Evangelio del día – Lectio Divina Marcos 1, 40-45

Lectio Divina por Martha Paola Cebreros Campoy de México

¡Bonito y bendecido día Cristonautas!

Comparto con ustedes la reflexión del Evangelio de hoy a través de la:

✨ LECTIO DIVINA✨
«Dichosos quienes ponen en práctica la palabra de Dios.»

¡Ven, Espíritu Santo, Consolador, hazte luz para quienes todo lo ven oscuro; amor, para quienes se creen o están solos; fuerza, para quienes perciben la debilidad física y también en su espíritu. Tú eres el mejor Abogado, defiéndenos de nosotros mismos, de nuestras melancolías y desesperanzas.

TEXTO BÍBLICO: Marcos 1, 40-45

Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: «Si quieres, puedes purificarme».
Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado».
En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.
Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente:
«No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
En el evangelio de hoy vemos cómo es que Jesús, nos demuestra una vez más el amor que nos tiene a nosotros sus hijos, pues, se narra cuando Él mismo sana a un enfermo y le pide que no se lo cuente a nadie y que por el contrario fuera a cumplir la Ley de Moisés.

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?
En este hermoso texto nos encontramos con la persona de Jesús: con un Dios misericordioso, pues siente misericordia por su hijo que era un excluido, un impuro, debía vivir lejos de la sociedad; compasivo, pues al verlo cayendo de rodillas y escuchando sus palabras “Si quieres…”, Jesús siente compasión de él y decide curarle; amoroso, pues solo quien realmente ama a su hijo se encontraría con él para verle feliz, contento, simplemente para curarle; bondadoso, ya que en el texto nos demuestra que no le importa lo que la gente pueda pensar u opinar, Él que es la bondad infinita, decide regresarle salud; generoso, pues vemos como Jesús siempre da a los demás sin esperar nada a cambio, por el contrario pide que no se hable de lo que ha hecho; humilde, ya que siempre vemos en las lecturas cómo es que les pide a todas las gentes que lo seguían que no anduvieran pregonando lo que veían, que no pregonaran sus hechos, sus curaciones, sus milagros… solo sus palabras de amor y les pedía que demostraran con obras lo que habían aprendido, Él prefería quedarse en el anonimato; sencillo, pues siempre con sus pocas palabras nos enseña cuanto amor tiene para darnos; obediente, ya que nos muestra como le pide a aquel hombre que vaya a cumplir la Ley de Moisés; misionero, pues lo vemos siempre viajando de un lugar a otro para proclamar su palabra, nunca se quedó estancado en un mismo lugar esperando a que la gente llegara a Él. En fin, podemos describir a Jesús como a un hombre impecable y libre de todo pecado, especialmente en este texto en el que nos demuestra su amor que no acaba, que es inagotable, pues quiere curar al leproso.
Otro punto que me parece importante rescatar es la fe ciega del leproso. Él sabía que Jesús era Dios y que no necesitaba siquiera de que lo tocara o de que le impusiera las manos. El leproso conocía el poder que Jesús, siendo el Mesías, tenía, pues sabía que con el solo hecho de que Jesús quisiera sanarlo lo conseguiría.
Y nosotros, ¿qué estamos haciendo para aumentar nuestra fe?, ¿qué acciones tomamos para imitar a la persona de Cristo?, ¿qué necesitamos cambiar para ser testimonio vivo de Dios?, ¿cómo llevamos nuestra vida? ¿Anunciamos la palabra de Dios, los milagros que ha hecho en nuestra vida o preferimos callarlos por miedo al qué dirán los demás?
3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?
Señor, esta mañana, primeramente te alabamos y te bendecimos infinitamente por los dones y gracias que, sin merecerlas, nos las has dado, te pedimos de todo corazón, que nos des la fe ciega que tenía ese leproso, te pedimos que nos hagas creer más en ti, que nos hagas quererte y necesitarte en todo lo que hacemos no solo durante el día, sino durante toda nuestra vida. Señor, nosotros ya creemos en ti, pero por favor, aumenta nuestra fe. Haznos dignos hijos tuyos, dignos de ser llamados cristianos.
También te pedimos Señor que nos des el don de anunciar tu palabra, la buena noticia que tienes para todos nosotros, así como el leproso, sin pena alguna, salió corriendo lleno de alegría por haberte encontrado y haberte conocido. Permítenos, Señor, ser testimonio vivo de ti para así ir contentos con nuestros hermanos y hablarles de las maravillas que nos has revelado.
Tú eres el único que puede hacer posible aquello que por nosotros mismos resultaría imposible. Dejaremos que actúes con tu gracia en nosotros para que nuestro corazón sea purificado y, dócil a tu acción, llegue a ser cada día más un corazón a imagen y semejanza del tuyo. Tú, con confianza, nos dice: «Quiero; queda limpio» (Mc 1,41).

“Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor y podemos añadir nuestras intenciones de oración.”

4.- CONTEMPLACIÓN:
¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?
Hagamos ahora un análisis profundo de cómo estamos llevando nuestro cristianismo actualmente y purifiquemos aquellas cosas que no nos permiten avanzar en el dulce amor de Jesucristo nuestro Señor. Borremos de nuestro corazón todos esos pensamientos que solo nos causan amarguras y tristezas. Elijamos ahora una imagen de Jesús, nuestra imagen favorita y sintamos que es Él mismo el que nos conduce a limpiar nuestra alma. Imaginemos el poder estar junto a Él y observemos cómo es que actúa en nosotros y decidamos imitarle.
5.- ACCIÓN:
¿A qué me o nos comprometemos con Dios?
El día de hoy me comprometo firmemente a hablarle a alguien más sobre la misericordia infinita que tiene Dios para con nosotros y así poder aumentar mi fe y quizá, si Dios así lo quiere, la de alguien más.

Dios les bendiga

Acerca de Martha Paola Cebreros Campoy

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