Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 25, 31-46

Lectio Divina

Por Diana Carolina Bueno de Jarabacoa, República Dominicana. ✍🏻🇩🇴

0- Invocación al Espíritu Santo

Espíritu Santo, en estos momentos te invoco, y te ruego, que derrames tu poder y sabiduría sobre mí, ayúdame a vislumbrar y aplicar en mi vida lo que nos dice la Palabra del Señor, en este y todos los días de mi vida. Hazme un eficaz instrumento para transmitir el mensaje de amor que Dios nos comparte.
Amén.

1- LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO SEGÚN SAN MATEO 25, 31-46

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver? Y el rey les dirá: Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron.
Entonces dirá también a los de su izquierda; ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’. Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’ Y El les replicara: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’.
Entonces irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna. Palabra del Señor.

1.- LECTURA. ¿Qué dice el texto?

Este texto nos relata que Jesús les indica a sus discípulos lo que ha de pasar el día en que Él regrese. Donde congregará a todas las naciones, y separara a uno de otros, en dos grandes grupos, como lo hace el pastor, ovejas y cabritos, los primeros a su derecha y los segundos a su izquierda; e indicará que los de su derecha, por realizar las diferentes obras de misericordia, ganaron el Reino de los Cielos, mientras que los de su izquierda serán expulsados a los infiernos por no cumplirlas. Por lo que en los dos grupos le hacen la interrogante de que cuando hicieron o dejaron de hacer cada obra de misericordia, por lo que Jesús, les responde: que cuando lo dejaron de hacer con alguno de nuestros hermanos, aquellos más pequeños también lo dejaron de hacer por Él.

Pregunta para recordar el texto bíblico:
¿Cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?

2.- MEDITACIÓN. ¿Qué me dice el texto?

Que Jesús mira cada acción que realizamos en nuestras vidas, cuando colaboramos y realizamos alguna gestión a favor de quien nos necesita. Él está al pendiente, y lo ve todo, lo que nos motiva a estar alerta, en nuestro caminar por un mundo que va tan deprisa, donde no nos percatamos ni prestamos atención a lo que sucede con los hermanos en nuestro entorno, y nos limitamos a dar de lo mucho o poco que poseemos, que son dones y bendiciones que el mismo Dios nos ha regalado, entonces:
¿Por qué ser egoístas y no compartirlo?
Algunas personas tan solo necesitan que le escuchemos, establecer un diálogo ameno y lleno de alegría, para seguir adelante, para cultivar la esperanza que en muchos es poca o nula. No dejemos de ser humanos, amables, sinceros, colaborativos y transmisores el amor que tenemos en nuestros corazones.

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta palabra de salvación:
1. ¿Estoy escuchando y prestando atención a quienes necesitan de mí?
2.¿Comparto los dones y carismas que Dios me ha regalado, con los demás?
3. ¿Doy de comer a los que padecen hambre a mi alrededor?
4. ¿Mis acciones colaboran a que mis hermanos tengan mejor calidad de vida, tanto corporal como espiritual?

3.- ORACIÓN. ¿Qué le respondo a Dios?

Señor Jesús, ayúdame a ser un poco como Tú, ayudando e identificando a quienes me necesitan, no dejando solos a aquellos que están padeciendo hambre, y que pueda proveer saciedad, consuelo en sus penas y pueda consolar, escuchar, acompañar, que no haga caso omiso a mis hermanos cuando requieran mi ayuda, no solo a aquellos que conozco, sino a todos los que pueda encontrar en mi caminar por este mundo.
Amén.

Dile a Jesús lo que sale de tu corazón. Él te escucha y te ayuda.

4.- CONTEMPLACIÓN. ¿Cómo interiorizo tu mensaje, Señor?

Reflexiono las siguientes palabras y frase:
«Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron».

5.- ACCIÓN. ¿Cómo llevo esta Palabra a mi vida? ¿A qué me comprometo?

Llevo esta palabra realizando un examen de conciencia sobre mis acciones y me comprometo a acercarme más a mis hermanos, poner atención, y estar más al pendiente de sus necesidades, a proveer lo que esté a mi alcance; y de esta manera, colaborar con ellos, y lo que tal vez no esté a mi alcance, buscar los medios necesarios para colaborar aunque sea de manera indirecta.

Y tú, ¿a qué te comprometes con Dios?

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