Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 5, 17-19

Lectio Divina por Rolando Brizuela de Venezuela

Miércoles III Semana de Cuaresma Ciclo B

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu Santo guiador de los caminos del bien, fuente viva de fuego, fiel promesa del Padre, lucero de cada uno de nuestro corazones, llena de paz nuestras vidas y se con nosotros siempre Misericordioso, se nuestra estada punzante en contra los enemigos del Señor, haznos fuerte para estar en las filas del Señor nuestro Dios, danos pronta paz Espíritu consolador.

 Amén. 

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5,17-19)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el Reino de los Cielos.

Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos».

Palabra del Señor

MEDITACIÓN

¿Qué dice el texto?

En este pasaje del Evangelio de Mateo, Jesús se presenta como plenitud de la Ley y los profetas. Dios ha ido guiando a su pueblo y exigiendo de ellos el cumplimiento de la Ley como camino de unificación y ordenamiento del pueblo elegido. Su fidelidad a Yahvé se manifestaba en el seguimiento de esa Ley. Pero ahora Dios ha completado su alianza enviando al Salvador del Pueblo y por Él, y a través de Él, manifiesta su nueva alianza. Jesús pone la plenitud de la Ley en realizar el Reino de Dios en nuestra historia. Llevar a cumplimiento el amor definitivo de Dios al hombre, manifestado en la resurrección de Jesús. Ese amor debe cumplirse y animar toda la vida de los discípulos del resucitado. El seguimiento cristiano no se limita a la observancia ritualista de un código de normas. La nueva legalidad es la del amor, la de la respuesta generosa al don amoroso de Dios, que nos amó primero y entregó a su propio Hijo hasta la muerte. El amor del discípulo de Jesús no puede tener otro límite que el de la entrega radical, total y definitiva.

ORACIÓN

¿Qué le digo a Dios?

Bendito Dios guiador de nuestros senderos, danos las fuerzas para cumplir cada uno de tus deseos,  mira nos con misericordia y llenamos  de tu amor, Señor danos fortaleza para vivir conforme a tu Evangelio, 

nos postramos ante ti; a quien se le ha dado todo el poder. Oh Señor, te amaremos, te apreciaremos. Tus pensamientos serán nuestros pensamientos, queremos aprender cómo eres nombrado en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra. Cuídanos y permanece con nosotros hasta que puedas venir, hasta el cumplimiento del tiempo, cuando aparecerás entre nosotros para establecer el Reino de Dios. Entonces el mundo entero se alegrará y toda la humanidad se postrará ante ti, el único Señor y Salvador. Amén. 

CONTEMPLACIÓN

¿Cómo interiorizo la palabra?

Guiados  por la Ley del Señor y su amor, es en lo que más se enfoca Jesucristo al compartir su Palabra. 

ACCIÓN

HAGÁMONOS UNA PREGUNTA

¿Cómo veo y vivo la Ley de Dios? ¿Cómo horizonte de libertad creciente o cómo imposición que delimita mi libertad?

 

Acerca de Rolando Brizuela

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