Lectio Divina Dominical XIX del Tiempo Ordinario Ciclo C

«Felices aquellos empleados, si el jefe los encuentra preparados»

Hno. Ricardo Grzona, frp
Dr. Emilio G. Chávez

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PRIMERA LECTURA: Sabiduría 18, 6-9
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 33(32),1.12.18-19.20-22.
SEGUNDA LECTURA: Hebreos 11, 1-2.8.19

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.48

Amén

TEXTO BÍBLICO: Lucas 12, 32-48

32 “Mi pequeño rebaño, ¡no tengan miedo! Porque el Padre se complace en darles el Reino. 33 Vendan todo lo que tienen y den limosnas. Háganse bolsas que no se rompan y mantengan un tesoro en los cielos que nunca se termina, porque los ladrones no pueden robarlos allí, y las polillas no pueden destruirlos. 34 Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón”.

35 Jesús les dijo:

Prepárense para todo: sujeten bien su ropa con el cinturón y mantengan las lámparas encendidas. 36 Sean ustedes como los empleados que esperan al jefe, que regresará de la fiesta de bodas. Tan pronto como toque a la puerta, los empleados le abrirán. 37 ¡Felices son aquellos empleados que el jefe encuentra despiertos y preparados! Les digo ciertamente que el jefe mismo se preparará para servirles, les ordenará que se sienten a la mesa y les servirá. 38 Serán felices aquellos empleados, si el jefe los encuentra preparados, incluso si llega a la medianoche o en la madrugada.

39 Sepan que si el dueño de la casa supiera a qué hora vendría el ladrón, no lo dejaría entrar a su casa. 40 Ustedes también manténganse en guardia, porque a la hora que no piensen llegará el Hijo del Hombre”.

41 Entonces Pedro le preguntó: “Señor, ¿es esta parábola solo para nosotros o para todos?”

42 El Señor le respondió:

“¿Quién, entonces, es el empleado fiel y prudente a quien el señor pondrá a cuidar los de su casa para que les dé sus comidas en el momento adecuado? 43 ¡Feliz será ese empleado que hace esto cuando llega el señor! 44 En verdad les digo que lo pondrá a cargo de todos tus bienes. 45 Pero si ese empleado dice en su corazón: ‘Mi señor tardará en regresar’, y empieza a golpear a los empleados y las empleadas, y a comer, a beber y a emborracharse. 46 Entonces el señor de aquel empleado volverá el día en que menos lo espera y a la hora en que menos lo piensa, lo castigará duramente y le dará la misma suerte donde van los traidores”.

47 “El empleado que conoce la voluntad de su señor, pero no se prepara y no hace lo que quiere, será castigado con muchos azotes. 48 Pero el empleado que no la conoce e hizo cosas que merecían castigo, será castigado con pocos azotes. A todo el que se le haya dado mucho, mucho se le pedirá; y al que mucho le han confiado, más se le exigirá”.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

Sb 18:6-9; Lc 12:32-48

Podemos pensar que la relación entre la primera lectura y el evangelio está en el tema de velar con confianza, esperando en las promesas de Dios. El Libro de la Sabiduría contiene una gran reflexión sobre la Pascua, es decir, la salvación del pueblo de Dios de la esclavitud en Egipto, lo que constituye la mitad del libro. Israel se diferenciaba de los egipcios; conocía al verdadero Dios, y estaba en la luz, mientras que la oscuridad cubría lo demás de la tierra de Egipto: “solo sobre ellos se extendía pesada noche, imagen de las tinieblas que les esperaban recibir. Aunque ellos a sí mismos se eran más pesados que las tinieblas,” Sb 17:21. Y los israelitas esperaban la salvación y en secreto ofrecían sacrificios, y así cumplían la ley.

Cristo en el evangelio nos pide que velemos, después de amonestarnos a no tener miedo, porque el Padre se ha complacido en darnos ¡el Reino! Debemos acumular tesoros en el cielo, tesoros de buenas obras y especialmente de limosnas, tesoros que estarán seguros del robo y de la polilla. Debemos de mantener seguro nuestro corazón, donde el tesoro de buscar el Reino y su justicia está, preparados para el regreso del Señor, cuya hora no se sabe. Seamos como José en el Libro del Génesis, que siendo fiel en el exilio de Egipto y resistiendo a todas las tentaciones, fue elevado a ser el número dos del reino, distribuyendo comida a todos como señor y dueño. No nos dejemos llevar por la tentación o por el fastidio, el aburrimiento, comenzando a emborracharnos y a golpear a los demás con nuestras palabras o con nuestros puños; la palabra orgía parece venir de la misma raíz que ira (en griego orguē). La borrachera da lugar a la ira (Si 31:30) y a toda clase de desenfreno (Rm 3:13; Ga 5:21), y nos hace perder el sentido de espera de la venida del Señor, que puede ser en cualquier momento.

