrá entrar en el Reino.

Reconstruimos el texto:

  1. ¿Quién se acercó a Jesús y que le preguntó?
  2. ¿Qué le contestó Jesús?
  3. ¿Qué le dijo el letrado?
  4. ¿Con que título el letrado, lo reconoce?
  5. Y Jesús, ¿Qué le dijo?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

Amigo, debemos preguntarnos sinceramente cómo este texto está dirigido directamente a nosotros. Hoy vivimos un mundo donde hay muchas confusiones y los cristianos, que seguimos como discípulos del Señor tenemos que tener claridad ante estos temas. Es Jesús mismo quien te hace estas preguntas a través del ejercicio de Lectio Divina. Toma estas ideas para adentrarte en tu vida, a partir del texto bíblico.

    1. Al igual que el letrado, ¿Me acerco a Jesús para pedirle que me recuerde los mandamientos? ¿Con qué frecuencia dialogo con Jesús?
    2. ¿Entiendo que el mandamiento más importante es “Escuchar” a Dios, que es uno y único
    3. Si yo tuviera que dialogar hoy sobre los ídolos modernos, que “encantan” a la humanidad ¿También podría decir que me dejo seducir por estos ídolos?
    4. ¿Podría hacer un listado de las cosas que me apartan para “Escuchar” a Dios? ¿Pongo actividades, cosas, ideas, personas… en lugar de Dios? ¿Reconozco que esto es un error?
    5. Voy a definir qué significa en mi vida “amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma con todas tus fuerzas” ¿qué significa esto para mí? ¿cómo lo expreso ante los demás?
    6. Ahora voy a definir “Amar al prójimo como a uno mismo”.
    7. ¿Quién es mi prójimo? ¿cómo demuestro que amo al prójimo?
    8. ¿Y mi autoestima, mi autovaloración, el amor hacia mí mismo, es claro, justo? ¿podría mejorar en este aspecto?
    9. ¿Qué significaría hoy en mi vida que “amar al Señor con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios”? Pon un ejemplo concreto en tu vida.
    10. ¿Estaré cerca del Reino de Dios?
    11. ¿Soy capaz de reconocer a Jesús y abandonando muchas cosas que me impiden seguirlo, podré ser su discípulo?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor. 

Señor Gracias por tu Palabra. Gracias por dedicarme estos mandamientos.

Muchas veces he pensado que los mandamientos son aspectos que llevan a un no. Sin embargo, estoy entendiendo que todo me lleva a un sí. Sí al amor a Ti, que eres el único Dios verdadero, sí a abrirse y entender por sobre todas las cosas el amor que Tú me manifiestas. Sí para poner toda mi inteligencia en el amor, sí para poner todas mis fuerzas para el amor.

Gracias Señor por recordarme que sobre todo hay que amar al prójimo. Y también amarse a uno mismo, con la medida que Tú nos amas y valoras.

Dame la Gracia de saber encontrar en mi vida esos agujeros en mi corazón donde nunca permití que Tú vengas a Reinar. Donde en su lugar puse ídolos, que yo mismo me fabriqué y que me doy cuenta que no llevan a la felicidad.

Señor que haga del amor la base de mi vida. Y el amor también indica perdonar y buscar la justicia. Que siempre sea justo y siempre sea amoroso contigo y con los demás.

Dame la gracia de reconocerte a Ti, como el único Dios verdadero y de poder seguirte y amarte en todo.

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.

Añadimos nuestras intenciones de oración y decimos:

Amén.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo  del  Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que vaya entrando a nuestro corazón:

«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón»
(Versículo 30)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo, te propongo que analices los espacios, lugares, momentos que dedicas para demostrar que amas a Dios, y que identifiques aquellos que te apartan de su amor. Pedir disculpas al Señor por estas faltas y proponerse una acción concreta para demostrar el amor a Dios y también una acción concreta para demostrar el amor al prójimo.

En el grupo, pueden hablar con tus compañeros sobre los ídolos de hoy, que nos separan del amor de Dios y no nos permiten reconocerlo a Él como el único Dios. También hacer alguna obra de amor al prójimo, que sea visible, como grupo. Por ejemplo entre todos visitar personas que necesiten de nuestra presencia (pobres, ancianos, enfermos, etc.) para demostrar que sí estamos creyendo en el Evangelio que proclamamos

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