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Lectio Divina
Por Matías Quiroga de Argentina✍🏻🇦🇷
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Dios Santo, autor de la Sagrada Escritura, te pedimos enciendas nuestros corazones con tu Espíritu, e ilumines nuestra inteligencia. Para que podamos amar lo que oímos en tu Palabra, y vivir lo que amamos en ella. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
LECTURA
Del Evangelio según San Marcos 1, 40-45
Entonces se le acercó un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: – Si quieres, puedes purificarme –. Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: -Lo quiero, queda purificado-. En seguida la lepra desapareció, y quedó purificado. Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: -No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio-. Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
“Si quieres, puedes…”. Siempre es necesaria la disponibilidad para que Dios actúe. La disponibilidad que le da a Dios la libertad para enderezar nuestra vida. Sin miedo a que Dios corte los sarmientos enfermos.
¿Estoy dispuesto a que Dios me quite aquel teléfono celular que para mí es ocasión de pecado?
¿Estoy dispuesto a perder aquel grupo de amigos porque no me ayudan a ser santo? Seguramente Dios nos pida muy poco para sanarnos, pero la disponibilidad ha de estar por completo, poniendo en sus manos la vida entera. Y Jesús conmovido, extenderá su mano para purificarnos, e invitarnos a dar testimonio.
ORACIÓN
Señor Jesús, perdona mi falta de fe. Perdona mi desconfianza. Hoy te entrego las riendas de mi vida. Todo lo pongo en tus manos, quiero todo, y sólo lo que tú quieras para mí.
Amén.
CONTEMPLACIÓN
“Señor, si quieres, puedes purificarme”.
ACCIÓN
Les invito a ofrecer a Dios un tiempo extra de oración, dejando que Él se ocupe de aquello que me preocupa.
