Lectio Divina
Miércoles, 23 de julio de 2024
Miércoles XVI Semana Tiempo Ordinario
Rosanie García. Venezolana viviendo en Chile ✍🏻🇻🇪
0. Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu, y serán creados. Y renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios, que por la luz del Espíritu Santo,
instruyó los corazones de los fieles,concédenos, por el mismo Espíritu Santo,
ser verdaderamente sabios y gozar siempre de sus consuelos.
Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
Amén
1. LECTURA – Evangelio según san Mateo 13, 1-9 📖
1 Aquel día, Jesús salió de la casa, se sentó junto a la orilla del lago, 2 y se le acercó a su alrededor, una gran multitud, de manera que se metió en una barca para sentarse; y la multitud estaba de pie en la playa. 3 Jesús les hablaba muchas cosas en parábolas, diciéndoles: “He aquí que un sembrador salió a sembrar. 4 Cuando estaba esparciendo las semillas, algunas cayeron al costado del camino y las aves vinieron y se comieron todo. 5 Otra parte de las semillas cayó en un lugar donde había muchas piedras y poca tierra. Las semillas brotaron rápidamente porque el suelo no era profundo, 6 pero cuando salió el sol, quemó las plantas y se secaron porque no tenían raíces. 7 Otras semillas cayeron entre las espinas, que crecieron y ahogaron las plantas. 8 Pero una parte de las semillas cayó en buena tierra y produjo fruto, sobre la base de ciento, sesenta y treinta granos por semilla. 9 El que tiene oídos que oiga”.
Palabra del Señor🔥
Leemos detenidamente el texto, ¿Qué dice el texto?
Mateo como evangelista nos muestra que a partir del capítulo 13 Jesús no predicará a las muchedumbres sino solo a sus discípulos. Mateo destaca la figura de Jesús como predicador y Maestro de la Escritura. Pero, en el inicio de este capítulo 13, Mateo nos cuenta la última predicación “a una gran multitud”, a través de las parábolas. En este caso la del sembrador, quien “estaba esparciendo las semillas, algunas cayeron al costado del camino y las aves vinieron y se comieron todo. 5 Otra parte de las semillas cayó en un lugar donde había muchas piedras y poca tierra. Las semillas brotaron rápidamente porque el suelo no era profundo, 6 pero cuando salió el sol, quemó las plantas y se secaron porque no tenían raíces. 7 Otras semillas cayeron entre las espinas, que crecieron y ahogaron las plantas. 8 Pero una parte de las semillas cayó en buena tierra y produjo”. Esta es la lección que Jesús deseaba que sus discípulos aprendieran y es también la lección que él desea que aprendamos nosotros hoy. La semilla que el sembrador estaba sembrando en la historia representan las enseñanzas de la Palabra de Dios.
Nuestro corazón representa el terreno o tierra donde el sembrador siembra la semilla. Si nuestro corazón está duro y lleno de coraje y amargura, las enseñanzas caen en terreno no fértil, en un camino duro, y, por lo tanto, nunca crece, al igual que la semilla que cayó en el camino en la parábola que Jesús contó. Otras veces, nos gusta escuchar la Palabra, y deseamos aprender, pero al poco tiempo ese gozo se esfuma. Así pasaba con la semilla que cayó en el pedregal. En ocasiones escuchamos la Palabra y creemos lo que dice, pero deseamos hacer las mismas cosas que hemos estado haciendo hasta ese momento, eso se parece a cuando se siembra la semilla donde hay espinos y hierba mala. Sé que sabes lo que ocurre. ¡Los espinos y hierbas malas no nos permitirán hacer lo correcto! La última semilla es la mejor, pues cayó en tierra fértil. Si aprendemos de lo que escuchamos en la Eucaristía, en el apostolado que hacemos… la semilla que Jesús siembra en nuestro corazón crecerá. Tu vida producirá buen fruto como Jesús desea. Ayudarás a otros a crecer en el conocimiento y entendimiento del amor de Dios”.
2. MEDITACIÓN, ¿Qué me o nos dice el texto?
Jesús pagó por todos los pecados; los de ayer, los de hoy y los de mañana. A todos se nos han abierto las puertas del cielo. Sin embargo, la actitud de cada uno ante este regalo de infinito valor es muy diversa. Para algunos, Cristo no representa nada en su vida. O porque no han recibido todavía su mensaje, o porque no les interesa. Dan verdadera lástima, porque viven sin saber a lo que están llamados. Pasan los años como si todo terminase aquí, sin más esperanza. Otros han oído hablar del Señor, pero su fe es superficial. Viven metidos en el pecado sin preocuparse lo más mínimo. Son los cristianos que han adaptado sus costumbres a las del mundo. Piensan que así están bien y que al final todo se solucionará. Pero sus malas acciones le duelen profundamente al Corazón de Jesús. Sin embargo, un número considerable de personas es consciente de que realmente Dios les ama y tiene un plan de salvación para cada uno. Son los que, a pesar de sus limitaciones y caídas, se levantan y siguen por el camino que Cristo les ha marcado. Son los que han acogido el Evangelio, y los que dan frutos, construyen y santifican la Iglesia.
Te invito a reflexionar las siguientes preguntas:
1.En nuestra historia de hoy, ¿dónde cayeron las semillas?
2.¿Qué le pasó a la semilla que cayó en buen terreno?
3.¿Cómo se comparan las semillas que cayeron en buen terreno con nosotros, como
Cristianos?
4.¿Es esto un mensaje importante? ¿Cómo lo sabemos? (Sí, Jesús dijo: “El que tenga
Oídos, que oiga.”)
5.¿Cómo podemos compartir las Buenas Nuevas de Jesús con otros?
3.ORACIÓN, ¿Qué le decimos al Señor? 🙏🏻
Qué fácilmente me olvido de la semilla de gracia que sembraste en mí el día de mi bautismo. Ayúdame a aprender la lección del Evangelio y dame la fuerza para saber renunciar a todo lo que me aparte del fruto que mi semilla puede y debe dar. Que sepa renunciar a mi egoísmo y a todo aquello que constituya un obstáculo para amarte mejor a Ti y a los demás. Padre nuestro, ayúdanos a ser más como la tierra fértil del Evangelio de hoy. Ayúdanos a escuchar tu Palabra y crecer siendo la clase de personas que deseas que seamos en todas las áreas de nuestra vida. AMÉN.
4. CONTEMPLACIÓN, ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
Señor, hoy vienes a la tierra de mi alma dispuesto a sembrar tu mensaje en ella. Ayúdame a escucharte, a aceptar tu Palabra, a configurar mi vida con ella. Concédeme ser una tierra buena que produzca fruto abundante por saber acoger y trasmitir tu gracia.
5. ACCIÓN, ¿A qué me comprometo con el Señor?
“Nadie da lo que no tiene”, por ello, me comprometo a llenarme de tu presencia Señor, a través de la oración, la vida Eucarística, confesión continua, a tener muy presente que es tu obra, no la mía, que el crecimiento de la cosecha viene de tu gracia, no de mí. Solo soy tu instrumento. Si estoy pasando por momentos de aridez, por una gran resequedad espiritual, me abandono en oración a tus pies, con la fe de obrarás en mí.