Lectio Divina por Santiago Molina de Argentina
Invocacion al Espiritu Santo
Buenos dias Espiritu Divino, te invito a mi casa, a mi corazón. Sé que a veces te he cerrado la puerta y te he dejado afuera. Gracias por insistir y continuar a tocar esa puerta, sin tu perseverancia me quedaría allí, encerrado, solo. Hoy especialmente, te pido que al entrar me ayudes a conocer a Jesus más aún. Si es tu voluntad, te invito a que me reveles algo nuevo de él, ya que en él, se me abren todas las puertas. Abre mi mente para que pueda continuar avanzando por el camino de tu Gracia. Gracias por tu paciencia y misericordia conmigo, Espíritu Santo, ven.
Evangelio – Mateo 1, 1-17
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz; Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce.
LECTURA (Lectio) – ¿Qué dice el texto?
San Mateo nos comparte todo el historial de Jesús desde sus raíces humanas más remotas (Abraham) contando todas las generaciones: 3 grupos de 14, en su totalidad 42 generaciones.
Estos números no son casualidad, e inmediatamente nos llama la atención la precisión de los números. En el idioma hebreo los superlativos se expresaban repitiendo o doblando o triplicando algún término o número. Por ejemplo el “Santo, Santo, Santo” que cantamos en la Misa es una manera de valorar la Santidad de Dios; es como decir: “más que Santisimo.”
Lo mismo sucede con los números. El número 14 es el doble del número 7. Sabemos que el número 7 es uno de los números perfectos -Dios creó al mundo en 7 días-. Entonces no son solo 3 grupos de 14, pero también son 6 grupos de 7… y aquí vemos una conexión con la historia de la creación en Génesis… después de 6 días Dios descansó. El séptimo día es el día del Señor, de su descanso, de su Reino.
Los 3 grupos representan a los 6 días de la Creación y al final es Jesús quien representa el descanso y reinado de Dios.
Pero Mateo no sólo usa estos números para señalar a Jesus como el que representa al 7o día de la creación, también usa los grupos de 14 para señalar que él es descendiente de los Patriarcas (Abraham y el primer grupo), Reyes (David y el segundo grupo), y del pueblo de Israel (el tercer grupo).
También es importante resaltar que en un mundo muy masculino, 5 mujeres se destacan: Tamar, Rajab, Rut, Betsabé y María. Algo para meditar, el por qué se destacan es un poco misterioso, pero vale la pena señalar esto porque había pocas referencias a mujeres en ese entonces … aunque como Católicos entendemos la enorme importancia de Maria.
El origen humano de Jesus es importante, él no viene fuera de un contexto. Él llega a un lugar particular y a un contexto familiar, a una tribu y nación particular, con todo lo que eso implica. No somos seguidores de un Salvador que sale de la nada, fuera de un contexto humano.
El Mesías es uno de nosotros, tiene su historial … un historial que conlleva cosas buenas y cosas malas… Él es concebido sin pecado, ¡es Dios!, pero con los efectos de la humanidad pecadora presentes en su entorno, con un linaje patriarcal, real, y étnico. Surge del pueblo elegido de Dios. El misterio de la encarnación se desarrolla en este contexto y la audiencia de Mateo (hebreos – griegos) lo captan al leer esto.
MEDITACIÓN (Meditatio) – ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Me pregunto:
¿Conozco a la mayoría de los personajes en la genealogía de Jesús?
¿Qué importancia tienen los antepasados en el desarrollo y vida de Jesús?
¿Acepto la humanidad de Jesús con todos los factores genealógicos que le afectan? O solo creo en un Jesús Divino al cual su humanidad no le afecta?
¿Se sobrepuso Jesus a los efectos malos heredados de sus antepasados? En ese sentido, ¿cuánto tuvo que ver el rol de María?
¿Cuánto tuvieron que ver las mujeres de su genealogía?
En mi caso propio, ¿Conozco a la mayoría de mis antepasados, a mi historial genealógico? ¿Aprecio a mis antepasados, a mi contexto familiar y nacional?
¿Me fijo solo en lo bueno o positivo, o incluyo lo malo y desagradable de mi historia familiar? ¿Qué efectos pueden tener sobre mí aquellos que me engendraron?
¿Cuántas mujeres influyeron en mi vida?
¿Puedo sobreponerme a los efectos negativos de mis antepasados?
¿Quién me ha ayudado en mi camino a salir de los pozos (tanto físicos como espirituales) que he experimentado?
ORACIÓN (Oratio) – ¿Qué le decimos a Dios?
Señor, Por el misterio de Tu encarnación (de esta agua y este vino), haz que compartamos tu divinidad, Tú que te has dignado participar de nuestra humanidad.
CONTEMPLACIÓN (Contemplatio) – ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
Durante el día repetimos la frase: “José, esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.”
ACCIÓN (Actio) – ¿A qué me comprometo con Dios?
Me propongo tomar una acción cada día para recordar y rezar por mis antepasados y parientes. Puede ser la búsqueda de algún dato, escrito o fotografías entre los archivos de mis padres y/o poner una fotografía de mis abuelos o bisabuelos en mi perfil de redes sociales compartiendo algún logro o honor que hayan recibido.
Y si en esa búsqueda encuentro algo malo, buscar en Jesús, la sanación y la reconciliación.