Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 18, 21-35

Lectio Divina por el Padre Pedro Madrid de El Salvador

0.    Invocación al Espíritu Santo

ESPÍRITU SANTO, ALMA DE MI ALMA

Espíritu Santo, eres el alma de mi alma, te adoro humildemente.

Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame.

Y en cuanto corresponde al plan eterno Padre Dios revélame tus deseos.

Dame a conocer lo que el Amor eterno desea en mí.

Dame a conocer lo que debo realizar.

Dame a conocer lo que debo sufrir.

Dame a conocer lo que con silenciosa modestia y en oración, debo aceptar, cargar y soportar.

Sí, Espíritu Santo, dame a conocer tu voluntad y la voluntad del Padre.

Pues toda mi vida no quiero ser otra cosa que un continuado perpetuo Sí a los deseos y al querer del eterno Padre Dios.

 Amén.

1.    LECTURA ¿Qué dice el texto?

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 21-35

21 Entonces se acercó Pedro y le preguntó:

—Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarle? ¿Hasta siete veces?

22 Le contestó Jesús:

—No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Parábola sobre el perdón 

23 Por eso, el reino de los cielos se parece a un rey que decidió ajustar cuentas con sus sirvientes. 24 Ni bien comenzó, le presentaron uno que le adeudaba diez mil monedas de oro. 25 Como no tenía con qué pagar, mandó el rey que vendieran a su mujer, sus hijos y todas sus posesiones para pagar la deuda. 26 El sirviente se arrodilló ante él suplicándole: ¡Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré! 27 Compadecido de aquel sirviente, el rey lo dejó ir y le perdonó la deuda. 

28 Al salir, aquel sirviente tropezó con un compañero que le debía cien monedas. Lo agarró del cuello y mientras lo ahogaba le decía: ¡Págame lo que me debes! 29 Cayendo a sus pies, el compañero le suplicaba: ¡Ten paciencia conmigo y te lo pagaré! 30 Pero el otro se negó y lo hizo meter en la cárcel hasta que pagara la deuda. 

31 Al ver lo sucedido, los otros sirvientes se sintieron muy mal y fueron a contarle al rey todo lo sucedido. 32 Entonces el rey lo llamó y le dijo: ¡Sirviente malvado, toda aquella deuda te la perdoné porque me lo suplicaste! 33 ¿No tenías tú que tener compasión de tu compañero como yo la tuve de ti? 34 E indignado, el rey lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. 

35 Así los tratará mi Padre del cielo si no perdonan de corazón a sus hermanos.

2.    MEDITACIÓN ¿Qué me dice el texto?

En nuestra relación con Dios siempre están presentes nuestros hermanos. Él toma la iniciativa en el amor y la compasión, y nos enseña a progresar en la senda del perdón. Desde el nuevo orden de la misericordia en el que Dios nos coloca podemos ver un horizonte de esperanza en medio del odio y la venganza que aparecen sembrados en nuestra historia cotidiana.

El siervo había sido perdonado, pero no había experimentado realmente el perdón. 

¿Cómo he experimentado en mi vida la misericordia y el perdón de Dios?

¿Qué me parece más sorprendente de este Dios del que me habla el Evangelio?

“Porque con el Reino de Dios sucede…” 

¿Qué pistas sugiere el evangelio de hoy para la transformación del mundo según el proyecto de Dios?

3.    ORACIÓN ¿Qué te digo Señor?

Señor, perdonar es muy difícil bajo mi condición humana, pero he aprendido que junto a ti puedo lograr pedir perdón y perdonar. Ayúdame a reconocer tu infinita misericordia conmigo para que perdone siempre a los que me ofenden, así también pedir perdón a quienes he ofendido o puedo ofender. Que nunca me prive del perdón ya que es la mejor medicina para un alma herida. Así podré vivir feliz y en paz con los demás y conmigo mismo.

4.    CONTEMPLACIÓN ¿Cómo lo interiorizo?

Te invito a que interiorices el mensaje con este canto:

El perdón es algo muy creativo y va más allá de los hechos existentes. Reconoce la profunda bondad en la gente, a pesar de lo que hayan hecho.

La justicia puede ser enemiga del amor. Ella indica la norma legal de la manera de proceder. A menudo oímos decir a la gente: “Queremos que se haga justicia”. Pero la gracia del perdón es mucho más noble y dice “Quiero que la persona esté nuevamente bien y viva, totalmente”.

5.    ACCIÓN ¿A qué me comprometo?

Hoy perdonaré de todo corazón a aquella persona que no he sabido perdonar o a quien hoy me pueda dar un disgusto.

 

Acerca de Pedro Antonio Madrid Mazariego

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