Lectio Divina Dominical I de Adviento Ciclo A

«Deben estar preparados»

Hno. Ricardo Grzona, frp

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PRIMERA LECTURA: Isaías 2, 1-5
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 122(121),1-2.4-5.6-7.8-9
SEGUNDA LECTURA: Romanos 13, 11-14

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

Amén

TEXTO BÍBLICO: Mateo 24, 37-44

37 La venida del Hijo del Hombre será como lo que sucedió en el tiempo de Noé 38. Porque, antes del diluvio, la gente comía y bebía, y hombres y mujeres se casaban, hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 pero no sabían lo que estaba pasando, hasta cuando llegó la inundación y se llevó a todos. De la misma manera será la venida del Hijo del Hombre”.

40 “Estarán, entonces, dos hombres en el campo: uno será llevado y el otro dejado. 41 Dos mujeres estarán en el molino: una será llevada y la otra dejada. 42 Vigilen, porque no saben qué día vendrá su Señor. 43 Recuerden esto: si el dueño de la casa supiera cuándo iba a llegar el ladrón, vigilaría y no dejaría que su casa fuera forzada. 44 Por esta razón, también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del Hombre llegará en un momento que no piensen”.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

Estamos comenzando un nuevo año y ciclo litúrgico, el “A”. En el tiempo del adviento, que significa advenimiento o preparación de la llegada. Nuestra pregunta, es ¿a quién esperamos? Esperamos a Jesús en su segunda venida. Por eso, este tiempo es ponernos en una “tensión dinámica” de esta espera.

Obvio, estamos preparándonos para el memorial del nacimiento de Jesús. Pero esto nos recuerda que Él volverá y por eso la Iglesia nos pone estos textos tan importantes para ir anhelando este encuentro con Jesús. Que mientras tanto, Él llega a nuestra vida, a nuestro corazón, entabla un diálogo con nosotros.

El momento del fin de los tiempos, cuando vuelva Jesús a reinar para siempre es desconocido. Pero se trata de dejar algo sin dar fechas, no para poner nerviosa a las personas, sino para insistir en la vigilancia y la atención que debemos prestar en todos los momentos de nuestra vida. Debemos estar atentos.

La venida del Señor, no se debe entender, como muchos pretenden hacer sus acertijos, como algo en el tiempo inminente. Lo que nos está asegurando el Señor es que Él mismo volverá al fin de los tiempos. Y por lo tanto, no debemos estar cómodos, instalados en un mundo donde creemos que aquí es donde se darán todos los beneficios. La famosa teología de la prosperidad, no concordaría con este texto. Porque en verdad la verdadera prosperidad, es tener el mayor tesoro en nuestra vida que no son cosas materiales que se pueden perder. El mayor bien supremo y absoluto, es dejarse abrazar por Jesús y ser su discípulo, estar en permanente contacto con Él. Lo que nos lleva a no atender al mundo ni a las cosas, sino más bien atender a Jesús y vivir de acuerdo a sus requerimientos. Nadie sabe esa fecha, por lo tanto es mejor estar atentos permanentemente.

Jesús comienza su narración recordando el libro del Génesis, cuando el Diluvio, el único preparado era Noé y su familia. A los demás ni les interesó. Esta imagen puesta por Jesús es para recordar que hay que estar atentos y prevenidos. No sabemos cuándo será ese día. Pero sabemos que ocurrirá.

Lo mejor es estar preparados para el día de la segunda venida del Señor.

Hagámonos unas preguntas para reconstruir el texto:

  1. ¿A quiénes se dirige el Señor?
  2. ¿Cómo será la llegada del Señor?
  3. ¿Con qué imagen bíblica compara el Señor su regreso?
  4. ¿Qué pasará con las personas ese día?
  5. ¿Cuál es la recomendación de Jesús?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

  1. Cuando recitamos el Credo, decimos que Jesús volverá a Juzgar a vivos y muertos.¿Estoy convencido de esto? ¿Qué significa para mí que Jesús volverá?
  2. Mucha gente vive desentendida de la gran realidad de la historia de la Salvación. ¿somos nosotros como aquellos de la época de Noé y nos perdemos en las cosas mundanas?
  3. Jesús nos advierte que muchos serán llevados y otros serán dejados. ¿Cómo tomo en mi vida personal estas palabras de Jesús?
  4. Si tuviera que medir el tiempo que yo dedico al encuentro con el Señor, qué puedo decir de mí mismo y del uso del tiempo?
  5. Estar prevenidos… dice el Señor. ¿Cómo hago yo, para que todo lo que realizo en mi vida, sea el reflejo de lo que el Señor me pide a través de la oración?
  6. ¿Es toda mi vida, mis estudios, mi trabajo, mis contactos con las personas, una preparación para este encuentro definitivo con el Señor?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias por advertirnos cómo debemos vivir.
No queremos ser indiferentes a tu palabra, a tu llamado, a tu advertencia.
Queremos estar atentos al encuentro contigo. Señor ven a mi vida, a mi corazón. Quiero consagrar todos los momentos del día a Ti.
Que no desvíe mi mirada al mundo, donde el príncipe del mal quiere cautivarme y alejarme de tu presencia.

Recitamos el Salmo 121

121,1: Canción de peregrinación. Levanto los ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?
121,2: El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
121,3: No dejará que tropiece tu pie, no duerme tu guardián.
121,4: No duerme, ni dormita el guardián de Israel.
121,5: El Señor es tu guardián, el Señor es tu sombra, el Altísimo está a tu derecha;
121,6: de día el sol no te hará daño ni la luna de noche.
121,7: El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu vida.
121,8: El Señor guarda tus entradas y salidas ahora y por siempre.

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría. Añadimos nuestras intenciones de oración.

Amén

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«Deben estar preparados»
(Versículos 44)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

En lo personal, volver sobre este texto, haciendo un profundo examen sobre mi vida de relación con el tiempo y el uso de las cosas creadas por Dios para mí. Cuánto tiempo dedico a reforzar mi vida en un encuentro personal con el Señor. ¿Cuáles son las cosas que yo realizo y están lejos del plan de Dios para mi vida? Proponerse una meta concreta, hacer una acción donde pueda demostrar que mi tiempo es para el Señor, y poder animar a otros a que hagan lo mismo.

Con tu grupo, proponerse una actividad que nos ayude a demostrar que sí estamos convencidos de que Jesús volverá. ¿Qué ocurrirá entonces con nosotros? Buscar alguna actividad exterior que muestre a otros nuestra fe en Jesús, el Señor de la Historia. Puede ser demostrar nuestra fe con una cartelera, con un anuncio, o bien organizar algo que sea para que todos puedan darse cuenta que estamos dando testimonio de nuestra fe y queremos prepararnos para recibir a Jesús.

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