Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 4, 1-20

Lectio Divina
Miércoles 29 de enero 2025
Miércoles III Semana Tiempo Ordinario
Rosanna Quiroz de República Dominicana ✍️*🇩🇴

Invocación al Espíritu Santo🕊️

Espíritu Santo, divino espíritu de Luz y amor, te consagró mi entendimiento mi corazón, mi voluntad y todo mi ser, el tiempo y la eternidad. Que mi entendimiento este siempre sumiso a tus divinas inspiraciones y enseñanzas de la dotrina de la iglesia católica que tú guías infaliblemente. Que mi corazón se infaliblemente. Que mi corazón inflame siempre en amor de Dios y del prójimo. Que mi voluntad este siempre conforme a tu divina voluntad. Que toda mi vida sea fiel imitación de la vida y virtudes de nuestro señor y salvador Jesucristo. A El, contigo y el padre sea Dado todo el honor y gloria por siempre.
Dios Espíritu Santo, infinito Amor del Padre y del Hijo por las manos purísimas de María inmaculada, me pongo hoy y todos los días de mi vida sobre tu altar escogido, el sagrado corazón de Jesús como un sacrificio en tu honor, fuego consumidor, con firme resolución ahora más que nunca de oír tu voz y cumplir en todas las cosas santísima y adorable voluntad.
Amén. 👐

Lectura del santo Evangelio Según San Mateo 4, 1-20📖

Jesús comenzó a enseñar nuevamente en la orilla del lago de Galilea. La multitud que se reunió a su alrededor era tan grande que entró y se sentó en un bote cerca de la orilla donde estaba. El usaba parábolas para enseñar muchas cosas y les proclamaba sus enseñanzas:
¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar, y mientras tiraba las semillas, algunas cayeron al borde del camino, y los pájaros llegaron y se las comieron otras partes de las semillas cayeron en un lugar donde habían muchas piedras y poca tierra. Y las semillas pronto brotaron porque la tierra no está profunda, pero cuando salió el sol quemo las plantas y se secaron porque no tenías raíces. Otras semillas cayeron entre las espinas que crecieron y ahogaron las plantas por eso no dieron frutos. Pero las semillas que cayeron en tierra buena brotaron y dieron fruto: unas treinta, otros sesentas y otras cien veces».

Y Jesús les decía: El que tenga oídos para escuchar que oiga entonces que escuche».
Cuando la multitud se fue la gente que se quedó allí comenzó con los doce discípulos, hacerles preguntas a Jesús sobre las parábolas.

Él les decía «A ustedes se le ha dado a conocer el Reyno de Dios pero para los que están fuera, todas esas cosas se le enseñaran en parábolas para que lo que están viendo, vean y no observen nada, y para lo que están escuchando, escuchen y no comprendan; pues de lo contrario, volverían a Dios, y El lo perdonará «.

Entonces Jesús les dijo: «Si no entienden está parábola, ¿cómo entenderán las demás?» El sembrador siembra el mensaje de Dios. Algunas personas que lo escuchan son como la semilla que cae en el camino. Tan pronto como la escuchan, Satanás viene y come el mensaje que se ha sembrado en sus corazones. Otras personas son como la semillas que se sembraron dónde había muchas piedras. Cuando escuchan el mensaje, lo aceptan inmediatamente con alegría pero después de un tiempo las personas los aceptan con alegría, pero después de un tiempo olvidan en mensaje porque no se ha quedado en ellas, y cuando los sufrimientos y las persecuciones llegan por causa del mensaje, pronto abandona su fe. Otras personas son como semillas sembradas entres espinas, pero cuando aparecen las preocupaciones de este mundo la ilusión de la riqueza y otras ambiciones estás cosas ahogan el mensaje y no dan fruto. Y están esas personas que son como la semillas que se sembraron en buena tierra escuchan y aceptan el mensaje, y producen una gran cosecha: unas treinta otras sesenta y otras cien veces».
Palabra de Señor.

Meditación. ¿Que nos dice Dios en el texto?

En este texto nos dice que Jesús comenzó a enseñar nuevamente en el lago de Galilea la multitud que lo seguía eran tan grande que Jesús se entró en el bote y se sentó cerca de la orilla donde estaba. El usaba parábola para enseñar y le proclamaba sus enseñanzas. Un sembrador salió a sembrar y mientras tiraba las semillas algunas cayeron en el borde del camino y los pájaros llegaron y se las comieron. Eso significa cuando Dios nos habla, pero con el bullicio de este mundo olvidamos y volvemos para tras con el pecado. la otras cayeron en un lugar donde había muchas piedras brotaron, pero cuando vino el sol se checaron porque no tenían raíces. Eso significa cuando predicamos la palabra de Dios, pero las personas envueltas en el mundo no hacen caso ni tienen tiempo para poner la palabra de Dios por obra.
Otras cayeron entre espina que crecieron y ahogaron las plantas por eso no dieron frutos. Cuando escuchamos para palabra de Dios y no la ponemos en prácticas. Pero la otra cayó en tierra buenas dieron fruto unos veinte otros sesenta y otros cien. Esas son las personas que escuchan las palabras de Dios y la ponen en práctica.

Contemplación: ¿Cómo interiorizamos la palabra de Dios?

Puedo reflexionar en torno a estas preguntas:
Soy consciente de que la semilla cayó en buena tierra.
He dado gracias a Dios alguna vez por aquellas personas que me han apoyado y han orado por mí y son sido ejemplo para mí vida en el camino hacia Dios.
Estoy dispuesta yo a qué esa semilla valga en tierra buena en mí y pueda dar bueno bruto, fruto de fe, esperanza caridad entrega sin reservas siempre presta hacer su voluntad.

Oración, Que le decimos a Dios?

«Inflama todas las cosas
San Ignacio de lo Loyola
Dios del cielo y de la tierra hoy quiero darte gracias por el don de la vida te pido que inflame mi corazón para que yo pueda servirte en espíritu y verdad que todo lo que haga confisca a ti. Permíteme ser un reflejo vivo de ti.

Acción. ¿A que me comprometo con Dios?

Señor me comprometo hacer tu voluntad a caminar por la vida de la mano contigo con un corazón contrito y en disposición tuya señor dócil para ser una misionera que se habrá a tu comunidad que sale de su estructura convencionales para encontrarse con las personas especialmente con aquellas que están en la periferia de la sociedad y llevarla a ti.

Acerca de Ramón Pané

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