Lectio Divina por Sergio Campo Cabrera de Colombia
Lunes XVII Semana Tiempo Ordinario Ciclo B
0. Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo ilumina nuestros corazones con la fuerza infinita de tu luz y sabiduría. Y prepáranos para este encuentro con Jesús, en el centro de nuestras familias; para que nuestras realidades de padres, esposos e hijos; sean reflejo de las realidades de la Sagrada Familia de Nazaret. Donde la figura de María cobra en su Sí, una invitación a nosotros a responder de la misma manera a este encuentro íntimo con Dios Padre.
Espíritu Divino abre nuestro entendimiento a tu Palabra eterna y llénanos de la alegría de Jesús. Amén.
1. LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Del Evangelio según san Mateo 13, 31-35
31 Jesús les propuso otra parábola:
“El Reino de los Cielos es como una semilla de mostaza, que un hombre toma y siembra en su tierra. 32 es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, se convierte en la más grande de todas las plantas. Incluso se convierte en un árbol, por lo que las aves vienen y anidan en sus ramas”.
33 Jesús les contó otra parábola:
“El Reino de los Cielos es como la levadura que una mujer toma y mezcla en tres medidas de harina, hasta que se extiende por toda la masa”. 34 todas estas cosas Jesús las contó en parábolas a la gente, y nada les decía sin que no fuera a través de parábolas. 35 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta: “Abriré mi boca con parábolas; explicaré cosas desconocidas desde la creación del mundo” (Sal 78:2).
Palabra del Señor.
2. MEDITACIÓN: ¿Qué me dice el texto?
El Evangelio de hoy, exactamente en la parábola de la semilla de mostaza, me dice que para Dios somos esa semilla que, aunque sea la más pequeña de las semillas, sembrada en el Reino de Dios germinará como la planta más grande; incluso estando con Dios seremos un árbol grande y frondoso.
Esta parábola me dice que hoy en mi juventud soy, tal vez, esa planta de mostaza que va creciendo poco a poco, y que, si sigo luchando por quedarme en el huerto del Reino de los cielos, seré aquel árbol grande y frondoso.
3. ORACIÓN: ¿Qué te digo Señor?
Señor, te doy gracias porque has sido misericordioso conmigo, me has sembrado en tu huerto, y gracias a tu hijo Jesús, me ha regado con palabra de vida que, aunque hoy soy esa planta, sigo luchando para ser, en tu reino, un árbol grande.
4. CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo lo interiorizo?
Te invito a que interiorices este mensaje:
Para Dios somos una semilla que está sembrada en el huerto del Reino de los cielos, muchas veces somos esa semilla que estando sembrados y que nos riegan constantemente, no queremos recibir esa fuente de vida, y por lo tanto nos cuesta crecer, ser una planta e incluso llegar a ser un árbol. Por eso te pregunto: ¿Estás dispuesto a recibir la palabra de vida que nos da Dios? ¿Estás dispuesto a quedarte en el huerto de Dios para germinar y ser ese árbol grande y frondoso?
5. ACCIÓN: ¿A qué me comprometo?
Señor, me comprometo a escuchar tus parábolas y ponerlas en práctica en mi vida, para ser esa planta que quiere seguir recibiendo tu Palabra que da vida y a seguir luchando para ser un árbol grande y frondoso en tu Reino.