Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 7,15-20

Lectio Divina
Por el P. Pedro Madrid de El Salvador ✍🏻🇸🇻

Invocamos al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo, amigo entrañable, persona viva y siempre disponible.
Sin tu dulce ayuda no podemos decir ni ¡Jesús es el Señor!
Ven, protector en todo momento, salvación que se hace patente.
Sana nuestros corazones destrozados por el desamor y el pecado.
Sana las heridas que nos deja la vida.
Enséñanos a vivir desde la entrega generosa de la propia vida.

Aconséjanos en todos los proyectos, pues no queremos hacer nada sin contar contigo.
Compañero del alma, fortalece nuestros pasos vacilantes, ilumina nuestra oscuridad, consuela nuestras tristezas, ya que Tú eres el Señor y dador de vida.

Ven a nuestra casa y comparte con nosotros el deseo de tener los mismos sentimientos del corazón del Redentor.
Ven ahora y por siempre para, como llama mansa y humilde, caldear nuestras frialdades. Amén.

Evangelio según san Mateo 7,15-20

15 Cuídense de los falsos profetas que llegan disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos salvajes. 16 Los conocerán por lo que hacen. Los espinos no dan uvas, y los cardos no dan higos. 17 De modo que todo buen árbol produce buenos frutos, y un árbol malo produce malos frutos. 18 Un árbol bueno no puede dar frutos malos, y un árbol malo no puede dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto es cortado y arrojado al fuego. 20 Por lo tanto, por sus acciones los conocerán.
Palabra del Señor.

Lectura, ¿Qué dice el texto?

Cuídense de los falsos profetas que llegan disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos salvajes.

Los conocerán por lo que hacen.

Los espinos no dan uvas, y los cardos no dan higos.

De modo que todo buen árbol produce buenos frutos, y un árbol malo produce malos frutos.

Todo árbol que no da buen fruto es cortado y arrojado al fuego.

Por lo tanto, por sus acciones los conocerán.

Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?

Jesús nos habla hoy de los verdaderos y de los falsos profetas. La verdad o falsedad, aunque con repercusiones exteriores, es una virtud o un defecto de la persona, de su corazón. Hoy al falso profeta le llamaríamos “corrupto”, alguien que solicita, ofrece, otorga o acepta ventajas que no le corresponden.

Jesús hace hincapié en la necesidad del don de discernimiento para no dejarnos llevar por bellas palabras y cuidadas apariencias tras de las que se esconden “lobos rapaces”. No debemos ser mal pensados, pero sí muy cautos.

La clave está en la armonía del Espíritu, que no se precipita, que sabe esperar el momento de recoger los frutos. “Por sus frutos los conoceréis”, no por sus promesas, por sus palabras y sólo por lo que aparentan. Jesús llega a decir que los árboles que no dan frutos buenos son arrojados al fuego.

El Señor nos ha dado muchos dones y entre ellos «el don del reconocimiento», es algo natural que todos tenemos y es algo que nos nace del corazón, del espíritu y hay expresiones tan claras como decir «hay algo que me gusta o no me gusta de …» o «al ver la acciones y actitudes de …» o simplemente hay o no una empatía o química entre la o las otras personas y nosotros, que puede ser por lo que dicen, hacen o decimos o hacemos, ¿Me doy cuenta de ese don de «reconocimiento» que el Señor me ha dado»? ¿Qué tipo de frutos produzco (acciones, actitudes), del árbol que produce buenos frutos o del árbol que produce malos frutos? ¿De qué forma actúo cuando identificó el tipo de fruto (acción o actitud) que producen quienes están a diario alrededor mío?

Oración, ¿Qué le decimos a Dios?

• Mi Dios, como lo has dicho, me has hecho a imagen y semejanza tuya, me has dado dones que tú tienes, hoy hablamos del «don de reconocimiento», no sólo hacía el exterior sino a mi interior también, porque así es lo que tú nos pides, vernos primero hacia nuestro interior y después ver hacia nuestro exterior, es decir, a quienes nos rodean, así mi Señor puedo reconocer los frutos que tengo y de los que me dan; soy imperfecto, y los frutos que doy a veces son buenos y otras son malos, dame la alegría para saborear de los buenos y compartirlos con los demás y de los malos frutos, dame la sabiduría del campesino para hacerlos madurar y hacer que sean frutos buenos, escucha esta mi oración, Señor y que pueda estar en la huerta donde todo lo que se produce es bueno.

• Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal?

Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?

Decimos varias veces, con voz suave y sintiendo que Él nos escucha:

«Por sus frutos los reconocerán»
(Repetimos)
«Por sus frutos los reconocerán»
«Por sus frutos los reconocerán «
POR MIS FRUTOS ME RECONOCERÁN

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?

Acción, ¿A qué me comprometo con Dios?
Me comprometo a HACER UN INVENTARIO de cuáles son mis frutos, buenos y malos, luego trataré de potenciar los frutos buenos y corregir los frutos malos.

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