Lectio Divina por Waldo Brea de República Dominicana
Invocación al Espíritu Santo
Dios Todopoderoso, tu presencia en el corazón es paz.
Tu Espíritu me ilumina, tu palabra me guía.
Espíritu de Dios, enciende en mi corazón la llama de tu amor.
Espíritu de Dios, no me dejes nunca. Amen.
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 8, 27-33
27 Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesárea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?»
28 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.»
29 Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo.»
30 Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él.
31 Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días.
32 Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle.
33 Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»
Palabra del Señor
Lectura. ¿Qué dice el texto?
Jesús se revela ante sus discípulos. No con un discurso. Más bien les pide a ellos compartir lo que ellos piensan de él y es Pedro quien va al grano y le pone el título de Cristo. Mesías esperado durante siglos por el pueblo judío.
Pero el Cristo no viene para ser coronado y gobernar como se esperaba. Jesús le confía a sus discípulos los sufrimientos y la muerte que le esperan. Esto es algo que Pedro no puede aceptar y se lo reprocha al Maestro.
El Maestro le devuelve el reproche a Pedro y reprende esa forma tan humana de pensar y actuar.
Meditación ¿Qué nos dice el texto?
El plan de Dios a menudo entra en conflicto con la lógica humana. El discípulo Pedro lo hace visible a lo largo del Evangelio llegando al punto de negar su relación con el Maestro.
Los discípulos de Jesús vivimos una constante conversión. Ensayo, prueba y error. Nos equivocamos, Dios nos perdona y poco a poco vamos aprendiendo del Maestro.
Tenemos que renunciar a nuestra naturaleza para convertirnos en discípulos del Amor.
Oración ¿Qué le decimos a Dios?
Dios de Ternura y de Misericordia. Ayúdame a encontrar satisfacción en lo pequeño.
Quiero mirar con tus ojos y escuchar con el corazón lleno de tu Santo Espíritu.
Quiero ser como tu Maestro. Enséñame a amar.
Contemplación, ¿A que me comprometo con el Señor?
Hoy voy a leer el periódico o las noticias, haciéndome la siguiente pregunta ante cada suceso o situación descrita: Como serian en este caso el pensamiento humano y el pensamiento de Dios.
Acción
Intentare discernir lo que me acerca al pensamiento de los hombres para evitarlo y practicar en mi relación con los demás y conmigo mismo, la forma de pensar de Dios.