Evangelio del día – Lectio Divinas Marcos 5, 21-43

Lectio Divina por Julio Hernández de México

Invocación al Espíritu Santo 🕊

Ven Espíritu Santo e inunda mi corazón con tu presencia para que pueda entender el mensaje que Jesús quiere darme a través de su Palabra. Amén!

1. Lectura: ¿Qué dice el texto? 🤓 Evangelio según San Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».
Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba.
Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando:
«Con solo tocarle el manto curaré».
Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de Él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba:
«¿Quién me ha tocado el manto?».
Los discípulos le contestaban:
«¿Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “Quién me ha tocado?”».
Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad.
Él le dice:
«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
«No temas; basta que tengas fe».
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:
«¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida».
Se reían de Él. Pero Él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:
«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).
La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.
Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña

Palabra del Señor.

2. Meditación: ¿Qué me dice a mí el texto? 🤔

-¿Cuando me acerco a Jesús, me acerco con la confianza de que Él puede sanarme?
-¿Dejó que Jesús se acerque a mi vida y con un toque de su presencia me transforme y me dé una vida nueva?
-¿Cuando me encuentro con el Señor tengo la suficiente fe como para arrebatarle un milagro?

3. Oración: ¿Qué le respondo a Dios? 🙏🏼

Señor Jesús desata el poder de la fe en mi interior para que pueda tener la confianza de que sólo Tú puedes sanarme. Amén.

4. Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios? 😮

“Si tan solo pudiera tocar el borde de su manto, quedaré sana”
“Tu fe te ha sanado”
“Sólo ten fe”

5. Acción: ¿A qué me comprometo?

– Activaré mi fe para que pueda arrebatarle un milagro a Jesús
– Dejaré que Jesús me toque de tal manera que pueda poner mi fe a prueba

Acerca de Julio Cesar Hernández Rueda

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