Lectio Divina por Marlon Vaca Muñoz de Ecuador
Paso 0. Invocación al Espíritu Santo
Precioso Espíritu Santo, amigo y protector nuestro, te pido que llenes nuestro corazón y nos permitas recibir con todo amor la palabra que nos quieres
Paso 1. Lectura: Evangelio según San Juan 17, 11-19
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo. Cuando yo estaba con ellos en este mundo, los cuidaba y los protegía con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado. Y ninguno de ellos se perdió, sino aquel que ya estaba perdido, para que se cumpliera lo que dice la Escritura. Ahora voy a donde tú estás; pero digo estas cosas mientras estoy en el mundo, para que ellos se llenen de la misma perfecta alegría que yo tengo. Yo les he comunicado tu palabra, pero el mundo los odia porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. Así como yo no soy del mundo, ellos tampoco son del mundo. Conságralos a ti mismo por medio de la verdad; tu palabra es la verdad. Como me enviaste a mí entre los que son del mundo, también yo los envío a ellos entre los que son del mundo. Y por causa de ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados por medio de la verdad.
¿Qué dice el texto?
En este texto podemos ver como Jesús ora, ora con amor por el mundo entero, en aquel momento representado por sus discípulos, y más que todo transmite tres regalos, los cuales son: protección, alegría y santidad.
Primero pide al Padre “cuídalos con el poder de tu nombre”, y siendo él perfecto, conocía cual era el mayor de los males que los atacaría y hasta ahora ataca a nuestra iglesia en la actualidad, pues claramente dice “para que estén completamente unidos”. La desunión, la fragmentación sería lo que los pudiera atacar. Continúa pidiendo más protección “los protejas del mal”, porque ellos ya no pertenecen al mundo.
Segundo, en su oración, pide la alegría para sus discípulos. Ellos serán odiados por el mundo, y no pertenecerán al mundo “ellos tampoco son del mundo”, y aun así pide al Padre que su alegría sea plena en la vida de ellos para poder vivir sin que importe lo que el mundo quiera pensar. Y no solo es un transmitir algo de alegría, pues su deseo en oración es “LLENEN de la MISMA PERFECTA ALEGRíA”.
Tercero, la santidad. En su oración pide al Padre la consagración de sus discípulos, ¿cómo? “por medio de la verdad”, ¿cuál es la verdad? “tu palabra es la verdad”, y ¿para qué? Para ser enviados, como Jesús lo fue, “como me enviaste a mi…. también yo los envío a ellos”
Paso 2. Meditación: ¿Qué me dice a mí el texto?
De esta hermosa palabra podemos reflexionar varias cosas que el texto nos dice en nuestra vida, invito a responder para nosotros las preguntas:
¿Qué tan unidos estamos como iglesia, comunidad y como grupo?
¿Me importa lo que el mundo piense de mí, o lo que Jesús piensa de mí?
¿Porto con la alegría de Jesús la Palabra de Dios en mi vida?
¿Creo firmemente que su palabra es la verdad que me llevará a buscar la santidad?
Paso 3. Oración: ¿Qué le respondo a Dios?
Precioso Espíritu Santo, protector y Dios en la tierra, te pido por la unión de nuestra iglesia, por la unión de las familias. Que sea tu palabra la brújula a la Santidad y la alegría de Jesús en nuestro corazón, el motor para aceptar con amor nuestra misión.
Amén
Paso 4. Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
En base a lo leído tenemos tres palabras poderosas que podemos interiorizar, dependiendo de como el texto nos habla a nuestra vida y corazón invito a contemplar:
“Padre santo, cuídanos con el poder de tu nombre”
“Llénanos de la misma perfecta alegría”
“Conságranos a ti mismo por medio de la verdad; tu palabra es la verdad”
Paso 5. Acción: ¿A qué me comprometo?
Identifiquemos en nuestra vida diaria, en nuestra comunidad y en nuestra familia, los problemas que pueden provocar la desunión y puntualmente traslademos acciones que permitan transmitir la alegría de Jesús y solventar estas fallas.