Lectio Divina por José Tomás Otamendi González de Venezuela 🇻🇪🇦🇷
Invocación al Espíritu Santo
Señor Jesús, hoy quiero pedir la efusión de tu Espíritu Santo en mi vida para que pueda escuchar tu Palabra y que de fruto en mí y en mis hermanos, que mi vida sea reflejo de tu amor y tu misericordia, que Tú, Jesús Palabra, seas mi guía y mi refugio siempre.
Amén.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó, y el gentío se quedó en tierra junto al mar. Les enseñó muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos: «Escuchad: salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno».
Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga». Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que “por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”».
Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».
Palabra del Señor.
Lectura. ¿Qué dice el texto?
En la lectura de hoy podemos ver cómo Jesús desde la barca enseña a través de la parábola del sembrador, como actúa la Palabra en nosotros, y también da a entender como produce frutos dependiendo del terreno en el que caiga, es por eso que nos invita a estar atentos al escucharla para que no caiga en terreno infértil.
Meditación. ¿Qué nos dice el texto?
El sembrador salió a sembrar porque no puede quedarse sentado esperando, si la semilla no se siembra no puede producir frutos, así mismo es la Palabra de Dios, debe sembrarse en el corazón del cristiano para que de frutos en abundancia.
San Marcos nos enseña la forma como Jesús enseña, sentado en la barca habla a la multitud y esta lo escucha, sin embargo, no entienden lo que les dice a través de la parábola, desde la sencillez y lo que la gente conocía Jesús les habla de cómo actúa la Palabra, y les habla de los diferentes terrenos que ellos conocían, porque trabajaban la tierra, y sabían que la semilla en cualquier terreno no podía crecer, debía ser fértil, así mismo pasa con la Palabra de Dios, depende del terreno en el que caiga dará su fruto.
Al mismo tiempo les explica a los discípulos que las parábolas revelan para los dentro que escuchan la Palabra y aceptan a Jesús como Mesías y salvador, pero también esconde a los de afuera pues no saben escuchar y por eso no da fruto.
Contemplación. ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
¿Cómo he preparado mi corazón para recibir la Palabra de Dios?
¿Está cayendo en terreno fértil?
Jesús mostraba el Reino a través de las parábolas, pero también con su vida ¿soy testigo fiel que la Palabra está obrando en mí?
¿Qué porcentaje está dando fruto en mí?
Acción. ¿A qué nos comprometemos?
En un tiempo de silencio, has una evaluación de todas las veces que la Palabra de Dios no ha dado fruto en tu vida, y porque pasa esto, también las veces que Dios ha actuado y tú has dispuesto tu corazón. Después haz oración con lo que descubriste.