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Lectio Divina por Raúl Alexander González de Panamá
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo,
ilumíname con tu Palabra;
que te escuchen mis oídos con claridad;
y te abriré mi corazón sin reservas.
Que haga siempre tu voluntad.
Todo lo espero de ti.
Amén.
Miércoles, 24 Junio , 2020
Nacimiento del Precursor del Señor
Lucas 1,57-66.80
Del Evangelio de Lucas (1,57-66.80)
57 Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz y tuvo un hijo. 58 Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella.
59 Al octavo día fueron a circuncidar al niño y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, 60 pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan.» 61 Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre.» 62 Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. 63 Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Y todos quedaron admirados.64 Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. 65 Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; 66todos los que las oían las grababan en su corazón, diciéndose: «Pues ¿qué será este niño?» Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.
80 El niño crecía y su espíritu se fortalecía y vivió en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.
Lectio
El evangelio de hoy nos narra el nacimiento de Juan el Bautista, posterior al pasaje de la Visitación de María a su prima Isabel.
Isabel da a luz a un hijo. Quien fuera concebido a pesar de su esterilidad y la vejez de su esposo Zacarías.
Toda la comunidad fue testigo que el Señor le había hecho gran misericordia y se alegraban con ella.
Le ponen por nombre Juan, que significa “Dios recuerda. Dios es fiel, Dios es misericordia” . El nombre indica la identidad y la misión del que ha nacer. Este niño, hecho hombre, nos recordará la fidelidad de Dios, que viene a rescatar a su pueblo con su misericordia. Todos pensaban que se llamaría como su padre Zacarías, quien estaba mudo tras el anuncio del ángel porque dudó y solicita una tablilla para inscribir. Esta tablilla nos recuerda a las tablas de Moisés donde escribió los mandamientos; y ahora Zacarías escribe Juan “Dios nos recuerda” su alianza, su mandato. Y esta tablilla nos evocará aquella que manda a inscribir Pilatos “Jesús Nazareno Rey de los Judíos”, aludiendo a la misión de Jesús.
Pues ¿qué será de este Niño? – se preguntaba la gente – porque la mano del Señor estaba con él. Ya desde entonces se esperaba la grandeza de dicho hombre. Así como nosotros nos alegramos y deseamos la bendición de Dios para una criatura que acaba de nacer.
Crecía y su espíritu se fortalecía y vivió en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.
Como lo dijo Jesús: “No hay entre los nacidos de mujer, hombre más grande que Juan el Bautista”. Es la voz que sigue gritando hoy en el desierto de nuestra existencia, que nos invita a preparar el camino del Señor; que nos sigue llamando a la conversión y a ejercer nuestra misión como él, viviendo lo que se predica, con austeridad y sencillez.
Meditación ¿Qué nos dice el texto?
Cuántas cosas nos dice este texto.
Desde Isabel: quien siendo estéril, da luz a un hijo, que había esperado por tanto tiempo y que el Señor se haya acordado de su sierva. Ha tenido misericordia.
Zacarías: mudo desde el anunció del ángel, y su lengua canta y alaba al Señor, al momento de darle un nombre a su hijo “Juan”, le da una misión. “Dios recuerda” a los justos, la alianza, la misericordida, que será concreta en la persona de Jesús.
La gente: que se alegra con la dicha de los padres y se asombran por el destino misterioso de dicho niño.
Juan: quien crece cada día en estatura y en la gracia de Dios, y que hecho hombre, acepta y lleva a plenitud su misión de volver los corazones a Dios, de proclamar la fidelidad de Dios con su pueblo.
Y yo: puedo traer a mi mente con memoria agradecida de todas las alegrías y gracias que Dios me da dado durante el transcurso de mi vida, de los designios que ha tenido y tiene para mí; de cuál ha sido mi actitud ante la misión que me ha encomendado, a reflexionar en mi crecimiento espiritual y personal, en cómo conciliar lo que creo y quiero ser, sobre el hacer de mi vida.
Oración
¿Qué le respondo al Señor a la luz de la Palabra que me ha iluminado?
Te invito a que tomes tu Biblia y ores con el salmo 139 que se canta en la solemnidad de hoy.
“Señor, tú me sondeas y me conoces.
Sabes cuando me siento o me levanto, de lejos percibes mis pensamientos;
Disciernes mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares”…
Y posteriormente cerramos nuestra momento con la siguiente oración:
Gracias Señor Jesús por Tu Palabra que ilumina mi corazón.
Bendito seas Señor por que te has acordado de tu pueblo, de tu siervo, por tu misericordia infinita.
Gracias Señor por tu salvación, por la alegría que experimento al escucharte.
Gracias por la misión que me has dado.
Gracias por tu paz y tu bondad conmigo, y con los míos.
Gracias por recordarme tu amor y fidelidad día a día, a pesar mi ser y actuar.
Gracias por San Juan Bautista, por ese modelo de profeta, de conversión, de austeridad y sencillez.
Dame la gracia de poder ser como él, que llevó a cabo la misión que le confiaste, sin importar las consecuencias.
Me dejo en tus manos, no me alejes de ti, no me sueltes Señor. Te lo pido.
Amén.
Contemplación ¿Cómo lo interiorizo?
Hoy es un día grande para la Iglesia. El único santo a quien se le celebra el nacimiento. Ahondo en el significado de su nombre y lo que éste evoca en mi memoria de todo lo que el Señor ha obrado en mi vida:
“Dios es fiel, Dios recuerda, Dios es misericordia…”
Acción ¿A qué me comprometo?
Hacer introspección sobre cuál es mi misión y qué estoy haciendo para darle plenitud acorde a lo que Dios quiere.
