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Lectio Divina por Deiner Ramírez de Costa Rica 🇨🇷
Invocamos al Espíritu Santo
Espíritu Santo necesitamos de tu ayuda para comprender, llevar al corazón y a nuestra vida el mensaje de Dios.
-Amén-
Evangelio según Lucas 7, 19-23
19 y los envió al Señor Jesús para preguntarle:
“¿Eres tú el que ha de venir o deberíamos esperar a otro?”
20 Entonces fueron al lugar donde estaba Jesús y dijeron:
“Juan el Bautista nos envió a preguntarte lo siguiente: ¿eres tú el que ha de venir o deberíamos esperar a otro?”
21 En ese momento Jesús sanó a muchas personas de sus enfermedades, de plagas y de espíritus malignos, y también dio la vista a muchas personas ciegas. 22 Entonces Él respondió a los discípulos de Juan:
“Regresen y hagan saber a Juan lo que han visto y oído. Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son sanados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el Evangelio. 23 ¡Feliz el que no duda de mí!”
Palabra del Señor
Lectura, ¿Qué dice el texto?
22 Entonces Él respondió a los discípulos de Juan:
“Regresen y hagan saber a Juan lo que han visto y oído. Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son sanados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el Evangelio. 23 ¡Feliz el que no duda de mí!”
Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Cuando vemos acciones bondadosas, actitudes positivas, buena disposición, buenas causas, es decir todo lo bueno que sea posible ver, es imposible querer negar que la presencia de un servidor y sobre todo un amor inmenso por querer darlo todo está presente. ¿Cuál es mi actitud ante todo lo bueno que veo a mi alrededor, ocultarlo, negarlo, contradecirlo, apoyarlo, hablar de ello, agradecer, etc?, ¿Sería capaz de exclamar como Jesucristo: «¡Feliz el que no duda de mí!»?
Oración, ¿Qué le decimos a Dios?
Quiero ir y anunciar lo bueno que veo y oigo, por qué ahí tú estás presente, porque las buenas acciones y actitudes enriquecen y llenan el alma, engrandecen y fortalecen el amor hacia ti y mis hermanos, quiero decir como tú: «¡Feliz el que no duda de mí!»
-Amén-
Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
«¡Feliz el que no duda de mí!»
(Repetimos)
«¡Feliz el que no duda de mí!»
«¡Feliz el que no duda de mí!»
Acción, ¿A qué me comprometo con Dios?
Busquemos nunca ser motivo de tropiezo para alguien, al contrario que seamos la fuerza y el camino que ayude a seguir; es decir que si vemos a alguien que está haciendo algo bueno, no tratemos de parar su bondad, sino al contrario apoyemos.
