Lectio Divina Dominical XXVII del Tiempo Ordinario Ciclo A

«Ahora, cuando regrese el dueño de la plantación, ¿qué hará con esos labradores?»

Hno. Ricardo Grzona, frp

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PRIMERA LECTURA: Isaías 5, 1-7
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 79
SEGUNDA LECTURA: Filipenses 4, 6-9

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

-Amén-

TEXTO BÍBLICO: Mateo 21, 33-43

33 “Escuchen otra parábola: había un cierto propietario que hizo una plantación de uvas y colocó una cerca a su alrededor. Cavó un tanque en ella y construyó una torre para el vigilante. Luego alquiló la plantación a algunos labradores y se fue de viaje. 34 Cuando llegó el momento de la cosecha, el propietario envió algunos empleados para recibir su parte. 35 Pero los labradores agarrando a los empleados, golpearon a uno, asesinaron a otro y mataron a otro con piedras. 36 El propietario envió más empleados que la primera vez, y los labradores les hicieron lo mismo. 37 Después de todo esto, envió a su propio hijo, pensando: “A mi hijo lo respetarán’. 38 Pero cuando los labradores lo vieron, se dijeron: ‘Él es el hijo del dueño, el heredero. Matémoslo y nos quedaremos con su plantación’. 39 Luego tomaron al hijo, lo echaron fuera de la plantación y lo mataron. 40 Ahora, cuando regrese el dueño de la plantación, ¿qué hará con esos labradores?

41 Ellos respondieron: “Seguramente acabará con esos malvados de mala manera y alquilará la plantación a otros labradores que le darán sus frutos en el momento adecuado”.

42 Jesús entonces les preguntó: “¿No han leído en las Escrituras: ‘La piedra que los constructores rechazaron, llegó a ser la más importante de todas? Esto fue hecho por el Señor y es algo maravilloso ante nuestros ojos’” (Sal 118:22.23)

43 Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes y será entregado a las personas que producen los frutos del Reino.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

San Mateo pone en labios de Jesús esta parábola que es muy importante. También los otros evangelistas sinópticos la colocan como parte de la confrontación bastante polémica entre Jesús y las autoridades judías y religiosas de Jerusalén. Se trata sobre todo de aquellos que están cercanos al templo.

En el fondo, se trata de una relectura del Antiguo Testamento. La viña es el pueblo de Dios, que ha mandado a los profetas para cuidarla, estos están representados por los sirvientes y los que se había “apoderado de la viña” son estos personajes que creyéndose muy religiosos habían hecho del culto, del templo y de la religión algo para sentirse superiores. Esto es lo que escandaliza a Jesús.

Jesús mismo denuncia ante las autoridades religiosas del judaísmo la grave responsabilidad en la que incurren por el rechazo que opusieron a su propia misión.  El reino de Dios se hace presente a través de la persona y de la acción salvífica de Jesús: Rechazarle a Él, significa también rechazar la salvación. Estos labradores u obreros de la viña significan a estos jefes de los judíos que han sido despiadados con los profetas y que ahora despreciarán al Hijo de Dios, pues es obviamente el heredero. Por eso también es un anticipo de su muerte y en manos de quién caerá la responsabilidad de la muerte de Jesús. Jesús es el último enviado, no sólo como profeta, sino como el Hijo único, el heredero del Padre. Por eso Mateo presenta muy bien y con claridad en manos de quien estuvo su muerte. Pero que la piedra desechada por los arquitectos es la piedra angular que sostiene todo el edificio (habría que entender la arquitectura de aquella época, en que una sola piedra, en el centro del arco era la que sostenía todo el techo).

Los viñadores homicidas han querido quedarse con la viña, pero ahora el nuevo pueblo, el nuevo viñedo de Dios es la Iglesia, los creyentes en Cristo, los seguidores del Señor Resucitado. Los que ahora son responsables, para Mateo, de dar testimonio martirial si fuera necesario y ser misioneros hasta los confines de la tierra. Ser Discípulo del Hijo de Dios, que es Jesús de Nazaret, muerto en manos de los jefes religiosos del momento, pero resucitado por el Padre para abrir este nuevo camino.

