Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 4, 38-44

Lectio Divina por Marcos Díaz de Argentina

0- Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, llena nuestro corazón de tu presencia, hoy, en este momento queremos escuchar la Palabra de Dios. Tú la inspiraste, ven y danos entendimiento. Tú inflamaste los corazones de los santos, ven y habita en nosotros. Tú movilizaste a la Iglesia fiel a Cristo, ven y danos Valor y templanza para ser tus testigos. Amén.

1- Lectura
Evangelio de San Lucas 4, 38-44
38 Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. 39 Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos. 40 Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y Él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. 41 De muchos salían demonios, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios!». Pero Él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías. 42 Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. 43 Pero Él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado». 44 Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.
Palabra de Dios

¿Qué dice el texto?
Vamos a tomar tres puntos de esta perícopa:
i. En un día de Jesús en Cafarnaúm, luego de salir de la sinagoga, Jesús se dirige a la casa de Pedro donde la gente intercede por la suegra de éste pidiéndole que la cure. Lucas no dice como Marcos que Jesús “tomó de la mano” a la suegra de Pedro, sino que simplemente con su palabra increpó a la fiebre, quizás para realzar más el poder del Señor. La mujer inmediatamente curada se levanta y se entrega al servicio.
ii. Jesús cura a todos aquellos que están enfermos y se presentan ante Él. Simplemente con el poder de sus manos, toca a las personas que quedan curadas. Los demonios expulsados anunciaban que Jesús es el Hijo de Dios, “Pero Él los reprendía y no los dejaba hablar, porque conocían que era el Mesías.” La proclamación prematura de su mesianismo, interpretada erróneamente en aquel ambiente, como el Mesías nacionalista esperado, podría traer obstáculos a su obra, posibles tumultos “teocráticos” e intervenciones de Roma. Es la hora todavía del “secreto mesiánico” en su aspecto de repercusión social.
iii. Jesús se retira a un lugar desierto al amanecer, buscando el silencio y la intimidad con el Padre, si bien Lucas no dice que va a orar, Marcos y Mateo si lo comentan. La gente lo busca y lo quiere retener, pero la obra de Jesús es más amplia, va de Galilea a Jerusalén y de Jerusalén al mundo por medio de sus discípulos.
Ahora, sigue tú, profundizando el texto, rumiándolo para entenderlo aún más.

2. Meditación ¿Qué me dice el Señor?
Para ayudarnos en la meditación planteamos las siguientes preguntas:
• ¿Intercedemos ante Jesús por aquellos que están enfermos? ¿Los acompañamos físicamente sentándonos al lado de ellos para dar consuelo y esperanza con nuestra sola presencia?
• ¿La curación, la salvación que he recibido de Dios me ha levantado para la Diaconía, o sea, para el servicio a los demás?
• ¿Creo verdaderamente en el poder el Señor Jesús para curarme con solo poner sus manos sobre mí? Los demonios expulsados sabían que era el Hijo de Dios, pero no tenían fe. ¿Mi conocimiento de Jesús es solo intelectual o es una fe vivencial que me acerca al Maestro?
• El desierto es lugar de silencio y de encuentro, con uno mismo y con Dios ¿Me animo a tener un tiempo de silencio para orar, conocerme y conocer a Dios? ¿O prefiero seguir en el mundanal ruido evitando verme en el espejo de la Palabra?
• Jesús no se deja retener, tiene una misión. ¿En nuestras comunidades tratamos de retener a las personas? ¿nos apropiamos de los grupos y movimiento? ¿Imitamos a Jesús dejando que el Espíritu nos guie en nuestro camino?
Ahora continúa tú meditando esta Palabra, desentrañando el mensaje que tiene para ti hoy.

3. Oración ¿Qué le digo al Señor?
• Te pido Señor, por todos aquellos aquejados de enfermedades, especialmente por ……………… a quién conozco y quiero. Dales tu Esperanza que no defrauda y la certeza de tu amor.
• Te doy gracias Señor porque me curaste y sanaste de tantas dolencias de cuerpo y de alma. Te pido que me ayudes a servir a los demás como la suegra de Pedro.
• Te doy gracias por darme este momento de oración, en el desierto de mi retiro, para conocerte más, para sentir tu mano que me toca la cabeza y me cura de mis egoísmos, orgullo y desaciertos.
• Te pido perdón Señor por las veces que he tratado a los grupos de la iglesia como pertenencia mía, dame la humildad para entender que solo soy un obrero de tu mies.
Agrega tus peticiones inspirado en tu propia meditación.

4. Contemplación ¿Cómo interiorizo tu mensaje Señor?
Repetimos durante el día esta frase de Jesús:
«También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado»

5. Acción ¿Cómo llevo a la vida esta Palabra?
Me propongo vivenciar el silencio del amanecer en los próximos días, acompañado de la Palabra del Señor, para conocerte mejor Jesús.

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