LECTIO DIVINA
P. Gabriel Ola de Guatemala 🇬🇹
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Espíritu Santo, Tú que me aclaras todo,
que iluminas todos los caminos para que yo alcance mi ideal.
Tú que me das el don Divino de perdonar y olvidar el mal que me hacen y que en todos los instantes de mi vida estás conmigo.
Quiero en este corto diálogo agradecerte por todo y confirmar que nunca quiero separarme de Ti, por mayor que sea la ilusión material.
Deseo estar contigo y todos mis seres queridos en la gloria perpetua.
Gracias por tu misericordia para conmigo y los míos.
Gracias Dios mío.
Amén.
Lectio del Evangelio según san Marcos 3, 7-12
«En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea. Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara. Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo. Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto. «
Palabra del Señor.
1 – LECTIO
¿Qué dice el texto?
Queridos amigos lectores:
El relato evangélico de esta oportunidad, una página muy pacífica, nos encontramos a Jesús retirándose a la orilla del mar junto con los discípulos, como para apartarse un poco del afán de cada día. Pero las personas conocedoras de toda su actividad pastoral, se deciden a ponerse en marcha andando hacia él. Y Jesús está dispuesto a dirigirles palabras de consolación y de gracia, que es lo que buscan estas multitudes. Como hoy también, lo siguen buscando a la escucha atenta de su Palabra.
2 – MEDITATIO
¿Qué me dice? ¿Qué nos dice?
Consideremos el hecho que también ahora el Señor Glorificado y Resucitado, está muy cercano a nosotros y está dispuesto como entonces, a curarnos y aliviarnos por medio de la unción de los enfermos. Nos bendice en todo momento en nuestra vida, nos une mediante la oración de la Iglesia y nos quiere también evangelizar y lo hace de muchas maneras, sobre todo por medio de los sacramentos de la Iglesia.
3 – ORATIO
¿Qué le digo? ¿Qué le decimos?
Para la oración proponemos una frase muy profunda y significativa que claramente ilumina nuestra reflexión con la Palabra de Dios:
Delante de las maravillas obradas por el Señor, no podemos exclamar sino, “Tú eres el hijo de Dios”, y con esa convicción de Fe pedir cuanto necesitamos, sabiendo que lo obtendremos si para nuestro bien y santificación. Y agradecer que Él siempre salga a nuestro encuentro, y al de aquel que atraviesa particular tribulación, dolores y aflicciones. No dejando que nos desprendamos de su mano. Tú eres el Hijo de Dios, en ti confio.
4 – CONTEMPLATIO
¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?
Para la interiorización de esta Palabra que compartimos puede ser útil usar el verbo “trasladarse”.
Así como veo que las multitudes lo buscan, yo también quiero sumergirme en el texto evangélico y trasladarme a donde Jesús está; para buscar la sanidad integral de mi vida, para buscar la Palabra que me da la vida eterna, pero también para ser agradecido y amar a Jesús, contemplándolo.
5 – ACTIO
¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?
Vamos al encuentro de Cristo, en cada hombre y mujer, al modo de Jesús que está dispuesto a detenerse para dedicar tiempo de calidad a sus oyentes, y hacer que otros puedan encontrar a Jesús por medio de ellos.