Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 6, 1-6. 16-18

Lectio Divina por Marcos Díaz de Argentina

Miércoles XI Semana Tiempo Ordinario Ciclo B

0. Invocación al Espíritu Santo

“Ven Espíritu Santo, quiero dejar que tu suave soplo me acaricie. A veces no me siento digno de descansar un momento, de gozar en tu presencia, de aliviar mis cansancios en tu amor que restaura. Pero tú no esperas que yo sea perfecto para amarme. Simplemente me amas. Por eso quiero dejarte entrar, Espíritu Santo, para disfrutar por un momento de tu presencia santa, y simplemente dejarme estar en tu presencia. 

Amén.”

1. Lectura – Qué dice el texto. Mateo 6, 1-6;16-18

1 Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. 2 Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. 3 Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, 4 para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

5 Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. 6 Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

16 Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. 17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, 18 para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Comentario breve:

El texto que hoy nos regala la Iglesia está inserto dentro del discurso de Mateo conocido como Sermón de la Montaña que abarca de los capítulos 5 al 7, donde Jesús sube a la montaña como Moisés para dar la Ley a su pueblo, perfeccionando y llevando a su cumplimiento la primera Ley.  

  • En el sermón de la montaña Jesús nombra las Bienaventuranzas, completa la Ley diciendo: “Uds han oído que se dijo… pero yo les digo…”. Poniendo esto en claro Jesús quiere alejar a sus discípulos de la piedad que practican los fariseos y escribas. Cuando Jesús dice: “Tengan cuidado de no practicar su justicia…” se refiere a vivir la fidelidad a los mandamientos, pero en su nueva promulgación como una adhesión espiritual a la Ley mosaica y no solo a una práctica exterior y vacía. 
  • Jesús conoce el humano corazón y por eso en este punto hace la advertencia y nos pone en guardia contra la ostentación que puede surgir en nosotros cuando hacemos una obra buena. Si cedemos a esto, lamentablemente, ya tendremos nuestra recompensa que será la vanagloria que recibimos de la felicitación de los que nos ven.  
  • Jesús nos pide que vivamos nuestra justicia solo para que sea conocida por el Padre que ve en lo secreto de nuestro corazón y el Padre nos recompensará pues “todo el que escucha y pone en práctica estas Palabras será como un hombre sensato que edificó su casa sobre roca; cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos, pero la casa no se derrumbó porque estaba construida sobre roca”. (Mt 7, 24-25)

2. Meditación – ¿Qué me/nos dice el texto?

Me tomo unos momentos para meditar esta Palabra que me ha sido dada. Mediante estas preguntas intentaremos rumiar aún más el texto bíblico:

  • ¿Cómo es la justicia o la práctica de la Ley que vivo diariamente?
  • ¿Practico mi fidelidad a la Ley de una manera estrecha y literal como la vivían los fariseos?
  • ¿Gozo diariamente el encuentro con el Padre Celestial en lo secreto de mi corazón?
  • ¿Doy gracias por esta oportunidad que me da el Padre? 

Trata de agregar tus propias meditaciones a esta LD comunitaria.

3. Oración – ¿Qué le decimos al Señor?

Como oración de esta lectio divina, quisiera que leyéramos Isaías 58, 6-7:

6 Este es el ayuno que yo amo –oráculo del Señor–: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; 7 compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne. 8 Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. 9 Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: «¡Aquí estoy!». Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; 10 si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como al mediodía, 11 El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan.

Por favor comparte tu oración con todos los Cristonautas.

4. Contemplación

Te propongo que repitamos durante este día la siguiente frase:

» El Padre que ve en lo secreto te recompensará».

5. Acción – ¿Cómo llevo a la vida esta Palabra?

Como sugerencia te comparto una posible acción para este texto: Vivir nuestras prácticas de piedad con un corazón atento para que solo sean para el Padre que ve en lo secreto.

Te toca a ti compartir una acción para llevar a la vida esta Palabra escuchada.

 

 

 

 

 

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