Lectio Divina
Lunes 22 de Enero de 2024
Lunes III del Tiempo Ordinario
Por Gabriel Rejala de Paraguay
Invocamos al Espíritu Santo
Espíritu Santo ven junto a mí, ven en mi ayuda para abrir mi mente y ablandar mi corazón ante la enseñanza de Dios.
Evangelio según Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: «Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera».
Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos opuestos no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno». Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu inmundo.
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Los escribas estaban convencidos de poseer la “verdad absoluta”, y acusan a Jesús de estar endemoniado. Jesús hace frente a la situación, estableciendo un diálogo con ellos y argumentando por medio de parábolas;
Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir.
Y una familia dividida tampoco puede subsistir.
Nadie puede robar las cosas del hombre fuerte, si no lo ata primero.
Así mismo advierte a los fariseos que los pecados contra el Espíritu Santo no serán perdonados.
- Meditación: ¿Qué nos dice Dios en el texto?
A veces tenemos una postura rígida y ciega ante las acciones y enseñanzas de Dios. Nuestro corazón está cerrado y busca habitualmente explicaciones racionales de la obra de Dios en nuestra vida. No creemos en su acción sanadora y creadora. Por el contrario, si nuestro corazón está abierto a la posibilidad de dejarnos asombrar por Dios, abierto a la sorpresa de su acción sanadora y creadora, entonces podremos encontrarnos plena y verdaderamente con Él y su proyecto.
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?
¿Como actúo ante la acción de Dios en mi vida? ¿Tengo dudas, dejo que esas dudas debiliten mi tarea misionera?
¿Cuestiono el poder del Espíritu Santo, no confiando, juzgando a las personas que predican o coordinan las acciones pastorales en mi Iglesia local?
- Oración: ¿Qué le decimos a Dios?
Señor gracias por acercarte a vida, por expulsar mis demonios, sanar mis dolencias y llenarme de esperanza.
Perdón por ser débil, por permitir que mis dudas debiliten mi fe y mi unidad con los hermanos.
Te pido Espíritu Santo, que me ayudes a mantener unida a mi familia, a entender la misión a la que Dios actualmente me llama.
Y para ti ¿Cuál es tu oración personal?
- Contemplación: ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?
Una familia dividida tampoco puede subsistir
Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón.
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Revisar las ocasiones en que dudado e inclusive cuestionado la acción y la predica de sacerdotes y agentes pastorales de mi comunidad.
Colaborar en la unidad familiar, invitando a la oración y siendo un promotor del dialogo y la cooperación mutua.