Lectio Divina por Franklin Conil desde Venezuela.
JUEVES 18 DE ENERO DE 2018
INVOQUEMOS: Espíritu Santo, que te posaste sobre Jesús el día de su bautismo y lo impulsaste a hacer el bien y a sanar a los oprimidos por el diablo, concédenos, tú que también viniste sobre nosotros el día de nuestro bautismo, tener un encuentro vivo con Cristo a través de la escucha de su Palabra. Amén.
LEAMOS: Mc. 3, 7-12
«7 Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, 8 de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él. 9 Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. 10 Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. 11 Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.» 12 Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran»
Palabra del Señor.
En este pasaje San Marcos nos presenta un resumen del ministerio público de Jesús el cual sintetiza en tres aspectos que son: la predicación, la sanación y la liberación. El evangelista se empeña en proclamar la liberación del mal por parte de Jesús. Por esa razón lo resalta durante todo su Evangelio repitiendo el mismo mensaje: “¡Jesús expulsaba a los demonios!” ¿La razón? El miedo que se le tenía a los demonios en el tiempo de Jesús.
El tema central de este pasaje es el mismo del segundo Evangelio, a saber, la persona de Jesús y la reacción de la gente ante su paso. La declaración de quién es Jesús que en el capítulo uno Marcos había puesto en la voz potente del Padre, ahora es proclamada a gritos por lo demonios quienes rendidos ante él proclaman: «Tú eres el Hijo de Dios».
EL LUGAR: La geografía nos ilumina mucho sobre el significado de este texto. El pasaje comienza diciendo que Jesús se retiró con sus discípulos junto al lago y que lo seguía una gran muchedumbre. Este detalle hace pensar en primer lugar en el éxodo y en el paso del mar rojo que es una de las claves de lectura de toda la Biblia.
Por otra parte el lago de Genesaret, lugar donde acontecen los hechos, era la línea limítrofe entre el territorio Judío (al oeste) y el territorio pagano (al este). Al situar la acción de Jesús a las orillas del lago, San Marcos pretende indicar que la salvación-éxodo (sanación y liberación integral de la persona) que Jesús viene a traer, no tiene límites y es accesible a todos. Es decir, es universal. Esto también se deduce de lo heterogéneo de la multitud la cual había acudido a Jesús de siete sitios diferentes.
Recordemos además que, la provincia de Galilea, en el norte, llamada despectivamente «Galilea de los gentiles o paganos», la región más alejada del influjo del templo y del sistema religioso judío asentado en Judea, en el sur es el lugar privilegiado de la actividad taumatúrgica de Jesús.
MEDITEMOS: ¿Qué aspectos de este pasaje llaman tu atención? ¿Te sientes tú también atraído por Jesús? ¿Cómo reaccionas ante él? ¿En qué áreas de tu vida necesitas ser sanado y liberado por Cristo? ¿Tienes miedo a los demonios y al mal o confías en el poder liberador de Jesús? ¿Realizas tu actividad apostólica en el templo o sales a las periferias? ¿Vives tu misión como Iglesia en salida? ¿Prestas tu vida (Barca) a Jesús para que él pueda llegar a la gente desde ti?
OREMOS: ¿Qué respuesta brota de tu corazón al leer y meditar esta palabra? ¿Alabanza, agradecimiento, petición, perdón, súplica, intercesión? Abre tu corazón y expresa con tus labios lo que te hace decir a Dios este texto.
CONTEMPLEMOS: «Los espíritus inmundos al verlo caían a sus pies gritando: ¡Tú eres el Hijo de Dios!» Saborea esta frase y deja que Dios te dé la gracia de renovar tu fe en el poder liberador y sanador de Jesús y de rendirte ante su presencia divina.
ACTUEMOS: Haré vida este pasaje de algunas de estas tres maneras: ACUDIRÉ a Jesús para que me sane y libere bien sea en la oración, en la escucha de su palabra, en el Santísimo Sacramento, en el enfermo o necesitando. Una vez ante su presencia CAERÉ a sus pies PROCLAMANDO su divinidad. SALDRÉ del templo e IRÉ a evangelizar en las periferias.
Con corazón agradecido, Franklin Conil desde Venezuela.