“¡Hay que poner atención!” El Señor es nuestro amigo. Los amigos piensan el uno en el otro, y no se desatienden el uno del otro. Hablando de los pecados involuntarios, Santo Tomás enseña que éstos lastiman el corazón de nuestro Señor, y que no vale decir “me descuidé, lo siento,” pues el dolor del amigo no disminuye porque digamos “no estaba poniendo atención,” ya que es precisamente eso lo que hiere. Dejamos de ponerle atención a Dios cuando estamos absorbidos por nosotros mismos, como el rico del domingo pasado. Luego el amigo de Dios, el siervo fiel, podrá entrar al gran banquete de gozo de salvación cuando regrese su Señor esperado.

Reconstruimos el texto:

1. ¿Cómo comienza el texto? ¿quién se dirige a Jesús? ¿Qué le pregunta?
2. ¿Cuál es la respuesta de Jesús a esta persona?
3. ¿Qué añadió Jesús para todos los que lo escuchaban? ¿Cuál es la exhortación?
4. ¿Con qué parábola finaliza Jesús este comentario?
5. ¿Qué Síntesis final dijo Jesús?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

1. ¿Dónde está nuestro tesoro en verdad? ¿A dónde hemos depositado nuestra confianza?
2. ¿Cómo llevo mi vida con respecto a los bienes? ¿Las cosas que yo tengo están al servicio del Reino de Dios? ¿Soy generoso con lo que tengo?
3. El Señor dice “donde está tu tesoro allí está tu corazón” ¿Dónde está mi tesoro y mi corazón? ¿Sería importante replantearme este tema?
4. ¿Qué significa estar a la espera de la llegada del Señor? ¿Estoy preparado? ¿Tengo la ropa puesta y la lámpara encendida?
5. ¿Eres tú un administrador fiel y prudente? ¿Qué significará esto en tu vida?
6. ¿Hasta qué punto, tu vida es coherente o llevas una vida disipada? ¿Entiendes lo que pasará si no prestas atención a las palabras del Señor?
7. Embriagarse, no sólo de alcohol, sino llevar una vida sin sentido, olvidándose de lo importante, es lo que nos sugiere este texto. Recordemos que el Señor volverá… ¿estamos preparados? ¿Qué habría que mejorar?
8. Te invitamos a que revises tu vida en relación a lo que sugiere el Señor.

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

Gracias Señor por tu Palabra que nos alienta a vivir en forma coherente. Gracias por recordarnos también que Tú volverás a juzgarnos. Gracias de antemano por perdonar nuestras faltas.

Te pedimos Señor la gracia de saber encontrar tu Voluntad Sagrada sobre nosotros. De tener la fuerza y el coraje de ir contra la corriente de la sociedad que nos lleva lejos de Ti y de lo que esperas para nuestra vida y nuestra felicidad.

Podemos recitar el Salmo 1

1,1: Dichoso
quien no acude a la reunión de los malvados
ni se detiene en el camino de los pecadores
ni se sienta en la sesión de los arrogantes;

1,2: sino que su tarea es la ley del Señor
y susurra esa ley día y noche.

1,3: Será como un árbol plantado junto al río,
que da fruto a su tiempo,
su fronda no se marchita;
en todo lo que hace, prospera.
1,4: No sucede así con los malvados,
serán como paja que lleva el viento.
1,5: Por eso los malvados no se levantarán en el tribunal,
ni los pecadores en la asamblea de los justos.
1,6: Porque el Señor se ocupa del camino de los justos,
pero el camino de los malvados se disolverá.

Amén

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría. Añadimos nuestras intenciones de oración.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Como interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón»
(Versículo 34)

«A todo el que se le haya dado mucho, mucho se le pedirá; y al que mucho le han confiado, más se le exigirá»
(Versículo 48)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo o en grupo,

1. Nos proponemos revisar nuestras cosas, y ver dónde está nuestro tesoro. Ofrecer de lo que tenemos algo para compartir con quien lo necesite. Puede ser algo material, o también nuestro tiempo para compartir con alguien en un hospital, o visitar a personas que están solas y dar de nuestro tiempo para con ellas.
2. Con tu grupo puedes meditar y reflexionar sobre el tema del Evangelio. ¿Dónde ponemos nuestros tesoros y por lo tanto nuestro corazón? Qué pensará el mundo sobre este tema. Entonces como cristianos hacer una cartelera para la comunidad de dónde están los tesoros del mundo, en contrario de los tesoros de la comunidad cristiana. Así vamos distinguiéndonos de los demás.

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