Lectio Divina
Jueves, 22 de Junio de 2023
Jueves XI Semana Tiempo Ordinario
Hugo Ramírez de Argentina ✍🏻🇦🇷
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo y enséñanos a rezar, enciende en nosotros el fuego de tu amor. Haz que necesitemos siempre de tu compañía para que podamos así llegar al corazón del Padre. Danos las palabras justas para conmover a nuestro Dios que es amor, que es papá y no puede dejar de escucharnos. Regálanos el don de la perseverancia para pedir siempre lo que necesitamos y para aceptar el tiempo que Dios nos haga esperar para nuestro bien. Danos un corazón siempre dócil a su voluntad.
Amén.
1. Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6,7-15
Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. No hagan como ellos, pues antes de que ustedes Le pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan. Ustedes, pues, recen así: Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. Danos hoy el pan que nos corresponde y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno. Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el Padre celestial les perdonará a ustedes. Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco el Padre les perdonará a ustedes.
Palabra del Señor.
📖 Lectura: ¿Qué dice el texto?
El siguiente texto se encuentra en el capítulo 6 del Evangelio de san Mateo, después de las seis oposiciones que ya hemos escuchado cuando Jesús dice: «pero yo les digo» que se encuentran en el capítulo 5, el capítulo que sigue: Jesús presenta la oración del Padre Nuestro como la manera perfecta de pedirle al Padre que está en lo secreto y nos escucha constantemente. Esta oración consta de dos momentos formados a la vez por otros, cada uno de ellos: el primero que consta de tres versos, número de Dios y a continuación de cuatro versos número de la Tierra. El primer momento formado por tres versos el primero Padre Nuestro, el segundo, santificado sea tu nombre y el tercero, venga tu Reino. Y el segundo momento formado por cuatro versos, el primero hágase tu voluntad, el segundo danos hoy el pan de cada día, el tercero perdona nuestras ofensas, y el cuarto, no nos dejes caer en la tentación. Este Evangelio escrito, seguramente por alguno de los seguidores de Mateo, divide este Evangelio en cinco momentos: el primero de ellos conocido como El Sermón de la montaña, que intenta reunir y reconciliar a cristianos y judíos; es donde se encuentra este episodio del capítulo 6, donde se nos enseña cómo pedirle a Dios Padre.
2. Meditación: ¿Qué nos dice el texto?
Este texto del Evangelio de Mateo quiere enseñarnos a rezar, quiere enseñarnos a priorizar nuestros deseos cuando vamos a presentárselos a Dios. Se encuentra en el capítulo 6 y en el versículo 7, se nos invita a no imitar a los paganos. Podemos aquí quedarnos con esta invitación a transformar la manera de rezar que hemos tenido hasta hoy, que quizás no es la mejor, pero es la que hemos aprendido de nuestros padres, de nuestros abuelos o catequistas. Pero, que Jesús nos invita a que la transformemos en una oración mucho más profunda, y para ello debemos dejar atrás lo que no nos ayuda a llegar al corazón de Dios Padre. El mismo Jesús nos enseña a que ante todo deseo personal, está el deseo y la voluntad de Dios, es por eso que en el Padre Nuestro nos lo marca con las tres primeras oraciones, donde se nos invita a dirigirnos solamente hacia Dios. En las próximas 4 oraciones se nos da lugar para que le presentemos a Dios lo que tenemos en el corazón, lo que venimos viviendo, lo que nos pasa como pueblo y lo que nos cuesta como seres humanos. Acercarnos a Él con el corazón limpio. Este Evangelio nos invita a perfeccionar nuestra oración, nos enseña un camino más corto y directo al corazón de Dios, que nos espera, ya sabiendo lo que necesitamos.
3. Oración: ¿Qué le respondo?
Señor Jesús, enséñanos cómo llegar al corazón del Padre, danos las palabras justas para conmover las entrañas de Dios y enseñarnos a decir lo que Dios gusta oír. Tú, que conoces el corazón del Padre, te damos gracias por compartirnos lo que debemos, decir lo que debemos pensar, cómo debemos sentir. Gracias por ser nuestro hermano mayor que nos enseñas a ser hermanos de todos.
4. Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
Podemos recordar para este momento el versículo 6 del capítulo 6 de Mateo que dice: “Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza. Cierra la puerta y ahora tu Padre que está allí a solas contigo, y tu Padre que ve en los secretos te premiará”.
Detengámonos y contemplemos en cada uno de los versos que hemos leído y descubramos el deseo de Dios para nuestras vidas.
5. Acción, ¿A qué me comprometo?
Después de haber rezado con este texto, podemos comprometernos a rezar todos los días esta hermosa oración con mucha más profundidad y en la medida de lo posible enseñarle a otro hermano mío lo hermoso de esta oración.