Lectio Divina por Adrián García de República Dominicana
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo para que tú presencia llene mi alma, me fortalezas en todo mi ser y me prepares de corazón para recibir la Santa Palabra del día de hoy.
Tú, Espíritu Santo, ayúdame a comprender, meditar y aplicar la palabra de Dios; y que así como lo haces conmigo, otros puedan llenarse y regocijarse con la Buena Nueva, Amén.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 7, 1-10
En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaum. Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado, a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado.
Ellos presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo concedas porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga.»
Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: «ve», y va; al otro: «ven», y viene; y a mi criado: «haz esto», y lo hace.»
Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.»
Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.
Palabra del Señor.
Lectura: ¿Qué me dice el texto?
En este Evangelio podemos apreciar la imagen que la gente tiene de Jesús, un Jesús que ayuda al pueblo, que sana, que cura, y que escucha a su gente. Esta es la imagen que se proyectaba en el pueblo, en este caso en Cafarnaún, un pueblo fuera de Israel. Se proyectaba porque los milagros y las hazañas de Jesús se difundían entre la gente, y todos llegaban a saber quién era él, o por lo menos sabían lo que hacía.
También vemos en este Evangelio la capacidad que tiene la Fe. En el caso del centurión romano, tuvo tanta Fe en qué Jesús curaría a su criado, que con solo expresar sus palabras sinceras llenas de esperanza, Jesús queda admirado por tanta Fe, e inmediatamente el criado queda sano, sin necesidad de que Jesús entrara a su casa a verlo.
Meditación: ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Dios nos deja ver que Jesús reconoce el poder que tiene la Fe, y demuestra en el Centurión que el poder curativo y milagroso está en el tamaño de nuestra Fe.
En este caso vemos cómo fuera de Israel, fuera de la comunidad, también podemos encontrar Fe, que no es sólo en donde Jesús se sintiera en casa, si no que su poder y su verdad se había transmitido a todas partes.
Que las actitudes humildes y llenas de fe como el caso del Centurión sean ejemplos para nuestra vida diaria. De esta manera, veremos milagros realizarse en nuestro alrededor, veremos maravillas que quizás con otras actitudes en nuestra vida, no nos permitimos ver.
Está lectura me hace preguntarme:
¿De qué tamaño es mi Fe realmente?
¿Que cosas puedo lograr con Jesús de mi lado sí reconozco humildemente lo mucho que Él puede hacer en mi vida?
Oración: ¿Que le respondo a Dios?
Señor, gracias por demostrarme lo que el tamaño de mi fe puede llegar a significar, y lo que puedo llegar a lograr con ella.
Hoy te pido, Señor, que aumentes mi fe, de tal modo que vea las cosas desde un punto de vista diferente, que aprecie las maravillas que puedes hacer por mí y en mi, y que las vea con certeza de que así será.
Amén.
Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
Me quedo pensando repetidamente en la frase «Ni en Israel he encontrado tanta fe».
Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
1. Descubrir que tanta es la fe que tengo en Jesús mi Señor.
2. Creer en Él de tal manera que cada día aumente mi fe, para lograr ver con humildad su gran accionar en mi y a mi alrededor.
3. Demostrar mi Fe en alto, para que otros la vean, y viendo el accionar de Dios en mi vida, puedan también aumentar su Fe