Lectio Divina por Sergio Campo Cabrera de Colombia
Invocación al Espíritu Santo:
1. Lectura: ¿Qué dice el texto? Lc. 17, 26-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos.
Asimismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.
Así sucederá el día que se revele el Hijo del hombre.
Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en casa no baje a recogerlas; igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás.
Acordaos de la mujer de Lot.
El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará.
Os digo que aquella noche estarán dos juntos: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán».
Ellos le preguntaron:
«¿Dónde, Señor?».
Él les dijo:
«Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres».
2. Meditación: ¿Qué nos dice Dios en el texto?
En el evangelio de Lucas, Dios nos dice que no nos preocupemos por las cosas materiales, que así como sucedió en los tiempo de Lot, todo lo malo y perverso se acabará, que no miremos hacia atrás, sino que tengamos fe y miremos al frente, que nuestra mirada esté puesta en Él.
El Señor, exactamente nos pide que entreguemos nuestras vidas única y solamente a Él, que tengamos confianza en la voluntad de Dios; nos hace un llamado para que no confiemos en el mundo, ni mucho menos fijemos nuestra mirada en todo lo que aquel mundo nos ofrece.
3. Oración: ¿Qué le decimos a Dios?
Señor, enséñame a entregarte todo, dame la sabiduría para ir por el buen camino.
Dame la fortaleza para que me desprenda de todo lo material, para que no me fije solamente en ello, ni mucho menos en creer que lo material es lo más valioso del mundo.
Dios misericordioso, no me dejes ir por lo mundano, ni que me aleje de ti, ni mucho menos que me revele ante ti, Señor. No dejes que crea o idolatre en falsas felicidades, ni en amores efímeros, más bien pido de tu amor de Padre y de tu misericordia.
Amén.
4. Contemplación: ¿Cómo interiorizamos la palabra de Dios?
Cerramos nuestros ojos, y nos conectamos con Dios escuchando este canto
5. Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Me comprometo a: Ser más confiado en la voluntad de Dios, a no creer en la felicidad del dinero, ni mucho menos en lo que me ofrece el mundo.
Me comprometo a estar más unido a Él por medio de la oración, para entregar toda mi vida a Dios.