Evangelio del día – Lectio Divina Marcos 7, 24-30

Lectio Divina por Diacono Santiago Molina de Argentina/USA

 

Buen dia

INVOCACION
Es bueno econtrarnos, Señor, aunque sea en este espacio en el que no nos vemos cara a cara, pero en el cual podemos abarcar largas distancias, tanto en el espacio como en el tiempo. Envía tu Espíritu con el cuál todo es posible y sin el cuál nada es posible. Que la obra creadora que empezaste en el caos del princípio continúe a generarse en cada uno de nosotros que venimos a meditar sobre tu Palabra. Amén.

LECTURA
Evangelio según San Marcos 7,24-30.
Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto.
En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies.
Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio.
El le respondió: «Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros».
Pero ella le respondió: «Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos».
Entonces él le dijo: «A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija».
Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.

¿Qué dice el texto?
Jesús parte de Genesaret (hoy día Tiberíades) en Galilea, región Judía, y va a la región de Tiro, lugar considerado muy pagano por los Judíos. Va con la (supuesta) intención de descansar y tomarse un respiro de las multitudes que lo acosaban. Pero no pasa desapercibido y sus anfitriones lo delatan y enseguida empieza a caerle gente que quiere que los cure de enfermedades y de posesiones demoníacas. Una mujer sirofenicia, o sea, una mujer pagana, le suplica que libre a su hija de los demonios que la acosaban. El diálogo entre ellos es muy interestante. Parece que El le dice que no ha venido a ayudar más que a los Judíos. Hasta parece insultar a la mujer comparandola a perros (cachorros parece ser mas suave, pero en realidad sigue siendo un perro). Ella insiste y no se da por vencida. Cuando El ve que ella realmente tiene fe, hace lo que le pide y sana a la hija de la mujer.
Algunos comentaristas especulan que Jesús no quería ayudar nada mas que a los Judíos, que había venido para los hijos de Israel y nada más, que no quería saber nada con los paganos y ella era una de ellos. Si estudiamos los textos Bíblicos, vemos que esto no es tan así. Hay varias ocasiones en que el sale de territorio Judío y va a los territorios paganos

En territorio pagano tienen lugar cinco intervenciones de Jesus distribuidas de este modo: el episodio que vemos hoy en la comarca de Tiro; en la región de los gerasenos expulsa una legión de demonios de un endemoniado (5,1-20); en la orilla este del mar cura a un sordo tartamudo (7,31-37); en un lugar desierto lleva a cabo el segundo reparto de panes (8,1-9) y en Betsaida devuelve la vista a un ciego (8,22-26).
O sea, no deja de hacer milagros solo porque las personas involucradas no son Judías. Aunque los Judíos eran los elegidos (los que tenían la Gracia de Dios), los paganos también habían recibido Gracia de Dios, aunque a través de migajas (no tenían la Ley, los profetas, las Escrituras, pero tenían la ley natural).

Otros comentaristas especulan que Jesús va a Tiro no solo a descansar, pero también a expandir su misión. La palabras de Jesús hacia la mujer sirofenicia no tenían la intención de insultar… la intención era hacerla ver que lo que hace la diferencia es lo que está en el corazón. No la estaba poniendo a prueba… estaba ayudandola a ver que su propia fe hace la diferencia… y no solo la de ella… al demostrar su fe, los que estaban alrededor (los discípulos y otros Judíos) se apercataban de la gran importancia de la fe. No solo lo demuestra con palabras, pero con la acción de irse a su casa confiando que lo que El le dijo había en realidad ocurrido (encuentra a su hija liberada del demonio).
Jesús, en realidad, usa la ocasión para establecer que los paganos también están invitados al Banquete.
Como comentario aparte, notamos que Jesús (no es el único caso) puede sanar, exorcizar, etc… a larga distancia.

MEDITACION
¿Qué me dice el Texto?
Me hago la pregunta: ¿yo voy a Jesús con fe en El como sanador y salvador, o lo veo como un curandero que me puede ayudar en el momento y una vez que me ayuda lo dejo hasta que lo necesite de vuelta?
¿Me conformo con las migajas que caen de la Gracia de Dios, o vivo desagradecido, negativo, dando me lástima a mi mismo?
¿Tengo la impertinencia de insistirle al Señor cuando parece que me rechaza, o me doy por vencido porque «creo» que me trata como un cachorro, como un perro?
¿Me salgo de mi lugar cómodo para ir al encuentro del distinto, o me encierro en mi comodidad, pensando que los distinto no merecen ni «mis» migajas ni las de Dios?
¿Tengo fe en lo que Jesús me dice, o no me quedo estancado esperando que El haga algo para demostrarme que cumple con su palabra?

ORACION
¿Qué le digo a Dios como respuesta a su Palabra?
Señor mío, ayúdame a expandir mis horizontes, a no encerrarme en lo cómodo y familiar, a ir a las periferias y a entender que el Reino de Dios está presente allí también. Aumenta mi fe y fortaleceme para que pueda llevar tus «migajas» a los cachorros de mi vida y al mismo tiempo comer de las que caen de la mesa de tus hijos.

CONTEMPLACION
¿Cómo interiorizo el texto?
«Gracias por las migajas que dejan caer tus hijos, Señor»

ACCION
¿Qué debo hacer en respuesta a su Palabra?
Me propongo conocer a una persona no Católica cada mes e intercambiar nuestras migajas.

Acerca de Santiago Molina

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