Lectio Divina
sábado 20 de julio de 2024
Sábado XV Semana del Tiempo Ordinario
P. José Manuel Reyes Cabrera ✍🏻🇩🇴
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amen…
Lectura Evangelio según San Mateo 12, 14-21
14 Entonces los fariseos que estaban allí salieron y comenzaron a hacer planes para matar a Jesús. 15 Cuando Jesús se enteró de esto, se fue de allí, y muchas personas lo siguieron. Sanó a todos los enfermos 16 y les ordenaba que no revelaran a nadie las cosas que Él hacía. 17 Esto sucedió para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías que decía: 18 “Aquí está mi siervo que he elegido; el que amo y en el que mi alma se alegra. Pondré mi Espíritu sobre él y anunciará juicio a todos los pueblos. 19 No discutirá, ni gritará, ni hará discursos en las calles. 20 No acabará de romper la rama rota, ni apagará la luz que ya es débil hasta que lleve a la victoria la justicia. 21 En su nombre los pueblos pondrán la esperanza”. Palabra del Señor.
¿Qué dice el texto? Te invito a leer detenidamente el texto
El relato del Evangelio de hoy recoge los sucesos posteriores al relato del día de ayer, las controversias en torno al sábado. En el relato del Evangelio de ayer los fariseos exageraban en su interpretación del sábado. Jesús defiende a sus discípulos con una afirmación que ponen evidencia su persona: “El Hijo del hombre es señor del sábado”, a la vez que cita a Oseas con la frase Misericordia quiero y no sacrificio.
Hoy, aunque intenta no provocar innecesariamente a los fariseos, las respuestas de Jesús son firmes. Por eso planean acabar con Él. el Señor mandó guardar silencio sobre sus milagros y el misterio de su persona. Este mandato de callar aquí adquiere un carácter especial por el plan homicida, del que se acaba de hablar. Ahora bien, el estilo de Jesús es el que anunciaba Isaías refiriéndose al Siervo de Dios: anuncia el derecho, pero no grita ni vocea por las calles. Tiene un modo de actuar lleno de misericordia: la caña cascada no la quiebra, el pábilo vacilante no lo apaga. En sus palabras y acciones se expresa el mandato de Oseas. Una invitación que nos hace hoy en día. Es el mejor que lo cumple con su modo tratar a las personas.
Meditación, ¿Que nos dice Dios en el texto?
Jesús reconduce a todos a la norma fundamental de la vida: hacer el bien, poner a la persona del otro, con sus necesidades concretas, en el centro de nuestros propios intereses. Si esto vale para todos, mucho más debe valer para los cristianos, que realizan de este modo el verdadero culto a Dios, el sacrificio auténtico de ellos mismos a través del ejercicio de la misericordia. Jesús no permite que nos atrincheremos detrás del cumplimiento formal de nuestras obligaciones religiosas, probablemente juzgando mal a
quienes no hacen lo mismo. Jesús nos invita, una vez más, al amor auténtico a Dios, un Dios que nos remite siempre al verdadero bien de nuestro prójimo.
Siguiendo el mensaje del texto: ¿se reflejan en mis palabras y acciones el modo de obrar de Jesús? ¿me aferro a la letra y al legalismo en las obligaciones religiosas? ¿seguimos a Jesús en nuestra vida? Aplicando sus enseñanzas ¿o solo es un acto de rutina y cumplimiento? ¿somos siervos de Dios para la gente?
Oración, ¿Qué le decimos a Dios?
Nuestra oración se hace canto. Tu modo de P. Cristóbal Fones
Jesús, al contemplar en tu vida
el modo que Tú tienes de tratar a los demás
me dejo interpelar por tu ternura,
tu forma de amar nos mueve a amar;
tu trato es como el agua cristalina
que limpia y acompaña el caminar.
Jesús, enséñame tu modo
de hacer sentir al otro más humano,
que tus pasos sean mis pasos;
mi modo de proceder.
Jesús, hazme sentir con tus sentimientos,
mirar con tu mirada, comprometer mi acción,
donarme hasta la muerte por el reino,
defender la vida hasta la cruz,
amar a cada uno como amigo,
y en la oscuridad llevar tu luz.
Jesús, yo quiero ser compasivo con quien sufre,
buscando la justicia, compartiendo nuestra fe,
que encuentre una auténtica armonía
entre lo que creo y quiero ser,
mis ojos sean fuente de alegría,
que abrace tu manera de ser.
Quisiera conocerte, Jesús, tal como eres.
Tu imagen sobre mí es lo que transformará
mi corazón en uno como el tuyo
que sale de sí mismo para dar;
capaz de amar al Padre y los hermanos,
que va sirviendo al reino en libertad.
Contemplación, ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
Aquí está mi siervo que he elegido; el que amo y en el que mi alma se alegra.
Pondré mi Espíritu sobre él y anunciará juicio a todos los pueblos.
No discutirá, ni gritará, ni hará discursos en las calles.
No acabará de romper la rama rota, ni apagará la luz que ya es débil hasta que lleve a la victoria la justicia.
En su nombre los pueblos pondrán la esperanza
Acción, ¿A qué me comprometo?
Hoy me comprometo hacer que mis palabras y acciones reflejen y transmitan a Cristo. A estar abierto a la novedad de Su amor en las circunstancias ordinarias de nuestra vida.