Lectio Divina por Eduardo Rafael García de Honduras
Paso 0: Invocación al Espíritu Santo
Espíritu Santo, Dios de amor, Concédeme: una inteligencia que te conozca; una angustia que te busque; una sabiduría que te encuentre, una vida que te agrade; una perseverancia que, al fin, te posea. Amén
Paso 1: Lectura ¿Qué dice el Texto?
Lucas 12, 8-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que a todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo reconocerá abiertamente el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios; pero a aquel que me niegue ante los hombres, yo lo negaré ante los ángeles de Dios.
A todo aquel que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero a aquel que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando los lleven a las sinagogas y ante los jueces y autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga decir».
Paso 2: Meditación ¿Qué me dice el texto?
En el evangelio de hoy, Jesús enfatiza sobre un aspecto muy relevante en nuestra vida cristiana: el testimonio.
Ciertamente, por el Bautismo hemos recibido el don del Espíritu Santo, capacitando así nuestra vida frente al mundo hostil en el cual vivimos. A partir de este acontecimiento, surgen tres elementos fundamentales que todo discípulo debe cuidar: Reconocer a Dios como Padre y Señor de nuestra vida y de nuestra historia, dando testimonio de Él en el mundo y teniendo la valentía de vivir como auténticos cristianos en todos los ambientes en los que nos desenvolvemos, aun sabiendo que seremos siempre perseguidos y atacados.
El segundo elemento: vivir siempre en la Verdad, bajo la Luz del Espíritu Santo. Como hijos de Dios, no podemos ocultarnos o vivir según nuestras conveniencias o comodidades, al contrario, necesitamos redescubrir cuál es nuestro papel en el mundo, viviendo desde nuestra vocación y misión, iluminando las realidades más oscuras que encontremos dentro y fuera de la Iglesia, por eso no tendrán perdón los que contradicen y condenan a los discípulos de Jesús que, en tiempos difíciles, reciben la iluminación del Espíritu Santo para defenderse ante los tribunales, luchando por la verdad.
Por último, cultivar nuestra vida según la fuerza renovadora del Espíritu Santo, pues “Él les enseñará en todo momento lo que hay que decir”.
Es bueno cuestionarnos:
- ¿Me avergüenzo de llamarme cristiano y dar testimonio de Cristo reduciéndolo a una espiritualidad “privada” o proclamo el Evangelio con mis convicciones y acciones?
- En un mundo donde las verdades se relativizan ¿Trato de ser un auténtico hijo de Dios, luchando por la verdad y la justicia o intento ocultar los valores del Reino proclamado por Jesús?
- ¿Me dejo guiar por la acción del Espíritu Santo al realizar la misión o me dejo guiar por el parecer y los pensamientos del mundo?
Meditemos por un momento.
Paso 3: Oración ¿Cómo le respondo al Señor?
Te doy gracias Señor porque con tu Palabra me ayudas a entrar en las profundidades de mi vida y me haces redescubrir mi realidad tan débil y pecadora pero a la vez tan buena y moldeable. Permíteme acercarme a los que más me necesitan, proclamando el evangelio con mi vida y mis acciones, aún en tiempos de oscuridad. No permitas que tu mensaje sea relativizado, sino que triunfe tu palabra y tu verdad. Ayúdame a tomar buenas decisiones que edifiquen mi vida y la de los demás. Gracias por quedarte junto a nosotros.
Paso 4: Contemplación ¿Cómo interiorizo el mensaje?
Tomamos el versículo que más nos interpele..
“Les aseguro que todo aquel que se declare a mi favor delante de los hombres, el Hijo del hombre se declarará a favor de él en presencia de los ángeles de Dios”.
Paso 5: Acción ¿A qué me comprometo?
Establecemos un compromiso realizable para con Dios que tenga efecto en nuestra vida y la de los demás.
En este octubre misionero, llevaré a quienes más lo necesiten, palabras de esperanza y de verdad; además, me identificaré como cristiano dondequiera que vaya.