Lectio Divina por Edita Pérez Tejada de República Dominicana
Invocamos al Espíritu Santo
Ven, espíritu santo, hoy quiero ser lleno de tu presencia y de tu poder para hacer frente a la vida, con plena y completa victoria en ti ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame amen.
Evangelio según San Lucas 10, 1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa.» Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el reino de Dios.»»
Palabra del Señor
Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
En el evangelio de hoy nos invita a ponernos en marcha, a trabajar anunciando que el Reino de Dios está cerca, entre nosotros. Que buena noticia que requiere de gente que la anuncie con su modo de vivir, que este comprometido con el mundo en la creación del Reino. Pidamos a Dios obreros que, aunque tengan altibajos durante su vida apostólica, sepan ser fieles al deseo de buscar en todo amar y servir.
Oremos hoy por nuestro trabajo en la iglesia, por el modo en el que los laicos estamos llamados a intervenir en el anuncio del Reino de Dios: pero, sobre todo, por las vacaciones a la vida religiosa. Pidamos a Dios que nos inspire el mejor modo de cuidar estas vacaciones y de acompañar a los consagrados con nuestra amistad y ayuda.
Oración, ¿Qué le decimos a Dios?
Señora del Camino de los primeros compañero de San Ignacio, Madre de la vocación religiosa, que acompañas tantos pasos de aquellos que siguen a tu hijo allá donde Él les llama. Recibe en tus maternos abrazos a quienes se siente llamados a estar en la compañía de tu Hijo. Enséñanos a oírlos y recibirlos, abriendo la puerta y el corazón, como tú, que te hiciste nido para que Dios este con nosotros Amen.
Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
«Miren que los mandos como corderos en medio de lobos » (repetir)
«Miren que los mandos como corderos en medio de lobos »
«Miren que los mandos como corderos en medio de lobos »
Acción, ¿A qué me comprometo con Dios?
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