Evangelio del día – Lectio Divina LUCAS 19, 11-28

Lectio Divina por Jacky Agéna de Haití/ República Dominicana

Miércoles 22 de noviembre 2017
Miércoles XXXIII del tiempo ordinario

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:
Ven, Espíritu Creador,
visita las mentes de los tuyos;
llena de la gracia divina
los corazones que tú has creado.
Que por ti conozcamos al Padre,
conozcamos igualmente al Hijo
y en ti, Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 19,11-28:
Jesús estaba cerca de Jerusalén y añadió una parábola, pues los que le acompañaban creían que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: ‘Negociad hasta que vuelva’. Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: ‘No queremos que ése reine sobre nosotros’.
Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: ‘Señor, tu mina ha producido diez minas’. Le respondió: ‘¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades’. Vino el segundo y dijo: ‘Tu mina, Señor, ha producido cinco minas’. Dijo a éste: ‘Ponte tú también al mando de cinco ciudades’. Vino el otro y dijo: ‘Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste’. Dícele: ‘Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues, ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses’.
Y dijo a los presentes: ‘Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas’. Dijéronle: ‘Señor, tiene ya diez minas’. ‘Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí’».
Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén.
Palabra del Señor.

LECTURA :¿Qué dice el texto?
Jesús estaba cerca de Jerusalén y añadió una parábola, pues los que le acompañaban creían que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: ‘Negociad hasta que vuelva’.
“cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero…”
Se presentó el primero y dijo: ‘Señor, tu mina ha producido diez minas’.
Vino el segundo y dijo: ‘Tu mina, Señor, ha producido cinco minas’. Vino el otro y dijo: ‘Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste’. Dícele: ‘Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues, ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco?
‘Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas’.
‘Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí’».

Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención, tu interés?

MEDITACIÓN: ¿Qué me dice o nos dice Dios en el texto?
Escucho tu Palabra Señor y como tantas veces, no sé si entiendo todo lo que me quieres decir con Ella. Escucho el eco en mi interior, y entiendo que me preguntas si estoy poniendo en juego mi vida. Los talentos que me has dado, ¿me los estoy guardando, los reservo para tiempos mejores? A veces, me cuesta enfrentarme a las preguntas incomodas, y por eso siento mis oídos más cerrados.
A veces Señor, como los empleados de la lectura no te quiero como Rey, y por eso desperdicio mi vida, o la guardo sólo para mí y los míos. Pero también a veces Señor, tú sabes que me entrego, que pongo el poco amor que pongo a tu servicio, a pesar del cansancio y la limitación, y entonces no toque el reino florece, que las grandes estructuras del mundo puede que no cambien, pero algunas pequeñas semillas, incluso invisibles para muchos ojos están brotando o al menos haciendo tu reino más fértil.

«Negociad hasta que vuelva».
Con esa parábola, Jesús nos enseña que hemos de hacer rendir los dones y cualidades que Él nos ha dado, mejor dicho, que nos ha dejado a cada uno. No son “nuestros” de manera que podamos hacer con ellos lo que queramos. Él nos los ha dejado para que los hagamos rendir. Quienes han hecho rendir las minas —más o menos— son alabados y premiados por su Señor. Es el siervo perezoso, que guardó el dinero en un pañuelo sin hacerlo rendir, el que es reprendido y condenado.
El cristiano, pues, ha de esperar —¡claro está!— el regreso de su Señor, Jesús. Pero con dos condiciones, si se quiere que el encuentro sea amistoso. La primera es que aleje la curiosidad malsana de querer saber la hora de la solemne y victoriosa vuelta del Señor. Vendrá, dice en otro lugar, cuando menos lo pensemos. ¡Fuera, por tanto, especulaciones sobre esto! Esperamos con esperanza, pero en una espera confiada sin malsana curiosidad. La segunda es que no perdamos el tiempo. La espera del encuentro y del final gozoso no puede ser excusa para no tomarnos en serio el momento presente. Precisamente, porque la alegría y el gozo del encuentro final será tanto mejor cuanto mayor sea la aportación que cada uno haya hecho por la causa del reino en la vida presente.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?

ORACIÓN: ¿Qué le digo o le decimos a Dios?
Señor, hazme fiel a ti, fiel a tu Palabra, fiel a tu voz, fiel a tu voluntad, fiel a tu Evangelio, a la Buena Noticia. Hazme fiel como eres tú.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal?
Cada uno pone sus intenciones.

CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos el mensaje de Dios?
“Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”.
Repetimos
“Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.”

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?

ACCIÓN: ¿A qué me comprometo?
Voy a conocer los dones o talentos, que el Señor me ha dado para ponerlos al servicio de los demás.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?

 

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