Reconstruimos el texto:

  1. ¿De qué trata la parábola que narra Jesús?
  2. ¿Quién es el personaje central? ¿A quién representa el dueño del viñedo?
  3. ¿A quiénes representan los que el dueño contrató para cultivarla’
  4. ¿Quiénes serían los sirvientes del dueño que fueron a buscar la cosecha?
  5. ¿Cómo trataron los viñadores a estos sirvientes? ¿Qué suerte corrieron?
  6. ¿A quién decidió finalmente enviar el dueño del viñedo?
  7. ¿Qué suerte corrió el hijo del dueño del viñedo?
  8. ¿Qué pasará entonces cuando regrese el dueño del viñedo y qué trato dará a los viñadores homicidas?
  9. Jesús se refiere a un texto del Antiguo Testamento “la piedra que desecharon los arquitectos es hoy en día la piedra angular” ¿Dónde encontramos ese texto?
  10. ¿Qué pasó con los fariseos cuando entendieron que Jesús les refería la parábola a ellos?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

  1. En la Iglesia, nos encontramos con situaciones muy parecidas. Muchos que se sienten como los administradores de la viña, pero no son verdaderamente responsables. Muchos ocupan puestos muy importantes. ¿En mi vida de Iglesia soy responsable de atender algo que no es mío, sino del Señor?
  2. ¿Con qué frecuencia soy parecido a los fariseos que rechazo a verdaderos y santos profetas?
  3. ¿Soy consciente que Jesús es el Hijo único de Dios, el heredero del viñedo que es la Iglesia? ¿y que yo debo presentar frutos para el dueño de la viña?
  4. ¿Soy consciente que cuando me mandan a trabajar a la viña, ésta no es mía, sino es del Señor? ¿Me apropio de los trabajos y responsabilidades de la Iglesia como si fuera a título personal? ¿Qué me dirá el Señor entonces ante esta situación?
  5. ¿Cómo debería yo obrar, según esta parábola, con aquellos que han hecho sus tronos de poder en la Iglesia y no se ubican en que la Iglesia es para servir? ¿Podría tomar una estrategia ante esto? ¿Cómo hacerlo con caridad cristiana?
  6. ¿Me doy cuenta que el centro de la vida cristiana no son los dogmas ni las formas, sino Cristo mismo? La piedra que desecharon los arquitectos es la piedra angular. ¿Mi relación con Jesús, la piedra angular es cada vez más profunda?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Te propongo que tomemos la Segunda Lectura a manera de oración. Léela despacio, toma nota de todo lo que dice el apóstol y procura que también sean tus propias palabras las que asumes como oración.

Filipenses 4, 6-9

4,6: No se aflijan por nada, más bien preséntenselo todo a Dios en oración, pídanle y también denle gracias.
  4,7: Y la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.
  4,8: Por último, hermanos, ocúpense de cuanto es verdadero y noble, justo y puro, amable y loable, de toda virtud y todo valor. 4,9: Lo que aprendieron y recibieron, escucharon y vieron en mí pónganlo en práctica. Y el Dios de la paz estará con ustedes.

Hacemos un momento de silencio para responder al Señor y demos gracias porque nos llena de alegría.

Añadimos nuestras intenciones de oración.

-Amén-

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«Ahora, cuando regrese el dueño de la plantación, ¿qué hará con esos labradores?»
(Versículo 40)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.

5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo, vuelvo a leer detenidamente las lecturas. Pues es importante que entienda no sólo intelectualmente esto sino también llevarlo a la vida. El Señor me da claramente la fórmula del exámen final. Debo dar frutos!!!! No descuides tus obras de caridad que muestre tu servicio. Elige algo claro concreto que demuestre la seguridad de tu convencimiento por el Señor

En el grupo, recordar que no debemos apropiarnos de las obras de la Iglesia. Tomar conciencia de esto y buscar a otros hermanos que puedan participar de nuestro grupo haciéndolos sentir miembros de nuestra comunidad. Hagamos también obras concretas como visitas a asilos de ancianos, a los privados de su libertad, a niños huérfanos, a familias pobres. Algo que nos demuestre que sí hacemos la Voluntad de Dios.

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