Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 13, 47–53

Lectio Divina 

Ángel Cornejo de Panamá  🇵🇦

Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Divino, de corazones consolador; fuente del amor. Llena cada uno de los vacíos que tengo en mi vida y permíteme unirme perfectamente a Ti. Tú, Espíritu Defensor, se mi guía en este caminar del Señor, que sin importar donde órdenes ir, vaya decidido a aférrame a Ti.
Ven Espíritu Santo, ven por medio de la Poderosa Intercesión del Inmaculado Corazón de María, Tú Amadísima Esposa (x3). Amén.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13, 47 – 53
Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces.
Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?». «Sí», le respondieron.
Entonces agregó: «Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo».
Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.
Palabra del Señor

¿Qué nos dice el texto?
Jesús hoy nos habla sobre el fin de los tiempos, utilizando una parábola sencilla, por lo que podemos apreciar que hace referencia a la red es el Reino de los Cielos, el mar ese todo habitante de esta tierra, con cada uno distinto y los ángeles son los pescadores que cuidadosamente separarán a los justos de los impíos.
Por otra parte, nos indica que todos somos valiosos y que pertenecemos a las reservas, sus tesoros, que cuando uno pecador se arrepiente es tan valioso como el ha mantenido una vida justa, solo que cada uno a su tiempo.

Meditación
Hoy más que nunca debemos sentarnos a reflexionar y a interiorizar de que tipo de pez soy en la red, para que lado seré colocado por los mensajeros del Señor, estaré de parte de los buenos peces que alimentan y dan fuerza o de los que sirven y nos desecho que deben pasar por sus días en las brasas del lamento y dolor eterno. Jesús nos invita a que, si comprendemos su mensaje de amor, demos amor.
Hoy te hace la pregunta ¿Y tú, comprendiste lo que te quise decir? Te invita a que te encuentres con él, antes que nos acabe la vida y sea tarde en dar un cambio. Cada uno de nosotros somos obras y piezas preciadas en el plan de Dios, pero queda de nosotros saber si queremos estar a gusto con lo hemos hecho o habrá algo más.

Oración
¡Oh Señor! Te quiero alabar y agradecer por tus maravillas y la cercanía de tu Reino para conmigo, ayúdame a poder valorar cada uno de tus obras y poder verte en lo pequeño, que mi corazón sea agradable a Ti y por favor te pido que rompas esas barreras que a Tu Palabra en ocasiones pongo, la misma siga calando en mi vida y me haga ser el discípulo que esperas de mí, así estar contigo en el Cielo. Señor no permitas que jamás me aparte de ti. Amén.

Contemplación
† ¿Cuál y dónde se encuentra mi esperanza para lograr ser parte de la buena pesca?
o «El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.

† “Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo».
o ¿Qué tipo de reserva o tesoros soy?

Acción
† Realizar un pequeño examen de conciencia diario
† Reforzar las pequeñas obras y acciones de misericordia

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