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Lectio Divina
Viernes, 14 de febrero de 2025
V Semana del Tiempo Ordinario
Augusto Valdez de Argentina✍🏻🇦🇷
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor, para guiarlos en la lectura de tu santo Evangelio.
Evangelio según san Marcos 7, 31-37
31 Jesús partiendo nuevamente de la región cerca de la ciudad de Tiro, pasó por Sidón y las diez ciudades (Decápolis), y llegó al lago de Galilea. 32 Algunas personas trajeron a un hombre sordo que apenas podía hablar y le pidieron a Jesús que le pusiera la mano encima. 33 Jesús lo sacó de la multitud y le metió los dedos en sus oídos. Luego salivó y puso un poco de saliva en la lengua del hombre. 34 Mirando hacia el cielo, respiró hondo y le dijo al hombre: “Efatah!” “Esto significa: «¡Se abierto!”.
35 Y en ese momento los oídos del hombre se abrieron, su lengua estaba sin ligaduras y comenzó a hablar sin dificultad. 36 Jesús ordenó a todos que no le contaran a nadie lo que había sucedido; pero cuanto más se los mandaba, más hablaban de lo que había sucedido. 37 Y todos se asombraban, diciendo: “Lo que sea que haga, lo hace bien, incluso hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Palabra del Señor.
Lectura, ¿Qué dice el texto?
Después de un largo viaje traen hacia Jesús un sordomudo, Jesús lo aparto de la multitud que se encontraba allí, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: «Efatá», que en hebreo significa «Abrete».
El hombre empezó a escuchar y hablar sin problemas, el relato de este milagro se espacio rápidamente.
Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Esta lectura nos lleva a preguntarnos: ¿En que soy sordo hoy? ¿Acaso a la voluntad del Señor? También, ¿Qué estoy callando y guardando en el corazón? Es importante que reflexionemos esto, porque como seguidores de Jesús debemos ablandar el corazón para escuchar lo que Dios nos pide, quizás nos está hablando de muchas formas, pero no lo queremos escuchar. Hay que recordar que la voluntad de Dios, aunque pueda perecer dura, difícil de aceptar y recorrer siempre termina siendo mucho mejor que nuestra voluntad y termina en la felicidad plena. Debemos ser valiente y poner los ojos en Dios.
Oración
Mi Dios te pido perdón por las veces que me hablaste y me hice el sordo, ayúdame a escucharte atentamente y sobre todo de manera fiel, ayúdame además a abrir mi boca para anunciarte en todos mis ámbitos sin miedo al rechazo, sembrando la Palabra de Dios.
Contemplación
“Mirando hacia el cielo, respiró hondo y le dijo al hombre: “Efatah!” “Esto significa: «¡Se abierto!”
Acción
Nos demos un momento de oración personal o grupal, para pedir sobre nuestras situaciones personales y nos dispongamos a escuchar al Señor.
