Lectio Divina
Jueves 5 de diciembre de 2024
Jueves I Semana de Adviento
Exalta Gabriela De La Barra, Bolivia
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:
Santo Espíritu de Dios, ven en este instante, baja con tu poder, llena mi vida y mi mente, para que en este momento pueda poner todo a los pies de mi Señor, que su santa palabra penetre mi alma y mis decisiones. Amen.
LECTURA Evangelio según San Mateo 7, 21. 24 -27
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande»
Es peculiar encontrar parábolas en las palabras de San Mateo, quien, con una pedagogía fácil y comparativa, nos enseña de la vida de un discípulo según los ojos de Jesús, a cada momento muestra, como las acciones que las personas debemos de hacer, son a temporales. Vivir como amigo, compañero, pero sobre todo como seguidor de Jesús no es fácil, implica un compromiso de vida.
MEDITACIÓN:
Estamos en un tiempo de escucha y silencio “Adviento” tiempos para pensar y esperar el poder del padre a través de la Natividad el Señor; todos estos días escucharemos diferentes episodios con muestras claras de cómo vivir a imagen y semejanza, tanto el evangelio como la palabra. Jesús como siempre, amando a todos hasta el extremo, vuelve a darnos la guía de cómo hacer, para que al final de nuestros días en la tierra, pueda ser el inicio de la vida celestial, para eso, debemos estar preparados y hacer las cosas bien, hoy y a cada momento. Habla también de la prevención en la vida y que absolutamente todas esas pequeñas acciones cuentan, incluso cuando nadie nos ve. Que el corazón es el que tiene que escuchar su palabra, pero además ponerla en práctica.
Nos dice también de manera contundente, seamos precavidos y sabios en nuestra vida, cimentando todas nuestras vivencias, para que, en un futuro cercano, tengan la suficiente fuerza de quedar de pie ante las turbulencias del diario vivir, que nada nos haga caer y desistir del amor infinito del padre.
¿Cómo vives en los momentos de tormenta?
¿Qué es lo que sostiene tu fe, ante estas situaciones difíciles y cruciales?
¿Haz repensado sobre tu catolicismo en tus momentos de felicidad?
ORACIÓN:
Dios padre de misericordia, dame la fuerza necesaria para hacer frente a esos momentos duros de mi vida y la de mis hermanos, que cuando dude vuelva mi corazón hacia ti, dame los momentos de sombras, pero también los hombros suficientes para sostenerme y no caer a pesar de la oscuridad a mi alrededor, no me dejes solo
Amén.
CONTEMPLACIÓN:
“Padre eterno, gracias por cuidar mi vida y mis pensamientos; gracias por permitir que todo pase, fortaleciendo mi alma y mi vida, gracias por no dejarme solo y enviar a tantos ángeles que me cuidan, aman y sobre todo me muestran tu rostro”.
ACCIÓN:
Te invito a alabar a Dios por su obra en tu vida.
Pensar en los momentos oscuros de mi vida y orar por aquellos malos pensamientos y decisiones tomadas.