Lectio Divina
Jueves, 16 de Noviembre de 2023
Jueves XXXII Semana tiempo ordinario
Adrian García de República Dominicana ✍🏽 🇩🇴
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo a posarte sobre mi, y entrar en mi corazón para llenarme de tu santa presencia, para poder preparar mi corazón a recibir dentro de mi a Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne.
Espíritu Santo, ayúdame a comprender, meditar y aplicar la Palabra de Dios con la Sabiduría que solo Tú puedes regalarme.
Amén.
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 17, 20-35
Algunos fariseos le preguntaron a Jesús cuándo vendría el Reino de Dios. Él les respondió diciendo: “Cuando llegue el Reino de Dios, no será algo que se pueda ver. No dirán: ‘¡Mira! Está aquí’ o ‘Está allí’. Porque el Reino de Dios está dentro de ustedes”.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
“Llegará el momento en que desearán ver uno de los días del Hijo del Hombre, pero no lo verán. Algunos les dirán: ‘Miren aquí está’ o «Miren allí está’; pero no salgan ni los sigan. Porque así como el relámpago brilla de un extremo del cielo al otro, así será el día en que venga el Hijo del Hombre. Pero primero es necesario que Él sufra y sea rechazado por esta generación”.
Palabra del Señor.
Lectura: ¿Qué me dice el texto?
En este Evangelio podemos ver como Jesús responde a los fariseos sobre sus inquietudes al respecto del Reino de Dios y sobre cuándo llegaría. Jesús les explica que llegará el momento aunque no nos demos cuenta por oirlo ni verlo, si no que pasará como un relámpago en todo el cielo. Pero que primero, el Hijo del hombre tiene que padecer y sufrir mucho rechazo.
Meditación: ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Dios nos dice a través de Jesús en este Evangelio que el Reino de Dios no es un lugar físico del que podamos decir que lo vemos o lo sentimos ni aquí ni allí, si no que es un Reino que lo debemos construir entre nosotros, en el interior de cada uno. Jesús nos deja entendido que la llegada del Reino de Dios como día final será algo grande, pero que debe iniciar en el corazón de cada uno, para que la llegada del Hijo del hombre sea significativa. Es decir, hagamos un lugar en nuestros corazones para el Reino de Dios, hoy, para que mañana podamos disfrutar de la misericordia al entrar al Reino del día final.
Esta lectura nos deja algunas interrogantes:
¿Hay lugar en mi corazón para el Reino de Dios?
¿Me encuentro preparado para la llegada del Reino de Dios?
Oración: ¿Qué le respondo a Dios?
Padre amado, gracias por enseñarme una vez más como debo de esperar la llegada de tu Reino. Gracias por hacerme entender lo que debe habitar en mi corazón, y como debo prepararme para recibirte. Te pido Señor, que me permitas seguir preparándome a tu lado para la llegada de tu Reino; y permite Señor que tu Misericordia llegue a mi al entrar en el Reino de Dios en el día final. Amén.
Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
Me quedo pensando repetidamente en la frase «Porque así como el relámpago brilla de un extremo del cielo al otro, así será el día en que venga el Hijo del Hombre».
Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
1. Abrir espacio en mi corazón para dejar entrar el Reino de Dios.
2. Compartir la enseñanza con otros que no saben como esperar la llegada del Reino de Dios.