Lectio Divina del día – WhatsApp 1 Juan 4, 7-16

Lectio Divina por el Padre Héctor Fabio Ramírez de Colombia

Invocación al Espíritu Santo del Cardenal Verdier:

«Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre y del Hijo.
Inspírame siempre lo que debo pensar;
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar;
cómo debo actuar,
lo que debo hacer para Gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia Santificación.

Espíritu Santo,
dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutiliza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.

Dame acierto al empezar
dirección al progresar
y perfección al acabar. Amén».

1) Lectura: 1 Jn 4,7-16 (releer varias veces el texto hasta comprender)

Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él.
Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros.
La señal de que permanecemos en él y él permanece en nosotros, es que nos ha comunicado su Espíritu.
Y nosotros hemos visto y atestiguamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.
El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios, y Dios permanece en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él.

2) Meditación: La celebración de esta solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, nos permite profundizar en el amor de Dios. Si partimos de la experiencia limitada del amor humano, no lograremos acoger al amor infinito de Dios; por ello, debemos contemplar, apoyados en los textos de este día: la elección (Dt 7, 6-11); su misericordia (Salmo 102); su amor (1 Jn 4,7-16); de Dios para con cada uno de nosotros.

3) Oración Consagratoria al Sagrado Corazón de Jesús de Santa Margarita de Alacoque:

«Corazón sagrado de mi amado Jesús:
yo, aunque vilísima criatura,
te doy y consagro mi persona,
vida y acciones,
penas y padecimientos,
deseando que ninguna parte de mi ser
me sirva sino es para amarte, honrarte y glorificarte.

Esta es mi voluntad irrevocable: ser todo tuyo
y hacerlo todo por tu amor,
renunciando de todo mi corazón a cuanto pueda desagradarte.

Te tomo, pues, oh Corazón divino,
por el único objeto de mi amor,
protector de mi vida,
prenda de mi salvación,
remedio de mi inconstancia,
reparador de todas las culpas de mi vida;
y asilo seguro en la hora de mi muerte.

Sé pues, oh Corazón bondadoso,
mi justificación para con Dios Padre,
y aleja de mi los rayos de su justa cólera.

Oh Corazón amoroso,
pongo toda mi confianza en ti,
pues aunque lo temo todo de mi flaqueza,
sin embargo, todo lo espero de tu misericordia;
consume en mi todo que te desagrada y resiste,
y haz que tu puro amor
se imprima tan íntimamente en mi corazón,
que jamás llegue a olvidarte ni a estar separado de ti.

Te suplico, por tu misma bondad,
escribas mi nombre en ti mismo,
pues quiero tener cifrada toda mi dicha
en vivir y morir como tu esclavo. Amén.

4) Contemplación: «Dios es amor» (1 Jn 4, 16)

Acerca de HECTOR FABIO RAMIREZ GAVIRIA

Actualmente, presto mi servicio como sacerdote misionero en la Diócesis de Florencia, Caquetá, Colombia.

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