Lectio Divina por Edita Pérez Tejada de República Dominicana
Invocación al espíritu santo
Y ven espíritu santo de Dios toma poder de nuestro acciones, nuestros pensamientos y nuestros deseos, dirige tu fuego abrasador a nuestros corazones y permite que nuestra vida reflejemos siempre.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (18, 21-19, 1)
Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?» Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.» «Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: `Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré.’ Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó ir y le perdonó la deuda. Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: `Paga lo que debes.’ Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: `Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré.’ Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: `Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste.¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?’ Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.»
Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán.
Lectura: ¿Qué dice el texto?*
Reflexión
El perdón nos libera,nos quita las cargas pesadas que llevamos sobre los hombros, nos permite recibir al darlo a los demás, nos conecta a pesar de todo, y hasta pudiera reconciliar relaciones rotas. El perdón, pues, pudiera regalarse como una decisión personal ante el infractor liberándonos de toda ira, pensamientos y sentimientos negativoshacia la otra persona. Además, al perdonar reeplazamos emociones negativas sustituyéndolas por otras emociones de compasión y empatía. Seamos hoy conscientes del regalo que el Evangelio desea sembrarnos en el corazón. Decide perdonar y déjate mover por las emociones más vulnerables de tu corazón. Verás luego cómo tus pensamientos intrusivos y negativos, tus ansiedades, tus tristezas y tus salud mental general, serán reeplazados por la fuerzas vivificadora del amor de Dios.
Meditación ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Quizás tenemos años escuchando lo siguiente: el perdón es sanador; perdonar es de humanos; perdona siempre; no guardes por dentro el dolor y perdona; pide perdón y verás los frutos; perdona sin esperar nada a cambio… en fin, el perdonar es bueno para las personas. La ciencia de la conducta humana también lo ha afirmado. Se ha encontrado que el perdón reduce el estrés, reduce la hostilidad, ayuda al cuerpo reduciendo las respuestas fisiológicas adversas, mejora el sistema cardiovascular, afecta positivamente al cerebro, y es una parte importante de la conexión entre las personas según la investigación citada por Hood, Hill y Spilka en su libro “ La psicología de la religión “. Pero, ¿Cómo podemos perdonar y no caer en la trampa de aquel señor de la parábola de hoy? Everette Wortingon Jr., investigador y spicólogo de la Universidad de Virginia Commonwealth, nos sugiere los siguientes pasos para perdonar. Para sanar trae a la memoria lo ocurrido sin victimizarte, sin deseos de venganzas, sin malos pensamientos hacia el infractor. Luego, empatiza con el otro. Imagínese hablándole desde el corazón con la firma decisión de perdonarle. Después sea altruista y regálale su perdón. Recuerde que usted también ha cometido errores, es imperfecto, ha sido egoísta y ha causado dolor en algún momento de su vida. Contiúe compormetiéndose con el perdón que han decidido regalar. Dígase, “Hoy, perdono a (nombre de la persona) por haberme lastimado “; esto permite que perdure su perdón. Escríbalo en un papel y guárdelo como recordatorio.
Oración ¿Qué le decimos a Dios?
Señor Jesús, te doy gracias por hablarme y motivarme hacia el perdón. Gracias por siempre perdonarme y por siempre estar ahí para mí. Te amo profundamente. Amén.
Contemplación ¿Cómo interiorizamos la palabra de Dios?
Luego de leer, meditar y orar permanezco en silencio por un rato (saboreando) a Jesús, viéndolo en la fe. Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.
Acción ¿A qué me comprometo con Dios?
Vencer mis miedos y dar el paso hacia el perdón como me lo indica Jesús, tener un signo de cercanía con algún matrimonio que conozca y hacerle el llamado acerca del perdón de Dios como las palabras que Él nos dirige.