Lectio Divina por Erinson de Jesús Bustamante de Venezuela
1. Invocación al Espíritu Santo
Inspíranos oh fuerza de Jesús y del Padre que vienes de dentro para que vivamos hacia afuera. Como llenaste a María, llénanos a nosotros para que escuchemos la Palabra, comprendamos lo que nos quieres decir y realmente lo pongamos por obra. Te lo pedimos por su medio: Dios te salve María…
2. Lectura Mt 23, 27-32. ¿Qué dice el texto?
En aquel tiempo dijo Jesús
27 ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: por fuera son hermosos, por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda clase de inmundicia!
28 Así también son ustedes, por fuera parecen honrados delante de la gente, pero por dentro están llenos de hipocresía y maldad.
29 ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que construyen sepulcros grandiosos a los profetas y monumentos a los justos,
30 mientras comentan: Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros antepasados, no habríamos participado en el asesinato de los profetas. 31 Con lo cual reconocen que son descendientes de los que mataron a los profetas.
32 Ustedes, pues, terminen de hacer lo que iniciaron sus antepasados
Palabra del Señor.
2. Meditación. ¿Qué me dice el texto?
Jesús es muy claro y preciso. Hoy se dirige a los fariseos y letrados. Mateo siempre sitúa a Jesús enseñando, como Maestro; hoy quiere enseñar a los que se hacían llamar maestros y también a nosotros.
Se trata de dos macarismos: ayes «ay de ustedes». No señala, no juzga, no rechaza, ni discrimina por su conducta. Para Jesús nadie está dado por perdido, todos caben en su corazón, visto así, estos “ayes” muestran su profundo dolor, porque se resisten a creer y a vivir el Reino del Padre, porque son testarudos, porque sólo se miran a sí mismos y en dar una buena imagen hacia afuera poca auténtica. Jesús devela su doble vida, su hipocresía, su incoherencia.
Esta Palabra se cumple hoy, aquí y ahora en mí, por eso me pregunto:
1. ¿Cuál es la imagen de mí mismo que demuestro a los demás, es realmente genuina?
2. ¿Me duelen a mí también las acciones de mis hermanos/as y las mías cuando no hacen el bien, o solo juzgo, denigro y rechazo?
3. ¿Cuáles son esas cosas que me ensucian por dentro y manchan mi vida, de las cuáles me tapo con devociones y doctrinas?
4. ¿Soy yo también un constructor de monumentos y sostengo doctrinas que calman mi conciencia, pero no me hacen mejor persona?
5. ¿Qué me hace falta hoy para ser testigo coherente de Jesús y para escuchar la voz profética de Dios en nuestros hermanos/as?
3. Oración. ¿Qué le respondo a Dios?
Por nuestra incoherencia de vida, por nuestro anti-testimonio, por nuestro amor limitado, por no ser claros y honestos muchas veces. Perdón, Señor, Perdón.
Por Venezuela, Nicaragua y todos los pueblos de Latinoamérica que a diario sufren el anitestimonio y la incoherencia de quienes dicen/decimos buscar el bien común. Perdón, Señor, perdón
Por el amor infinito del Padre para con todos que se nos manifiesta en Jesús. Gracias, Señor, gracias.
Por nosotros/as y nuestros/as hermanos/as para que nos preocupemos de nuestro exterior más que de lo interior. Te lo pedimos Señor.
4. Contemplación. ¿Qué me interpela de esta Palabra?
Ay de ustedes, sepulcros blanqueados.
Ay de ustedes, que construyen sepulcros y monumentos grandiosos a los profetas.
5. Compromiso. ¿Qué cambio haré a partir de esta Palabra?
Para que tenga sentido está Palabra hemos de dejarnos transformar. Cada uno en su cotidiana, propóngase ser coherente entre lo que profesa y lo que vive a diario, en sus espacios familiares, de estudio, de trabajo, en la calle, en las redes. Hagamos un propósito de compadecernos de nuestros hermanos que viven egoístamente y acercarnos desde el amor a ellos. Que el ejemplo de Juan Bautista nos ayude.
Unidos alrededor de Jesús de Nazaret pidamos juntos al Padre que hagamos posible Su Reino de vida, alegría y esperanza en medio de nosotros: Padre Nuestro que estás en el cielo… 🙏