Evangelio del día – Lectio Divina San Mateo 13, 1-9

LECTIO DIVINA
Miercoles 26 de julio 2023
Miércoles de la Décimo Sexta semana del Tiempo Ordinario (A)
Memoria de los Santos Joaquín y Ana
Padres de la Bienaventurada Virgen María
P. Gabriel Ola de Guatemala ✍🏻🇬🇹

Espíritu Santo, Tu que me aclaras todo,
que iluminas todos los caminos para que yo alcance mi ideal.
Tú que me das el don Divino de perdonar y olvidar el mal que me hacen y que en todos los instantes de mi vida estás conmigo.
Quiero en este corto diálogo agradecerte por todo y confirmar que nunca quiero separarme de Ti, por mayor que sea la ilusión material.
Deseo estar contigo y todos mis seres queridos en la gloria perpetua.
Gracias por tu misericordia para conmigo y los míos.
Gracias Dios mío.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 1-9:

¨Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Acudió tanta gente, que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol. se abrasó, y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos ciento, otros sesenta, otros treinta. El que tenga oídos, que oiga.»

Palabra del Señor

1 – LECTIO
¿Qué dice el texto?

Queridos amigos lectores:
El relato evangélico de hoy, que ya tuvimos oportunidad de escuchar un par de domingos atrás en su versión más amplia, nos presenta una parábola tomada de una experiencia cotidiana, de la vida campestre del pueblo. Jesús como maestro enseña sentado junto al lago. Y nos pone la realidad de diversos tipos de suelo, que acogen diversamente la semilla, con diferente resultado. La Semilla que es la Palabra que quiere fructificar en nuestra vida, y vemos según las diferentes acogidas, respuestas también diversas.

2 – MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice?
Consideremos como parte muy interesante del texto, que esos suelos presentados por la parábola, que acogen la semilla no la han acogido de igual manera, aquí nos viene de preguntarnos qué tipo de suelo, según los descritos de la parábola, es mi corazón, estoy dispuesto como el buen jardinero o el buen agricultor disponer un corazón bello y acogedor que sea capaz de acoger la semilla de la Palabra, para dejarme transformar y santificar por ella, de modo que pueda dar fruto, quizá “unos ciento, otros sesenta, otros treinta” dónde no importa tanto el cuanto sino más bien fructificar, dar signos de santidad en nuestra vida.

3 – ORATIO

¿Qué le digo? ¿Qué le decimos?
Imploramos a Dios la Gracia de rechazar todo lo malo que sea contrario a nuestro ser cristiano, de manera que dispongamos un buen terreno en nuestro corazón para acoger con eficacia la Palabra y que esta fructifique generosamente para así dar testimonio y cumplir con todo aquello que significa el ser cristiano. Esto me parece que es un clamor que profunda, significativa y claramente ilumina nuestra reflexión de la Palabra de Dios hoy y que se eleva como perfume de incienso delante del Señor.

4 – CONTEMPLATIO

¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?
Cuando se trata de cosas espirituales, de la salud del alma y ese encuentro con la Palabra, sabemos que la disponibilidad a la Misericordia de Dios y a su Amor, puede hacer capaz que la piedra puede ser transformada en tierra fértil, el camino puede no ser pisoteado por todos los que circulan por él y llegar a ser un campo fecundo, las espinas pueden ser arrancadas de tal manera que permitan a los granos crecer jubilosamente. Esto es posible, claro que sí, gracias a que el Sembrador todo lo puede, y por eso su generosidad en esparcir su semilla. Y si la conversión del corazón no acontece, no es culpa del sembrador, sino de aquellos corazones que no han querido configurarse al Amor del sembrador que es generoso.

5 – ACTIO

¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?
Vamos al Encuentro de Cristo, que es el Sembrador, y de nuestra parte disponemos nuestras actitudes de cada día para que reflejen ese corazón disponible, como el terreno de tierra buena y poder dar frutos unos ciento, otros sesenta, otros treinta para gloria de Dios, bien nuestro y testimonio para que el mundo crea y se convierta.

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