La Lectio Divina por Karen Ureña de República Dominicana
0.- Invocamos al Espíritu Santo de Dios
Espíritu Santo, Tu que me aclaras todo, que iluminas todos los caminos para que yo alcance mi ideal. Tu que me das el don Divino de perdonar y olvidar el mal que me hacen y que en todos los instantes de mi vida estás conmigo. Quiero en este corto diálogo agradecerte por todo y confirmar que nunca quiero separarme de Ti, por mayor que sea la ilusión material. Deseo estar contigo y todos mis seres queridos en la gloria perpetua. Gracias por tu misericordia para conmigo y los míos. Gracias Dios mío.
1.-Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):
EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
2.- Meditación: ¿Qué dice el texto?
El evangelio nos hace la invitación de que hoy encuentres algún momento de paz, en medio de tus rutinas diarias, para orar descansando; para abrir tu corazón a Jesús y enseñarle todos tus cansancios que no te dejan vivir feliz, que te restan energías y te roba la alegría. Para dejes que la fuerza de la Gracia que nos llega a través de tu Espíritu Santo, reponga tus fuerzas, toque tus heridas, alivie tus cargas. Déjate querer por el Jesús, descansa en Él, para un poco de tu rutina. Sin prisas, sin correr, sin ansiedad. Su acción es lenta, pero segura, reparadora. Solo deja que fluya en Jesús en tu corazón.
El cansancio físico es fácil de restablecer, un buen sueño reparador, una mañana de relax y una sana comida nutritiva, reponen nuestras fuerzas. Pero existen cansancios que son difíciles de descansar: los cansancios del alma, los cansancios espirituales, interiores. Estos no se reponen fácilmente. Ya que están formados por la suma de heridas afectivas, decepciones con otras per sonas, insatisfacciones personales, injusticias acumuladas, sueños frustrados… El cansancio del alma es duro, arrastra por el suelo toda nuestra existencia, por mucho que cerremos los ojos, no podemos huir de sus secuelas.
3.- Oración: ¿Qué le respondo a Dios?
Señor, tu Palabra hace promesas de sanación y curación, y te agradezco los milagros que aún realizas hoy. Creo en el poder sanador de la fe y la oración y te pido que comiences tu trabajo poderoso en la vida de los que están cansados y agobiados. Por favor, agárrate y rodea a esas hermosas personas que necesitan de tu paz y fuerza sobrenaturales y dale fe para que crea que todo es posible en ti. Protégela de las mentiras y el desaliento de las malas personas y deja que comience a dejar todas sus cargas en tu yugo ya que es para ligero en tu presencia. Amen.
4.- Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. (Repetir tres veces)
5.- Acción: ¿A qué me comprometo?
Poner todas nuestras cargas en el yugo del señor y liberarnos para poder conocerlo.