Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 18, 9-14

Lectio Divina por Sandy Antonio Gutiérrez y Diana Carolina Bueno de República Dominicana

0- Invocación al Espíritu Santo:

¡Oh, Santo Espíritu! Quiero entender el mensaje que voy a leer. Pido tu auxilio para que me ilumines. Sé que tus dones vienen a hacerme mejor persona, para ir al encuentro con Dios. ¡Amén!

1- LECTURA BÍBLICA

Del Evangelio de San Lucas 18, 9-14

9 Jesús también contó esta parábola a aquellos que pensaban en sí mismos que eran justos y despreciaban a los demás:

10 “Dos hombres fueron al templo a rezar. Uno era fariseo y el otro era un recaudador de impuestos. 11 El fariseo se puso de pie y oraba así: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros, y porque no soy como este cobrador de impuestos. 12 Ayuno dos veces por semana y doy una décima parte de todo lo que poseo’. 13 Pero el cobrador de impuestos se mantenía alejado y ni siquiera quería alzar los ojos al cielo sino que se golpeaba al pecho diciendo: ‘¡Oh Dios, ten piedad de mí, porque soy un pecador!’. 14 Les digo que este hombre regresó a casa justificado por Dios, mientras que el fariseo no. Porque quien se engrandece será humillado, y quien se humilla será engrandecido”. Palabra del Señor.

1.- LECTURA

¿Qué dice el texto?

Jesús utiliza la parábola del publicano y el fariseo para explicar en qué consiste ser bueno ante Dios. Mientras el fariseo ora a Dios creyéndose justo por cumplir con la ley, el publicano solo pide perdón a Dios por sus pecados. Jesús dice que el publicano es el que se va justiciado ante Dios, porque ha sido el que ha reconocido su pecado. De ahí que sentencia que el que se humille será enaltecido y el que se enaltezca será humillado. 

Preguntas para recordar el texto bíblico:

  1. ¿Qué le digo a Dios cuando hablo con él en la oración?
  2. ¿Se puede ser bueno y pecador al mismo tiempo?
  3. ¿Qué significa justificarse ante Dios?

2.- MEDITACIÓN

 ¿Qué me dice el texto?

Jesús me conoce. No hace falta alardear mis buenas obras ante él. Me justifico cuando me reconozco pecador y busco enmendar mis errores. Sé que soy hijo de Dios, como tal debo actuar, no para que me vean, sino para que Dios sea quien me acompañe en mi camino de fe y conversión constante. 

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

  1. ¿Cuáles obras realizo que me hacen sentir estar en el camino de Dios?
  2. ¿Actúo bien para que me vean mis hermanos y compañeros de fe?  ¿Les tomo en cuenta sus actos?
  3. ¿Busco el perdón de Dios por las obras que no le agradan?

3.- ORACIÓN

¿Qué le respondo a Dios?

¡Jesús, mírale! Trato de hacer el bien y no siempre lo logro. Ven en mi auxilio para ser mejor cristiano. Sé que soy tu hijo, pero me equivoco con mucha frecuencia. Quiero ser bueno, como tú. Amén

Dile a Jesús lo que sale de tu corazón. Él te escucha y te ayuda.

4.- CONTEMPLACIÓN

¿Cómo interiorizo tu mensaje, Señor?

Profundizo en las siguientes palabras y frases:

  • ¡Oh, Dios, ten piedad de mí, ¡porque soy un pecador!
  • El que se engrandece será humillado, y quien se humilla será engrandecido.

5.- ACCIÓN

¿Cómo llevo esta Palabra a mi vida? ¿A qué me comprometo?

Hoy hablaré con Dios en dos o más ocasiones. Le contaré las dificultades que tengo para ser un buen seguidor suyo, pediré su auxilio. No miraré los errores de mis hermanos. 

¿A qué te comprometes?

 

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