Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 22, 34-40

Lectio Divina por Martha Paola Cebreros Campoy de México

¡Bonito y bendecido día Cristonautas!

Comparto con ustedes la reflexión del Evangelio de hoy a través de la:

✨ LECTIO DIVINA ✨
«Dichosos quienes ponen en práctica la palabra de Dios.»

¡Ven, Espíritu Santo, Consolador, hazte luz para quienes todo lo ven oscuro; amor, para quienes se creen o están solos; fuerza, para quienes perciben la debilidad física y también en su espíritu. Tú eres el mejor Abogado, defiéndenos de nosotros mismos, de nuestras melancolías y desesperanzas.

TEXTO BÍBLICO:
San Mateo 22,34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»
Él le dijo: «»Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.» Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.»

1.- LECTURA:
¿Qué dice el texto?
En el Evangelio de hoy, Dios, en su infinita sabiduría e infinita bondad, nos revela nuevamente que el mandamiento principal es el de amarlo a Él sobre TODAS las cosas. Habla de que la esencia del Evangelio mismo es el amor, pero no un amor del mundo, sino un amor que solo Él puede darnos y es por eso que el amor de nuestra vida debe ser hacia Él. También nos muestra que una vez más, intentan retarlo para mostrar que no es quien dice ser y así poder deshacerse de Él. Jesús nos muestra cómo es que Él es un Dios que no se equivoca, pues es un Dios de amor.

2.- MEDITACIÓN:
¿Qué nos dice Dios en el texto?
Jesús era puesto a prueba una y otra vez cuando predicaba. No le caía bien a algunos, pues la verdad no gusta, ya que incomoda debido a que te hace echar un vistazo a tus acciones y el cómo estás viviendo tu día a día… así que los fariseos, no perdían ni un segundo para probar que se equivocaba y así lograr que la gente dejara de creer en Él. Lastimosamente para ellos, nunca pudieron lograrlo, ya que Dios es perfecto y no se equivoca, no se puede contradecir y mucho menos a la Ley misma, pues sabemos que fue instaurada por Él.
Una vez más, se nos da la oportunidad de encontrarnos nuevamente con Cristo con esa misericordia que solo Él posee, pues nos dice que el principal mandamiento es el de amarlo con todo nuestro corazón, nuestra alma y con nuestro ser. Jesús, en la Biblia, nos dejó su diario personal; ahí podemos ver qué es lo que le gusta y lo que no, lo que debemos hacer, cómo hacerlo y lo que no. Por eso es muy específico a la hora de mostrarnos con bondad la forma en que debemos amarlo y glorificarlo. Nos pide que demos absolutamente TODO de nosotros, pues Él es un Dios justo… nos lo pide todo porque Él no escatimó en dárnoslo todo también, de hecho, su obra salvífica es el acto más grande y perfecto de amor.
Como mencioné antes, nuestro Dios no se puede contradecir y es por eso que reafirma las palabras escritas en el libro del Deuteronomio, capítulo 6, versículo 5: “Amarás a Yahveh tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.” Lo que Jesús hace es demostrarnos que no tenemos un Dios egoísta ya que añade el segundo mandamiento que es hacer algo similar por el prójimo: Amarlo como a nosotros mismos. Aquí, Jesús nos deja una tarea importante… quizá un poco difícil para algunos, pero sin duda alguna no es imposible de cumplir y te deja una paz y una tranquilidad que solo puedes recibir cuando sigues la voluntad del Padre.

3.- ORACIÓN:
¿Qué le digo o decimos a Dios?
Señor, esta mañana, primeramente te alabamos y te bendecimos infinitamente por los dones y gracias que, sin merecerlas, nos has dado, te pedimos de todo corazón, que nos des esa fuerza necesaria para seguirte en todo momento, para buscarte con nuestro corazón, nuestra alma y nuestro ser en cada acción que realicemos, para trabajar y engrandecer tu Reino día con día. Danos la sabiduría necesaria para renunciar a todas esas cosas que nos alejan de ti y de tu voluntad y guíanos siempre para saber discernir entre el bien y el mal. Haznos dignos hijos tuyos, dignos de ser llamados cristianos.
También te pedimos Señor que nos des el don de anunciar tu palabra, la buena noticia que tienes para todos nosotros, que nos hagas amarte tal y como mereces ser amado. Haz que guiados por tu infinito amor, podamos amarte con un corazón humilde y sencillo que solo te busque a ti que eres la verdad, también que te amemos con toda nuestra alma, que nuestras acciones busquen agradarte a ti, que nuestros pensamientos busquen acercarnos a ti y que nuestros anhelos y deseos sean solo saciados por ti; permite, Señor, también que mi ser solo busque engrandecer tu Reino por medio de mi testimonio.
Ayúdame, Señor, a aprender a amar y respetar a mi prójimo como a mí mismo. Dame la paciencia, la compasión, la prudencia y la tolerancia necesaria para lograrlo. Ayúdame a no entrar en conflicto con mis hermanos, pues eso no te agrada y me aleja de ti.
Tú eres el único que puede hacer posible aquello que por nosotros mismos resultaría imposible. Dejaremos que actúes con tu gracia en nosotros para que nuestro corazón sea purificado y, dócil a tu acción, llegue a ser cada día más un corazón a imagen y semejanza del tuyo.
Padre, ayúdanos a hacer silencio y a escuchar tu voz. Danos luz para reconocer tu presencia en la realidad. Despójanos de lo que nos mantiene atados al mundo para inicicar de nuevo más humildes desde tu verdad.

“Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor y podemos añadir nuestras intenciones de oración.”

4.- CONTEMPLACIÓN:
¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?
Hagamos ahora un análisis profundo de cómo estamos llevando nuestro cristianismo actualmente. Nos ponemos en tus manos porque queremos revisar nuestra vida, cambiar lo necesario, afianzar lo que anda bien y dejarnos sorprender por tu amor.
Imaginemos el poder estar junto a Él y observemos cómo es que actúa en nosotros y decidamos imitarle.
Repitamos una y otra vez alguna frase que nos acerque a Él.
“Necesito amarte con todo mi corazón, toda mi alma y todo mi ser.”

5.- ACCIÓN:
¿A qué nos comprometemos con Dios?
El día de hoy me comprometo firmemente a analizar mis acciones y mostrarle a Dios el amor que tengo por Él y por la gente que me rodea. Sonriamos con más frecuencia para irradiar el amor de Dios y contagiar a los demás. Si es posible, hagamos un tiempo para visitarlo en el Santísimo y hablar a solas con Él.

Dios les bendiga

Acerca de Martha Paola Cebreros Campoy

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