Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 20, 27-40

Lectio Divina por Bricela Olmedo de México

Buenos días a todos

0) Invocación

Señor, Dios todo poderoso, gracias te doy por este nuevo día, ya que con este nuevo día tengo la oportunidad de acercarme más a ti, y de servirte mejor que ayer.
Gracias te doy por mi familia, mis amigos y por todas las cosas que ya has puesto ante mí para mi bien.
Santifica Señor por medio de tu Santo Espíritu, cada paso que yo dé, para que a través de ellos dé muestra de tu gloria y poder a los que encuentre por el camino.
Amén!

1) Lectura
Del Evangelio según Lucas 20,27-40
Se acercaron algunos de los saduceos, los que sostienen que no hay resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que, si a uno se le muere un hermano casado y sin hijos, debe tomar a la mujer para dar descendencia a su hermano. Pues bien, eran siete hermanos. El primero tomó mujer y murió sin hijos; la tomó el segundo, luego el tercero; y murieron los siete, sin dejar hijos. Finalmente, también murió la mujer. Ésta, pues, ¿de cuál de ellos será mujer en la resurrección? Porque fue mujer de los siete.»
Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo toman mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven.»
Algunos de los escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien.» Pues ya no se atrevían a preguntarle nada.

1) Lectura: ¿Qué dice el texto?
“No es un Dios de muertos, sino de vivos…”

Al leer esto recuerdo las palabras del Papa Francisco: Jesús siempre manso y paciente les indica como primera cosa, que la vida después de la muerte no tiene los mismos parámetros de la vida terrena. La vida eterna es otra vida, en otra dimensión, los resucitados -dice Jesús- serán como los ángeles y vivirán en un estado distinto que ahora no podemos sentir ni imaginar.

Dios no es de los muertos, sino de los vivos, para que todos vivan en Él”. Esto es lo importante; Él mismo es la Alianza, Él mismo es la Vida y la Resurrección, porque con Su amor crucificado ha vencido la muerte.

2) Meditación: ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Creer o no creer en la resurrección da lugar a dos estilos de vida. Los que buscan la felicidad sólo en esta tierra y los que tienen los ojos puestos en la eternidad.
El texto habla de un matrimonio, de una unión, estas uniones deben hacerse con amor, inspirados en Cristo, así también, nuestro día a día debe estar movido por ese amor que inspira y transforma y que nos hace resucitar en los momentos difíciles.

3) Oración: ¿Qué le respondo a Dios?
Gracias Padre por el regalo de la vida eterna a través de tu Hijo. Graba en mi alma la conciencia de que a medida que la vida avanza y la eternidad se acerca, sólo tu amor queda y todo lo demás se va a convertir en nada. Amén.

4) Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
“Nuestro Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven.”

5) Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
A vivir en la alegría de creer, de servir, la alegría de anunciarte, la alegría de amar. Buscar la felicidad en esta tierra y tener los ojos puestos en la eternidad.
¿Cómo vives el regalo de la vida?

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