Lectio Divina Dominical XI del Tiempo Ordinario Ciclo A

«Les dio la autoridad para expulsar espíritus malignos y sanar»

Hno. Ricardo Grzona, frp

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PRIMERA LECTURA: Exódo 19, 2-6
SALMO RESPONSORIAL:  Salmo 99, 2-5
SEGUNDA LECTURA: Romanos 5, 6-11

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

-Amén-

TEXTO BÍBLICO: Mateo 9, 36-37.10, 1-8

36 Cuando Jesús vio a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban afligidas y abandonadas como ovejas que no tienen un pastor.

37 Entonces dijo a los discípulos: “La cosecha es muy grande, pero los trabajadores son pocos; 38 por eso, pídanle al dueño de la plantación que envíe trabajadores a su cosecha”.

1 Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio la autoridad para expulsar espíritus malignos y sanar todas las dolencias y enfermedades graves. 2 Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Jacobo, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; 3 Filipe, Bartolomeo, Tomás, Mateo, el recaudador de impuestos; Jacobo, el hijo de Alfeo, Tadeo, 4 Simón, el nacionalista y Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús.

5 Jesús envió a estos doce, dándoles las siguientes instrucciones: “No vayan a lugares donde viven los paganos, ni entren a las ciudades de samaritanos. 6 Por el contrario, busquen las ovejas perdidas del pueblo de Israel. 7 Vayan y anuncien esto: ‘El Reino de los Cielos está cerca’. 8 Curen a los enfermos, limpien a los leprosos, resuciten a los muertos y expulsen a los demonios. Lo que han recibido sin pagar, lo deben dar sin pagar.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

Jesús, el Mesías, ha anunciado el comienzo del reinado de Dios con palabras y obras. Su primer discurso, el sermón del monte, ha sido confirmado por signos y milagros. El éxito de su poder liberador de toda clase de enfermedades y dolencias ha atraído a una multitud de pobres y necesitados.

Éste es el escenario donde se desarrolla la siguiente sección: la del envío misionero de los Doce, colaboradores íntimos que aprenderán en compañía de Jesús el alcance de la misión, la manera de llevarla a cabo y la iniciativa de Dios que se anticipa con el llamado. A la imagen de la pesca (4,19) se añaden la clásica del pastor (cfr. Jr 23; Sal 23; 80) y la del segador (apuntada en Sal 126).

La visión de Mateo va más allá de los pocos aldeanos y aldeanas que seguían a Jesús, calificados como una multitud (36). El horizonte de la misión de las comunidades cristianas para las que escribe el evangelio se perfilaba ya como universal, pero no una universalidad abstracta, sino concreta, al modo de la actuación del Maestro. Los destinatarios de la misericordia de Jesús son los marginados por la sociedad, especialmente por los grupos dirigentes y religiosos: el ancho mundo de los maltratados y abatidos (36), esos hombres y mujeres de todos los tiempos ante los que Jesús siente una compasión que le conmueve las entrañas, y a los que hace destinatarios privilegiados del anuncio y de la realidad del reinado de Dios. Destinatarios privilegiados de Jesús son, sobre todo, los pobres. Aquí entran los niños, despreciados y apenas tenidos en cuenta; también la mujer, ser humano considerado de segunda clase para el pueblo judío de entonces y para tantos otros pueblos y culturas de entonces y de hoy. Ellos son los pequeños que los servidores en la comunidad eclesial deben privilegiar.

Es justamente en la opción preferencial por el pobre donde la Iglesia se juega la credibilidad de su misión, como continuadora en cada tramo de la historia del proyecto de Jesús, el reinado de Dios; así manifestará la urgencia y universalidad de su misión.

Los Doce. Los elegidos son doce, número que indicaba la totalidad de las tribus de Israel (19,28) y que ahora representa la universalidad del nuevo pueblo de Dios. Se anticipa el título de apóstoles, o sea, enviados. Los encabeza Pedro con su nuevo nombre de ministerio. Son de extracción y mentalidad diversos: nombres hebreos y griegos, pescadores, un recaudador de impuestos, uno perteneciente al partido político-religioso de los zelotes… Y en medio, Jesús, como centro de unidad. La tradición ha identificado a Natanael (Jn 1,45) con Bartolomé y a Leví (Mc 2,14; Lc 5,27) con Mateo (Mt 9,9). Se anticipa asimismo el destino de Judas. A este primer equipo misionero dirigirá Jesús su segundo discurso, el de la misión.

Misión de los Doce. Se abre el discurso con una recomendación que puede causar perplejidad a los lectores de hoy y que ha dado lugar a diversas interpretaciones: «no se dirijan a países de paganos» (5), en aparente contradicción con el gran mandato de la misión universal de 28,19: «hagan discípulos entre todos los pueblos». La comunidad cristiana a la que dirige Mateo su evangelio seguramente no vería tal contradicción, pues estaba viviendo ya, como las otras iglesias locales dispersas por el imperio romano, la realidad de una Buena Noticia abierta por igual a judíos y paganos.

