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Lectio Divina
Martes, 11 de Marzo de 2025
I Semana de Cuaresma Ciclo C
Hugo Ramírez desde Córdoba Argentina ✍🏻🇦🇷
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo y enséñanos a rezar. Ven Espíritu Santo y regalarnos el don de la sinceridad, de la transparencia para no buscar palabras complicadas sino aprender a estar en la presencia de Dios como un padre que ya sabe lo que necesitamos y solo espera que nos dejemos querer como hijos. Amén.
Evangelio según San Mateo 6, 7-15
7 Cuando estén orando, no digan palabras repetidas sin sentido, como hacen los paganos, porque ellos piensan que serán escuchados por su palabrería. 8 No sean como ellos, porque antes de pedir, su Padre ya sabe lo que necesitan. 9 Por tanto, ustedes oren así:
“Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino, hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra. 11 Danos hoy el pan nuestro de cada día. 12 Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden, 13 y no nos dejes entrar en la tentación, sino líbranos del mal”.
14 Porque si perdonan a las personas sus faltas, su Padre, en el cielo, también los perdonará a ustedes. 15 Pero si no perdonan a estas personas, tampoco su Padre perdonará a ustedes sus ofensas.
Palabra del Señor.
Lectura, ¿qué dice el texto?
En este evangelio vemos como Jesús enseña a sus discípulos sobre la oración. Podemos dividir el texto en tres partes para mejor entenderlo.
Advertencia sobre la oración mecánica, a Jesús no le gustan las oraciones que tienen muchas palabras pero que no salen del corazón. Nos dice que el Padre ya sabe lo que necesitamos antes de pedírselo. Dios no necesita ser convencido con muchas palabras, porque ya conoce nuestras necesidades antes de que se las expresemos. Esto nos recuerda que la oración no es para informar a Dios, sino para acercarnos a Él con un corazón sincero.
Nos enseña la manera correcta de rezar y lo hace con el padre nuestro donde nos presenta estas siete maneras de pedirle al Padre. Tres dirigidas a Dios (su nombre, su reino y su voluntad) y tres sobre nuestras necesidades (pan, perdón y protección del mal).
Nos recuerda que Dios es cercano como Padre. Expresa nuestro deseo de honrar a Dios. Nos llama a someternos a la voluntad divina y esperar su reinado. Pide la provisión de nuestras necesidades básicas. Nos enseña que recibir el perdón de Dios implica estar dispuestos a perdonar. Reconoce nuestra fragilidad y la necesidad de la ayuda de Dios para vencer el pecado. Jesús cierra esta enseñanza enfatizando que quien ha sido perdonado debe reflejar ese mismo perdón.
Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Al leer este evangelio podemos hacernos estas preguntas para ver que puede decirnos, o a que nos invita o que quiere suscitar en nosotros.
¿Cómo es mi oración? ¿A veces repito palabras vacías, sin corazón, lejos de lo que verdaderamente siento? ¿Busco en la oración lo que Dios quiere de mi o solo escucho mis propios deseos? ¿Perdono de la misma manera que quiero ser perdonado?
Oración: (¿Qué le digo a Dios?)
«Señor, enséñame a orar como Tú nos enseñaste. Ayúdame a confiar en que Tú ya conoces mis necesidades. Que mi oración sea sincera y centrada en tu voluntad. Dame un corazón dispuesto a perdonar, como Tú me perdonas. Amén.»
Contemplación: (¿A qué me llama este texto?)
Después de meditar y orar, este pasaje nos lleva a una actitud de confianza en Dios y de reconciliación con los demás. Podemos comprometernos a:
Orar con más autenticidad y profundidad procurando que siempre sea con el oído puesto en nuestro corazón y puesto en el corazón de Dios.
Acción: (¿A que me comprometo?)
Vivir el perdón como una realidad cotidiana, reconociendo que nuestra relación con Dios se manifiesta en cómo tratamos a los demás. Este puede ser una buena tarea a concretar. Mi compromiso a perdonar de corazón a quien me ha ofendido y comenzar un camino de reconciliación con esa persona.
