Lectio del día, Juan Camilo Caro Pinto
Muy buenos días Cristonautas, les compartiré en este día mis reflexiones a través de la Lectio Divina, los invito a que dispongamos un pequeño espacio en este día para invocar la presencia misma del Espíritu santo y así todo lo que compartamos hoy a través de la palabra de Señor sea guiado por su Espíritu de amor.
Invocación al Espíritu Santo:
Espíritu Santo, ilumina nuestro entendimiento, para que al leer o estudiar la Sagrada Escritura, sintamos la presencia de Dios Padre que se manifiesta a través de tu Palabra.
Abre nuestro corazón para darnos cuenta del querer de Dios y la manera de hacerlo realidad en nuestras acciones de cada día. Instrúyenos en tus sendas para que, teniendo en cuenta tu Palabra, seamos signos de tu presencia en el mundo. Amén.
? Del Evangelio según Lucas 7,11-17
A continuación, se fue a una ciudad llamada Naín. Iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; la acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo: «No llores.» Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: «Joven, a ti te digo: Levántate.» El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Y lo que se decía de él se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.
- ? Lectura, ¿Qué dice el texto?
Nos encontramos un texto donde descubrimos con claridad la humanidad de Jesús tocada por la realidad humana, que nos deja ver su amor y su misericordia de una manera muy generosa, encontramos en el del evangelio de hoy dos procesiones muy significativas que se encuentran a la salida de las puertas de la ciudad de Naín.
Una que camina hacia la vida (Jesús y sus seguidores) y una que va saliendo de la ciudad en procesión de muerte, un pueblo que acompaña a una viuda que lo ha perdido todo y que es vista por la cultura del tiempo como la desdichada y maldita por Dios. Y Jesús queda en medio de esta escena que le toca en lo más profundo y decide actuar llevado por la compasión que siente por esta mujer.
«¡Joven, a ti te digo, levántate!» Jesús se aproxima, toca el féretro y dice: «¡Joven, a ti te digo, levántate!» El muerto se incorporó y se puso a hablar. Y Jesús se lo dio a su madre”.
? Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Tengo que decir que he visto muy Diocidencial que me haya tocado este texto para mi reflexión de la Lectio Divina del día de hoy.
Me confronta fuertemente, “como estoy viviendo la compasión”, con mis más cercanos, mi familia, pero también con los que están afuera, me cuestiona profundamente este texto porque a través de las acciones de Jesús descubro que la “Compasión” no solo me debe llevar a decir pobrecito mi hermano que vive tal o cual situación “sin hacer más que lamentarme” (lastima), si no que la verdadera compasión me debe llevar a actos concretos de acercamiento al otro, me lleva actuar en la realidad del otro, acompañar, tocar, llorar con el otro cuando es necesario, e invitarlo a pasar de la procesión de la muerte a la vida desde la esperanza que Dios nos da como cristianos en la diferentes circunstancias difíciles que muchas veces rodean la realidad de la humanidad y más aún cuando estamos en el año de la misericordia.
Preguntas para la meditación:
- ¿Entiendo el concepto de la Compasión como lo entiende Jesús?
- ¿Cómo estoy viviendo la compasión con los míos y los de fuera?
- ¿Realmente estoy aprovechando al máximo el año de la misericordia que está próximo a terminarse?
? Oración, ¿Qué le decimos a Dios?
Padre compasivo, Tú eres todo misericordia para mí.
Te lo pido por tu Hijo amado:
dame la gracia de llenarme de misericordia
y de amar todo lo que Tú me inspires.
Dame la gracia de compadecerme
de quienes viven en la aflicción
y de correr en ayuda
de los que pasan necesidad.
Dame la gracia de aliviar a los desgraciados,
de prestar asilo a los que no lo tienen,
de consolar a los que sufren,
de animar a los deprimidos.
Dame la gracia de devolver la alegría a los pobres,
de servir de apoyo a los que lloran,
de perdonar las deudas
a quien tenga alguna conmigo.
Dame la gracia de perdonar
a quien me haya ofendido,
de amar a los que me odien,
de devolver siempre bien por mal,
de no despreciar a nadie
y de respetar a todos.
Que a la luz del ejemplo de María que encarno a la misericordia de Dios padre en su vientre y la compartió con el mundo para nuestra salvación, terminemos nuestra oración pidiendo y cantándole al Señor la fe de María.
Amén.
? Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
“Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo: «No llores.»
(Repetimos)
“Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo: «No llores.»
?⛪️ Acción, ¿A que me comprometo con Dios?
- Entre mis compromisos está el que no volver a ver los demás con lastima, si no con compasión a ejemplo de Jesús, no me quedare en el sentir, si no que tratare como Jesús de tocar, acompañar, consolar en la realidad al otro.
- Y a ti que acción concreta, ¿te suscita este texto Bíblico?