Quizás haya que buscar la solución en el sentido de las palabras «ovejas descarriadas de la Casa de Israel» (6), que pueden referirse o bien a todo el pueblo de Israel o, en particular, a los pobres y marginados del pueblo, gente humilde y oprimida. Éstos eran designados en la tradición bíblica con un término específico, «el pueblo de la tierra», cargado de contenido sociológico y religioso. Por ser pobres y abandonados eran los preferidos de Dios. En este caso, Jesús estaría indicando a sus discípulos enviados a proclamar el Evangelio una clara opción por los pobres de Israel, símbolo de todos los pobres del mundo.

El versículo 7 indica que el mensaje que deben anunciar los enviados es el de Jesús, el reinado de Dios, que irrumpe en la historia con el poder de la liberación de todo mal que afecte a la persona y a la familia humana. Y, al igual que Jesús, los portadores del mensaje deben adoptar su mismo estilo de vida itinerante y pobre: no dos túnicas, ni oro ni plata para el camino, simplemente vivir al día, con el solo salario para el sustento.

Pero una Iglesia misionera pobre y comprometida con los pobres está necesariamente abocada, incluso dentro de la propia comunidad creyente, a crear problemas, a encontrar oposición, a ser signo de contradicción y a ser perseguida si es portadora de la paz y de la justicia de la Buena Noticia. Porque la paz que Mateo identifica aquí con el reinado de Dios lleva consigo la exigencia de la reconciliación entre Dios y la humanidad y de los hombres y mujeres entre sí; y esto no puede darse sin la justicia y sin la eliminación de todas las barreras que discriminan, explotan y oprimen.

Reconstruimos el texto:

  1. ¿Qué fue lo que vio Jesús y que sintió?
  2. ¿Qué les dijo a los discípulos?
  3. ¿A quién llamo Jesús, que les dio y para qué?
  4. ¿Cuáles son los nombres de los 12 apóstoles que nombro?
  5. ¿Qué paso después de que nombro a los 12 y que instrucciones les dio?
  6. ¿Finalmente que expresión les dijo?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

En este texto vemos signos de compasión, misericordia, solidaridad y bondad; sobre todo en aquellos que no están en alguna buena situación, ya sea enfermedad, problemas u otra circunstancia, es decir desorientados, perdidos, etc.

  1. ¿Soy compasivo y solidario con las personas dentro y fuera de la Iglesia?
  2. ¿Soy misericordioso y bondadoso con aquellos que veo que necesitan de afecto, orientación?
  3. El Señor nos pide que atendamos a aquellos que están pasando por situaciones no muy buenas, ya sea enfermedades, problemas o circunstancias de cualquier tipo y esté afectando su alegría, su paz, su felicidad ¿Los atiendo?
  4. A todos nos ha dado dones, quizás no tan grandes como se los dio a sus discípulos o a otros hoy en día, pero los que poseo, ¿Los pongo al servicio de quienes lo necesitan?
  5. ¿Me considero un discípulo de Jesús, por qué?
  6. ¿Cómo demuestro que soy un discípulo de Jesús?
  7. ¿Qué hago para seguir la misión que Jesús nos encomendó?
  8. ¿Quiénes son los pobres, marginados del pueblo, y oprimidos, se refiere solo a los que materialmente no tienen mucho que ofrecer o también a aquellos que poseen riquezas materiales?
  9. Jesús nos invita a tener una comunidad, una iglesia misionera y comprometida con la humanidad sin descartar a nadie y a ser portadora de la paz y de la justicia de la Buena Noticia, ¿Yo como persona como doy respuesta a esta invitación de Jesús?, Cómo comunidad, como iglesia como damos respuesta a esta invitación de Jesús?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Señor, muchas veces tu nos ves en esas multitudes, de los afligidos, de los abandonados, como ovejas sin pastor, tú sabes que necesitamos hermanos que nos ayuden, que nos orienten para salir adelante, a veces la indiferencia, la falta de sensibilidad, la falta de empatía hace que ignoren estás situaciones, estás circunstancias y no importa la condición social. Pero siempre hay una luz de esperanza, esa luz que tu pones en el camino a través de algo o alguien y te damos gracias porque siempre nos muestras la grandeza de tu compasión.

Somos tus discípulos, nos sentimos llamados, hacemos nuestro mejor esfuerzo y voluntad por seguir las instrucciones que nos das y ser como el buen samaritano. Queremos ser buenos cristianos mostrando en nuestras acciones y actitudes que tu te haces presente a través de nosotros y actúas, llénanos de dones, de sabiduría y sobre todo de amor, para que vayamos en busca de nuestros hermanos y podamos servir como tú lo quieres, que sintamos que nos los has dado para darlo a los demás.

Y que seamos nosotros los que continuemos con tu Historia de Salvación.

Hacemos un momento de silencio para responder al Señor y demos gracias porque nos llena de alegría.

Añadimos nuestras intenciones de oración.

-Amén-

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«Les dio la autoridad para expulsar espíritus malignos y sanar»
(Versículos 1)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.

5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo,me propongo buscar a quienes necesitan de mí, de mi misericordia, de mi orientación, de mi servicio y mostrarles que no están solos, que son parte de la comunidad, de la iglesia y que tu obras a través de nosotros.

En el grupo.Identificar donde están las personas o grupos de personas que sufren por aflicciones, que se sienten abandonados, que se sienten excluidos, señalados, que están en las periferias y que así como el Señor les dio las instrucciones a los apóstoles, vayamos a cumplir la misión que el les pidió y hoy en día nos sigue pidiendo.

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