Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 28, 8-15

Lectio Divina por Adrián García de República Dominicana

Invocación al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo porque tú presencia llena mi alma, fortalece mi ser y me prepara de corazón para recibir la Santa Palabra.
Ven a llenarme de ti, pues tú Santa presencia es esperada para recibir al Hijo de mi Dios, nuestro Señor Jesucristo, Vivo y Resucitado, que es La Palabra hecha Carne.

Tú, Espíritu Santo, ayúdame a comprender, meditar y aplicar la palabra de Dios; y que así como lo haces conmigo, otros puedan llenarse y regocijarse con la Buena Nueva, Amén.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (28,8-15):

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús salió al encuentro y les dijo:
«Alegraos».
Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante Él.
Jesús les dijo:
«No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:
«Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernados, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros».
Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.

Palabra del Señor

Lectura: ¿Qué dice el texto?

En este Evangelio podemos ver, una vez más, que Jesús hace su primera aparición Resucitado a las mujeres que fueron a verlo al Sepulcro, y también podemos ver que la intención de Jesús en ese momento era más que solo aparecerse ante ellas, sino también que sus discípulos, aunque no estuvieran ahí, se enteraran de lo sucedido, y por eso les envió instrucciones con ellas para su primera aparición ante ellos.

Pero, al mismo tiempo, también vemos en este Evangelio, que aún el dinero sigue siendo razón para ocultar la verdad, y seguir calumniado el nombre del Señor. Los guardias que custodiaban su cuerpo, fueron pagados para tergiversar la historia de Resurrección, haciendo correr la idea de que no había Resucitado, sino que los discípulos robaron su cuerpo y se inventaron la historia de su Resurrección.

Meditación: ¿Qué nos dice Dios en el texto?

Siento que Jesús quería encontrarse a las mujeres en el sepulcro, pues quería, obviamente que María fuera la primera en verlo, que María tuviera la primicia de su Resurrección, la Madre del Señor merecía un alivio entre tanto sufrimiento al ver a su hijo crucificado. ¿Qué mejor manera de parar el dolor y sufrimiento de María que ver a su hijo, resplandeciente, VIVO, delante de ella?

Jesús quería que sus discípulos se enteraran de lo sucedido, pero no de su boca, sino, por parte de las mujeres. Creo que también tiene mucho que ver con el nivel de Fe que Jesús esperaba de sus Discípulos, es decir, para que Crean sin haber visto.

La situación de los guardias al mismo tiempo que pasaba esto, fue una evidencia más, de las ganas de debilitar el nombre de Jesús, de quitarle fuerzas al Testimonio que se había esparcido por todos lados desde los primeros pasos de Jesús entre su pueblo. Pero esto no debilitó la fe de los que lo seguían, solo fue una historia difundida entre los judíos que fueron culpables de su crucifixión, aunque sea una historia que se haya mantenido por años, los que sí lo seguían y lo siguen de corazón, nunca han creído está tergiversada versión de los hechos.

Está lectura me hace preguntarme:

¿Estoy yo dispuesto a aceptar la Resurrección de mi Señor como verdadera demostración de su reinado?
¿Cuantas veces he decidido cambiar la versión verdadera de los hechos, por una paga material?

Oración: ¿Qué le respondo a Dios?

Señor, hoy te doy gracias por ayudarme a creer en tu Resurrección, por demostrarme una vez más, a través de tu Palabra y de hechos, que estás vivo y Resucitado entre nosotros.

Ayúdame, Señor, a tener la valentía y fortaleza para difundir tu Verdad, tu Historia a todos a mi alrededor.

Amén.

Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?

“No teman”.

Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?

1. Descubrir las cosas que me impiden difundir la Historia de Salvación de nuestro Señor.
2. Estar dispuesto a contar y enseñar a otros la Historia Verdadera de Jesús, para que otros crean de la misma manera que sus discípulos creyeron, y que yo he creído.

Acerca de Adrian García Rosa

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