Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 2, 22-35

Lectio Divina por Francis Castillo de Nicaragua

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu Santo. Tú que suscitas lenguas nuevas y pones en los labios palabras de vida, líbranos de convertirnos en una Iglesia de museo, hermosa pero muda, con mucho pasado y poco futuro. Ven en medio nuestro, para que en la experiencia sinodal no nos dejemos abrumar por el desencanto, no diluyamos la profecía, no terminemos por reducirlo todo a discusiones estériles. Ven, Espíritu de amor, dispón nuestros corazones a la escucha. Ven, Espíritu de santidad, renueva al santo Pueblo de Dios. Ven, Espíritu creador, renueva la faz de la tierra.
(Papa Francisco)

PASO N° 1 – LECTURA
Evangelio según san Lucas 2, 22-35

22 Cuando se cumplieron los días en que ellos debían purificarse conforme a la Ley de Moisés, María y José llevaron el niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. 23 Porque está escrito en la Ley del Señor: “Todo hijo varón que abre el vientre será consagrado al Señor” (Ex 13:2.12.15), 24 también fueron allí para dar la ofrenda de dos palomas o dos tórtolas, como lo ordena la Ley del Señor (Lev 12:8).
25 Un hombre llamado Simeón vivía en Jerusalén. Era un hombre bueno y piadoso y esperaba la salvación del pueblo de Israel. El Espíritu Santo estaba con él, 26 y a él le había sido revelado por el Espíritu Santo que, antes de morir, vería al Mesías enviado por el Señor. 27 Guiado por el Espíritu, Simeón fue al Templo, y cuando los padres llevaron al niño Jesús al Templo para hacer lo que dice la Ley, 28 Simeón tomó al niño en sus brazos y bendijo a Dios, diciendo:
“Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz conforme a tu palabra;
30 porque mis ojos han visto tu salvación
31 que has preparado en presencia de todos los pueblos:
32 Luz para revelación de las naciones y gloria de tu pueblo Israel”.
33 Su padre y su madre estaban asombrados de las cosas que se decían sobre él. 34 Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:
“He aquí que este niño es puesto para la destrucción y la salvación de muchas personas en Israel, y para ser una señal que muchos rechazarán, 35 y una espada traspasará tu misma alma para que los pensamientos de muchos corazones sean revelados”.
Palabra del Señor.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1. ¿Qué hicieron María y José con el niño Jesús cuando llegó el día de su purificación?
2. ¿Cómo se llamaba el hombre bueno y piadoso que esperaba en el templo de Jerusalén y qué hizo con el niño Jesús?
3. ¿Qué les dijo Simeón a María, la madre de Jesús?

Paso N° 2 – MEDITACIÓN

Estamos frente a dos momentos importantes en la vida de Jesús: La presentación de Jesús y la bendición de Simeón. En la primera, vemos como María y José son cumplidores de la Ley de Moisés y cumplen con lo estipulado y en la Bendición de Simeón vemos cuatro grandes aspectos centrales:
– Que Simeón era un hombre honrado y piadoso, que se guiaba por el Espíritu Santo.
– Que Simeón cuando vio al niño Jesús en el Templo de Jerusalén, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios con un hermoso cántico que expresa alabanza y profecía.
– Simeón también se dirige a María para profetizarle que Jesús sería una bandera discutida en Israel y que una espada le atravesará el corazón.

Meditemos:

1. ¿Soy una persona honrada y piadosa que me dejo guiar por el Espíritu Santo como Simeón?
2. Cuando veo a Jesús Eucaristía o lo tomo en mis manos, ¿lo alabo y lo proclamo como mi Luz y Salvación? O ¿qué hago?
3. ¿Cómo soy testigo del amor de Dios en esta Navidad en medio del dolor que atraviesa el alma de muchos hermanos? ¿Demuestro empatía hacia los hermanos que sufren?
4. ¿Miramos la acción misionera de la Iglesia como un comunicar a todos a Cristo, luz de las naciones?

PASO N° 3 – ORACIÓN

Niño Jesús, niño amable de mi vida, te honro y glorifico por haberte encarnado en el vientre purísimo de María y vivir entre nosotros en la humilde familia de Nazaret a los pies de María y José, hoy vengo ante ti, para darte las gracias por tantas maravillas que nos obras desde el portal de Belén y para alabarte y bendecirte por las gracias que sigues derramando a los que acudimos a ti buscando tu auxilio. Danos un corazón de discípulo abierto a tu Palabra como lo tenía Simeón, el pobre de Yahvé. Te amo niño Jesús.
Amén.

PASO N° 4 – CONTEMPLACIÓN

V. 30 Mis ojos han visto tu salvación (3 Veces)

PASO N° 5 – ACCIÓN

Revisar mi actitud ante el Señor cuando lo tomo en mis manos, procurar tener un corazón que alabe y adore a Jesús siempre.

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